Prensa: "Javier Milei lleva a Argentina hacia adelante"
6 de diciembre de 2024El diario suizo Neue Zürcher Zeitung valora positivamente el primer año de mandato de Javier Mileiy considera que el presidente argentino "ha llevado adelante" al país: "Tras su primer año en el cargo, ya no se puede tildar a Milei de "el loco" que fue arrastrado a la jefatura del Estado por un capricho de la naturaleza. Esto no hace justicia a su ascenso ni a su liderazgo
Porque Milei tiene un historial de éxitos. Ha recortado el gasto público en casi un tercio, ha reducido a la mitad el número de ministerios, ha reducido la burocracia y ha devuelto al país las divisas que necesitaba urgentemente. Con una política financiera disciplinada, ha conseguido que el Estado vuelva a tener superávit primario; sin servicio de la deuda, los ingresos superan por tanto a los gastos. Pero lo más importante para los ciudadanos es que la inflación, que era del 26% intermensual cuando Milei asumió el cargo, se ha situado por debajo del 3%.
Esto significa que la inflación aún está lejos de estar bajo control. Aunque esté bajando, sigue siendo superior al 190% interanual. Sin embargo, desde que los déficits del gobierno ya no se financian con la imprenta, la confianza vuelve al país. Las expectativas de inflación se estabilizan; la cotización del peso en el mercado negro se acerca a la oficial; y el riesgo país que se le atribuye a Argentinaen los mercados disminuye. Las primeras empresas vuelven a invertir, animadas por el alivio legislativo."
La popularidad del presidente crece
Por su parte, la revista alemana Focus recalca las consecuencias sociales: "En pocos meses, Argentina ha pasado de ser uno de los países más baratos de América Latina a uno de los más caros. Sin embargo, la renta media sigue siendo inferior a 1.000 euros al mes. Los billetes de metro cuestan ahora diez veces más que hace un año, el agua, el gas y la calefacción se han encarecido considerablemente y los gastos sanitarios se han multiplicado. Muchos pensionistas se enfrentan ahora a la disyuntiva de si deben gastar sus pesos en comida o en medicinas. Alrededor del 90% de los 7,5 millones de jubilados sólo perciben la pensión mínima de algo más de 300 euros.
Sólo a unos pocos argentinos les queda dinero para consumir o incluso para construir. Como consecuencia, la industria de la construcción se ha desplomado un 30%, la producción de acero bruto ha caído un 22% y el comercio y la gastronomía están de capa caída. Según la reputada consultora Orlando Ferreres, la economía argentina se contraerá un 4,7% este año.
Era de temer un desplome económico tan brutal tras décadas de intervención estatal en la estructura de precios. Por eso, a pesar de todas las penurias, los argentinos siguen mostrándose comprensivos con el brutal enfoque de Milei. De hecho, es el primer jefe de Estado en 20 años cuyos índices de aprobación han subido en su primer año de mandato: del 45% al 48%. "Hemos aplicado el programa de austeridad más duro de la historia de la humanidad y no hemos perdido ni una pizca de aprobación", afirma Milei. La gran pregunta es cuánto durará. ¿Cuánto tiempo podrá Argentina soportar una recesión? ¿Cuánto más pueden encarecerse los alimentos, los alquileres y las medicinas antes de que estallen protestas?"
El año de la motosierra
El periódico alemán Die Zeit opina: "Aún no es posible saber si la política de Milei tendrá éxito. Según las estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es probable que la economía argentina se contraiga un cuatro por ciento este año, pero que crezca un cuatro por ciento el año que viene. No está claro qué ocurrirá después. Tampoco está claro qué ocurrirá entonces con los efectos secundarios de la dura terapia del presidente: el aumento de la pobreza y del desempleo. En la práctica, el mercado no siempre es tan eficiente como creen los libertarios, como lo ha demostrado la crisis financiera. Sin embargo, igualar los niveles de ingresos no es un objetivo político explícito para los libertarios. Más bien, las diferencias salariales se aceptan si sirven para aumentar la eficiencia económica con la esperanza de que el aumento de la prosperidad beneficie entonces a todos. Ronald Reagan y Margaret Thatcher justificaron su programa de desregulación diciendo que la marea levanta todos los barcos.
Las cosas resultaron de otro modo, pero hasta qué punto la desigualdad social puede considerarse un problema es, en última instancia, una cuestión de visión del mundo. Los socialdemócratas o los conservadores responderán de forma diferente que los libertarios. Y lo bonito de una democracia es que los votantes pueden decidir por sí mismos qué respuesta les parece más convincente."
(gg/ers)