Winfriede Schreiber, directora de la Oficina para la Protección de la Constitución en el Estado de Brandeburgo, ha hecho un llamado a los clubes deportivos a no ignorar que cada vez son más los neonazis “que intentan ejercer influencia en la vida de los clubes deportivos. El deporte ignoró mucho tiempo este hecho, pues se partía de lo apolítico de su entorno”. Sin embargo, elementos radicales intentan “utilizar este espacio para hacer propaganda entre los más jóvenes y decepcionarlos de la democracia”.

Justamente en el Este de Alemania hay muchos proyectos orientados a la lucha contra la ideología de extrema derecha. Los “Equipos móviles de Asesoría” (MBT) son parte de ellos y operan en Cottbus y otras ciudades alemanas. Anett Müller, pedagoga social, trabaja desde hace cinco años para MBT y opina que los extremistas de derecha son ahora menos fáciles de reconocer que antes. “Actúan de otra manera que en la década de los noventa; por su apariencia externa ya no se pueden reconocer”, informa Müller.

Un ejemplo a imitar

De la misma opinión es Schreiber, de los servicios de inteligencia alemanes. En su opinión, han dejado de presentarse como los perdedores de la reunificación alemana y ya no se los detecta sólo en las clases más bajas de la sociedad. “Muchos son hoy profesionales exitosos”, afirma Schreiber. A menudo son empresarios que patrocinan clubes y eventos. Especialmente preocupante es, en su opinión, que muchos neonazis estén relacionados con empresas de seguridad.

También en cuanto a su comportamiento en los clubes la estrategia ha cambiado. “Ya no van a las asociaciones a reclutar gente; están allí en calidad de miembros, hacen deporte”, cuenta Müller.

“Hay muchos que tienen éxito como deportistas y, por ello, son admirados”, explica Schreiber. Desde esa posición, la difusión de su ideología es más fácil: si los niños y los adolescentes sienten admiración por una persona determinada, que acepten también su manera de pensar aunque sea racista, antisemita y xenófoba es más probable.

“Un tipo amable, muy activo”

Así, no es raro que los directivos de los clubes se extrañen mucho cuando se detecta un neonazi en su asociación. Por lo general se lo tiene por “un tipo amable, muy activo en la asociación”. Al buscar la asesoría de MBT suelen dudar de que se trate efectivamente de alguien de la extrema derecha y, a menudo, no saben qué hacer. A este respecto, lamentablemente, no hay recetas. Lo primero es que la asociación misma se posicione en el espectro político, explica Müller.

Cuando una asociación ha dejado clara su postura, es más fácil que haga frente a las posiciones divergentes. Por ejemplo, si en los estatutos consta que la asociación está a favor de la democracia, contra el racismo, el antisemitismo y la xenofobia, sus miembros tienen que comprometerse con ello. En caso de que alguien obre en contra de estos principios, su separación del grupo no es problemática.

A menudo, cuando la extrema derecha hace noticia, ésta proviene de los Estados alemanes que pertenecían a las ex RDA. Y lo mismo sucede en el tema de la presencia neonazi en los clubes deportivos. Pero no se debe a que todos los neonazis vivan en el este del país, afirma Müller.

Más coraje

Según Müller, el comportamiento social en ambas partes del país sigue siendo diferente. Por décadas, los ciudadanos de la parte occidental del país expresaron su opinión tan pronto algo no les parecía. Por el contrario, en la parte oriental no se veía con buenos ojos el contradecir. Por ello, “la sociedad civil no reacciona en algunos temas tan activamente como en la otra parte de Alemania”, explica.

En opinión de Schreiber, las autoridades y los funcionarios del campo del deporte tienen en este tema buena parte de la responsabilidad. Poco a poco, las asociaciones van aceptando que tienen que dejar clara su posición y su línea democrática. De eso se ocupa MBT: de asesorar y apoyar a los clubes en esa tarea. Y aunque el trabajo de los equipos de los que forma parte Anett Müller cosecha elogios, la pedagoga social de Cottbus desearía una mayor presencia del tema en los medios y la opinión pública. “En Brandeburgo el tema se debate públicamente”, dice Müller a DW, “yo desearía que se hiciera lo mismo en otras partes de Alemania”.

Autor:  Dirk Kaufmann/Mirra Banchón
Editor: Diego Züñiga