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Preocupación en Oriente Próximo

5 de noviembre de 2004

La sucesión de Yaser Arafat abre nuevas interrogantes en la crisis de Oriente Medio. La época post Arafat será vital para la pacificación de una región que lleva más de 50 años en conflicto.

Palestina vive con preocupación la sucesión de Arafat.Imagen: AP


La sucesión del líder palestino que para muchas generaciones significó el camino a la liberación, podría ser uno de los hitos más grandes en la historia del conflicto palestino-israelí. La figura de Arafat ya no será un impedimento para el proceso de paz como lo consideraban las autoridades israelíes aunque, en Palestina, Arafat sigue siendo un líder indiscutible. La etapa de transición será decisiva para el desarrollo de las negociaciones en aras a hacer viable el proceso de paz en Oriente medio.

Ante la incertidumbre de la sucesión, se podrían barajar dos posibilidades. Por una parte la antigua generación de líderes palestinos artífices de la resistencia palestina desde sus comienzos, y por otra parte, la nueva generación, nacida bajo el liderazgo de Arafat y educada durante la ocupación israelí.

La vieja guardia

Entre los nombres que se citan para la sucesión, se encuentran Mahmoud Abbas y Ahmed Kureia. Abbas fue primer ministro de la autoridad palestina y uno de los pocos fundadores del movimiento palestino que todavía vive en la actualidad. Sus contactos con numerosos líderes musulmanes de todo el mundo y su disposición a la negociación con Israel para llegar al fin de la violencia, lo podrían convertir en el nuevo líder palestino. Ahmed Kureia, actual presidente de la Autoridad Palestina, fue uno de los impulsores del proceso de Oslo y partidario del cese de la violencia. Sin embargo, tanto Kureia como Abbas se enfrentaron a Arafat durante el ejercicio de su mandato.

Arafat y Kureia, dos símbolos de la transición.Imagen: AP

Nueva sangre palestina

La nueva generación no participó en la lucha histórica por la independencia de Palestina. Entre los posibles aspirantes a la sucesión destaca Djibril Radjoub. Durante su carrera en la lucha por la liberación de palestina, se mostró siempre del lado de Yaser Arafat. Rajoub se enfrentó en muchas ocasiones a los ocupantes israelíes y fue encarcelado varias veces, condenado a cadena perpetua y deportado al Líbano. Durante su arresto, Radschub aprendió hebreo y se ganó el respeto del gobierno israelí al declararse en contra de la violencia y de los atentados en Israel.

A este grupo pertenece también Marwan Barghouti con una carrera similar a la de Radschub. Tras su participación en la primera intifada fue deportado al Líbano y fue durante un tiempo uno de los principales defensores de un proceso de paz. Su participación en la última intifada como líder de las brigadas Al Aqsa, lo convirtió en objetivo de los ataques israelíes durante varias ocasiones, fue apresado en una acción militar y condenado a cadena perpetua. Actualmente sería el más popular para suceder a Arafat. Sin embargo en Israel ni siquiera se discute su puesta en libertad.

Calma antes de la sucesión

Bernot Erler, experto en política exterior del Partido Socialdemócrata alemán, opina que la transición en Palestina es un proceso delicado y tomará su tiempo. "Antes de hablar de un sucesor hay que tener en cuenta el carácter constitutivo de esta fase post Arafat. Lo que pase a partir de ahora influirá en el desarrollo del proceso de paz. Por eso es importante combinar el nuevo gobierno palestino con el plan de paz". Erler también considera fundamental el apoyo de EE.UU. "Estados Unidos tiene ahora la obligación de reiniciar el proceso. El argumento de que Arafat impide el proceso ya no es válido", dice Erler.

Fischer podría intermediar en la transición "post Arafat."Imagen: AP

En cuanto al apoyo exterior para la transición y el proceso de paz, Erler señala que hay que ser cauto antes de nombrar intermediarios válidos. Es necesario que éstos entiendan la realidad palestina y que el pueblo palestino los acepte. Entre los candidatos posibles, Erler considera al ministro de Exteriores alemán, Joschka Fischer, como uno de los más adecuados. "Existen pocas personas en el mundo que aceptarían esta responsabilidad. En el caso de Fischer es posible, porque se ganó la confianza tanto del gobierno palestino como del israelí. Además, Europa y Alemania juegan un gran papel en la región con las ayudas concedidas al estado palestino", declara Erler.

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