Süddeutsche Zeitung: "¿No es un poco exagerado? Esta es sólo una de muchas preguntas que surgen después del proceder de la policía y la fiscalía contra sedes de grupos antiglobalización con miras al G-8. Cierto, el Estado no puede limitarse a observar cuando manifestantes militantes se expresan con ataques o causan daños materiales. Pero en manifestaciones violentas acontecidas en el pasado en Hamburgo o en Berlín se dedicaron sólo a investigar. (...) Es evidente que con lo que a pocas semanas de que comience la cumbre del G-8 es intimidar al núcleo duro de oposición y revelar sus estructuras de comunicación, lo que confirma el hecho de que revieran detalles sobre ellas. No sería la primera vez que este tipo de medidas resulten contraproducentes."

Saarbrücker Zeitung: "El terrorismo de izquierda en Alemania no es una cosa del pasado. Los exponentes de la década de los 70 recientemente liberados podrán no representar una amenaza. Pero a 10 años de la disolución de la Armada del Ejército Rojo (RAF) existe entre los anticapitalistas radicales, miembros que están dispuestos a aplicar violencia por lo menos contra bienes materiales. Para ellos la Cumbre del G-8 es el escenario perfecto. Quien quiera realizar investigaciones en este campo debe hacerlo con mucho tacto. Si lo que la policía pretendía realmente era demostrar su presencia, ha sido la iniciativa equivocada. Esta acción espectacular fomenta la solidaridad e impulsa la movilización de los antiglobalización con miras a la Cumbre de Heiligendamm."

Banco Mundial

Trouw, de Holanda sobre el escándalo en torno al presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz: "Lo que más sorprende del caso Wolfowitz, es que aún no haya dimitido. Esto comprueba que las relaciones en el Banco Mundial no responden a la actualidad. (...) Son los estadounidenses los que tienen el sartén por el mango en la nominación del presidente del Banco Mundial. En respuesta los europeos determinan al funcionario líder del Fondo Monetario Internacional. Los viejos poderosos han regulado perfectamente sus intereses en los institutos financieros internacionales. Esto hace que un escándalo como el de Wolfowitz se complique aún más."

Relaciones UE-Moscú

Le Monde, de París: "Mientras que la Unión Europea y Moscú intentan negociar un nuevo acuerdo de asociación y una sociedad estratégica, los "amigos " de Putin van abandonando uno tras otro el poder. Angela Merkel no comparte la misma admiración que tenía Gerhard Schröder por este "demócrata de pura sepa". Nicolas Sarkozy prometió que no seguirá, en lo que atañe a las relaciones con el jefe del Kremlin, el ejemplo de Jacques Chirac. La canciller alemana y el nuevo presidente francés no subestiman el poder de Rusia a nivel internacional, pero están decididos a no dejarse intimidar."