Desde que la crisis internacional pusiera de relieve la fortaleza de las llamadas economías emergentes, la Asociación Empresarial para América Latina (LAV, según sus siglas en alemán) fundada en 1916 y con sede en Hamburgo, es un interlocutor muy buscado por empresas alemanas interesadas en informarse sobre las oportunidades de inversión en el subcontinente.

En cooperación con las embajadas de México, Chile, Colombia y Perú, la Asociación Empresarial para América Latina presentó ante la comunidad empresarial alemana la llamada Alianza del Pacífico, fundada en abril de 2011 con el objetivo de promover la integración regional, el crecimiento, el desarrollo y la competitividad en esa región económica. Y lo hizo con cuatro empresas provenientes de dichos países que son “jugadores globales”.

“Son países que juegan con la carta del libre comercio y la integración internacional sin utilizar instrumentos proteccionistas o de regulación, aunque siempre bajo las reglas de la legalidad y de la seguridad jurídica”, afirma el gerente general de LAV, Christoph Schmitt, en conversación con DW.

Seguridad para las inversiones

Ejemplos de este “fair play” fueron cuatro empresas que se han convertido en punta de lanza en la región y son vistas como ejemplo a seguir en el mundo empresarial. Nemak -una empresa mexicana cuyas raíces se remontan a fines del siglo XIX y la fundación del grupo ALFA por don Roberto Garza Sada en 1974-, que de ser una empresa local con exportaciones a Estados Unidos dio el salto a la globalización en 2003, cuenta hoy en día con 28 plantas en 13 países y da empleo a 18.000 personas en todo el mundo.

Eugenio Garza, gerente operacional de Nemak Europe, con sede en Fráncfort del Meno, dice no tener vínculos sanguíneos con la estirpe empresarial del grupo ALFA, pero el joven empresario ha sido testigo de la transformación que ha convertido a Nemak en uno de los jugadores globales de origen mexicano.

Nemak, fabricante de cabezas de motor, cilindros y autopartes de aluminio en la industria automotriz, tuvo ventas de 3,6 millones de dólares el año pasado, lo que es equivalente a unos 37 millones de cabezas de motor. “Nemak ha sido un ejemplo de cómo se puede saltar de ser una empresa local basada en México con ventas a Estados Unidos, a ser un jugador a nivel mundial", dice Garza.

Europa se ha convertido en un mercado prioritario cuyas operaciones representan un 36% de las ventas totales. “La operación en Europa está centrada en Alemania y de ahí nos movemos a las plantas que tenemos en seis países del Viejo Continente”, explica el gerente.

Preguntado sobre cuál es el desafío que tienen que enfrentar las empresas al buscar oportunidades en los mercados internacionales, responde que un ejemplo lo ofrece China, donde Nemak está incursionando. “Ahí se visualiza una oportunidad de negocio muy grande, pero la barrera de entrada es igual de grande. Hay que entender la cultura del país y el esquema gubernamental, hay que vencer el esquema de regulaciones para poder entrar a ese mercado y recoger los frutos”, afirma.

Siemens, Transoceánica y Camposol

En el evento realizado en la sede del Deutsche Bank, en la calle Unten den Linden (Bajo los Tilos), fue presentada la filial de Siemens en Colombia, país donde la trasnacional alemana se encuentra presente desde hace 55 años y ofrece una serie de productos en el sector de servicios, industria, energía y salud. En el 2011, Siemens Colombia registró un volumen de negocio equivalente a más de 254 millones de euros. También participó la empresa chilena Transoceánica, dedicada al sector inmobiliario, hotelero, turístico y de logística, que cuenta con inversiones de capitales privados alemanes.

Camposol de Perú, dice ser el mayor exportador mundial de espárragos y también produce aguacates, mango, pimiento y uva que exporta a Norteamérica, Europa y Asia.

Para los organizadores, el interés por Latinoamérica no es una sorpresa.

“El productor de equipos, el industrial siempre busca un mercado  donde vender sus productos y los mercados de materias primas han supuesto un auge para el subcontinente durante la última década, tanto por la demanda de metales como de productos agrícolas”, afirma Schmitt. El empresario añade que dichos países han tenido que renovar equipo, invertir para mejorar las condiciones de producción y es ahí donde hay adicionales oportunidades para vender productos “made in Germany”.  

Autora: Eva Usi

Editora: Emilia Rojas