Presidenciales afganas: preliminares dan victoria a Ghani
22 de diciembre de 2019
Tras una demora de casi tres meses en el escrutinio, la Comisión Electoral presentó los resultados preliminares. La victoria es del presidente Ashraf Ghani, que obtuvo el 50,6 por ciento de los votos.
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Los resultados preliminares de las presidenciales afganas del pasado 28 de septiembre dan la victoria con el 50,6 por ciento de los votos al presidente Ashraf Ghani. Así lo anunció este domingo (22.12.2019) la Comisión Electoral, que se demoró casi tres meses en presentar el escrutinio a causa de las protestas por sospechas de fraude. Estos resultados dejan en segundo lugar el jefe del ejecutivo, Abdullah Abdullah, con el 39,5 por ciento de los apoyos obtenidos en las urnas, informó en una conferencia de prensa la presidenta de la Comisión Electoral Independiente, Hawa Alam Nuristani.
De los 1.824.401 votos considerados como válidos, Ashraf Ghani obtuvo 923.868 votos, mientras que Abdullah Abdullah recibió 720.099 votos. En el tercer lugar quedó el candidato Gulbuddin Hekmatyar con 70.243 votos. A partir de ahora, los candidatos tienen tres días para presentar sus quejas sobre estos resultados ante la Comisión Independiente de Quejas Electorales. El resultado final se anunciará después de que la IECC aborde todas las reclamaciones.
Bajísima participación
El pasado 28 de septiembre de 2019 votaron solo 2,7 millones de los 9,6 millones de personas registradas para votar. Se trata de una bajísima participación, principalmente debido a las continuas amenazas de los talibanes y la desconfianza en el proceso electoral. Del total de votos emitidos, 1,92 millones fueron verificados biométricamente y, de estos, solo 1,8 millones fueron declarados válidos por la comisión. El anuncio de los resultados preliminares estaba previsto primero para el 19 de octubre, luego se retrasó al 14 de noviembre y ese día se pospuso de nuevo sin una fecha determinada a causa de los problemas técnicos y la interferencia de los candidatos en el proceso. Los retrasos se produjeron principalmente por los partidarios de Abdullah que decidieron bloquear el recuento y la auditoría de los votos en siete de las 34 provincias del país. El pasado 14 de diciembre Abdullah Abdullah pidió a sus seguidores que concluyeran las protestas para que la Comisión Electoral Independiente pudiera terminar el recuento de votos.
MS (efe/dpa)
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La interminable lucha por el poder en Afganistán
A 17 años de la invasión estadounidense, Afganistán sigue sumido en la violencia desatada por los talibanes. Una serie de mortales atentados en el último año sugiere que los radicales son más fuertes que antes.
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Una seguridad frágil
Los reiterados ataques que han tenido lugar en 2018 y 2019 han causado la muerte y dejado con heridas a cientos de inocentes, y muestran cuán frágil es la situación del país y el débil poder del gobierno. Los incidentes han provocado desesperación en los ciudadanos, cansados de la guerra, y han puesto en evidencia las limitaciones del Estado para garantizar la estabilidad.
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Una larga serie de ataques
Los episodios de violencia han puesto nuevameente a Afganistán en el centro de la mirada internacional. Tanto los talibanes como el Estado Islámico se han atribuido distintos ataques, mientras crece la presión para que el gobierno afgano mejore la seguridad y recupere los territorios que están bajo el dominio de distintos grupos insurgentes, incluidos los ya citados talibanes y Estado Islámico.
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Ofensiva de primavera
En 2018, los talibanes anunciaron el comienzo de su ofensiva anual de primavera, desestimando una oferta de paz realizada por el presidente Ashraf Ghani. Los milicianos, que luchan para reinstaurar su visión radical de la ley islámica, aseguraron que su campaña fue en respuesta a la estrategia adoptada por EE.UU. en 2017, más agresiva con el fin de forzar a los insurgentes a sentarse a negociar.
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La política para Afganistán de Trump
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó una nueva estrategia para Afganistán en 2017, prometiendo desplegar más tropas para entrenar a las fuerzas afganas. También aseguró que su país seguiría apoyando a los afganos en su guerra contra los talibanes y que, para ello, la presencia estadounidense se extendería todo lo que fuera necesario. En 2019, sin embargo, cambió de parecer.
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Proceso de paz
Pese a que el presidente Ghani realizó una oferta en febrero de 2018 para que hubiera conversaciones de paz "sin condiciones previas", los talibanes no mostraron interés alguno hasta 2019, desestimando las propuestas como parte de una "conspiración". En 2019 aceptaron negociar, pero directamente con Estados Unidos, pasando por encima de Kabul.
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Apoyo paquistaní
Pakistán ha sido presionado por Kabul y Washington para que deje de ofrecer refugio a los militantes acusados de realizar ataques en Afganistán, un cargo que Islamabad niega, insistiendo en que su influencia sobre los insurgentes es sobreestimada. Kabul e Islamabad intercambian acusaciones de proteger a milicianos del otro país. El lenguaje áspero ha caracterizado la relación entre ambos vecinos.
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El papel de los señores de la guerra
Además de los talibanes, los señores de la guerra afganos ejercen una enorme influencia en el país. El año pasado, el líder de Hizb-i-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, volvió a Kabul -tras un exilio de 20 años- para jugar un rol activo en la política. En septiembre de 2016, el gobierno firmó un acuerdo con él con la esperanza de que otros señores de la guerra y grupos radicales siguieran el ejemplo.
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Un gobierno ineficiente
En medio de una interminable batalla por el poder, los niveles de respaldo al presidente Ghani no hacen más que bajar. La corrupción desenfrenada y el largo tira y afloja dentro del gobierno de unidad nacional respaldado por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en los esfuerzos gubernamentales para acabar con el terrorismo.