Han pasado tres meses desde las elecciones parlamentarias de Alemania y el país se encuentra todavía en un atolladero político: el Gobierno anterior sigue a cargo de manera interina pero en estado de parálisis. Del mismo modo, el Parlamento recién elegido de Alemania, el Bundestag, que está listo para ponerse a trabajar, permanece inactivo. Mientras las partes no hayan acordado una coalición que funcione, es decir, mientras no esté claro qué partidos gobernarán y cuál será la oposición, los importantes comités en los que se realizará el trabajo parlamentario no pueden ser ocupados.

Cada vez más alemanes se quedan perplejos ante este estancamiento político. ¿Pero hay motivo de preocupación? No, dijo el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier en su mensaje de Navidad: no todo lo "inesperado" debe "inspirar miedo". Ni siquiera cuando la formación de un Gobierno "lleva más tiempo de lo previsto". "Se los aseguro: el Estado actúa de acuerdo con las normas que nuestra Constitución estipula expresamente para una situación como esta, a pesar de que tales reglas nunca se han utilizado en las últimas décadas. Por lo que podemos tener confianza", agregó.

Los pastores de Belén también fueron valientes

Confianza y esperanza, estos dos términos son el hilo conductor del discurso navideño del presidente federal, transmitido tradicionalmente en Nochebuena por los organismos de radiodifusión alemanes. A pesar de la incertidumbre prevaleciente en Alemania y el mundo, Steinmeier instó a sus ciudadanos a mantener la esperanza. "Vivimos en tiempos en que nos enfrentamos constantemente con lo inesperado", dijo. "Estos son tiempos desconcertantes". Del mismo modo, aseguró que anhelamos la continuidad y la certeza, "pero si no tuviéramos que enfrentarnos con valentía ante lo inesperado, entonces los pastores de Belén hubiesen renunciado mucho antes de completar su búsqueda", dijo en referencia a la historia de la Natividad.

"Durante las últimas décadas, hemos superado una y otra vez las crisis y nos hemos reinventado. Seguimos siendo un país con políticas que se rigen por los principios de la razón económica y la justicia social", dijo Steinmeier. "Y somos un país que tiene la fuerza y ​​la voluntad para mantener la cohesión", agregó. Pero aún hay mucho trabajo por delante, tanto para ciudadanos como políticos.

Con coraje y confianza contra el éxodo rural

Steinmeier dijo haber sido testigo, durante viajes en su primer año en el cargo, de cómo esto podría lograrse. Por ejemplo, en Sajonia, donde los jóvenes están tomando medidas para contrarrestar el éxodo rural. "Estas personas están trabajando para salvar su ciudad, asegurándose de que sea un lugar en el que valga la pena vivir, tal vez incluso un lugar al que valga la pena regresar". Steinmeier dijo que estaba profundamente impresionado por los esfuerzos y el apoyo del alcalde para dar nueva vida a la ciudad. Ahora la comunidad cuenta con un café administrado por voluntarios que se ha convertido en un punto de encuentro para los lugareños. Del mismo modo, la ciudad cuenta con un pequeño cine, un parque infantil construido por los locales y casas que son cuidadas y arregladas por la comunidad para que las familias jóvenes puedan vivir allí.

"El tipo de personas que conocí en Sajonia y Mecklemburgo-Pomerania Occidental, así como en Baviera y Baja Sajonia, son realmente inspiradoras, y merecen nuestra admiración", enfatizó el presidente, y agregó: "Más que eso, merecen el apoyo de los políticos". Estos pequeños ejemplos llevan un mensaje más amplio para todos, insistió: "Nos muestran que no estamos a la merced de las circunstancias. ¡Nuestro futuro no está escrito! Podemos superar la sensación de impotencia y alienación –tanto a gran como a pequeña escala– si actuamos como comunidad y si dejamos de responsabilizar a otros y comenzamos a darnos cuenta de que esta responsabilidad comienza con nosotros", agregó.

Un momento navideño para todo el año

Steinmeier concluyó agradeciendo a "todos aquellos que están cuidando a otros" y deseándoles a todos una feliz Navidad, incluyendo a "aquellos en nuestro país que no crecieron en la tradición cristiana, a aquellos que tienen una fe diferente, o que pueden no tener religión en absoluto".

Para los cristianos, la calma entre la Navidad y la víspera de Año Nuevo es un símbolo de la promesa de paz de la historia navideña, apuntó Steinmeier, que luego agregó que espera "que usted, que todos nosotros, podamos experimentar este momento, un momento navideño que puede ser recordado y apreciado todo el año".

Autor: Sabine Kinkartz (FEW/DZC)

 

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