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Preso por una canción

Enrique López Magallón5 de octubre de 2006

Las empresas mediáticas pretenden criminalizar cuanto antes cualquier forma de copiado de música y películas. La sociedad civil reacciona con igual celeridad.

La destrucción masiva de discos ilegales no ha sido la solución.Imagen: dpa

En el universo de Internet, la música y los filmes son una vez más la manzana de la discordia. Así como la industria discográfica logró transformar hace algunos años al popular sitio Napster, inhibiendo así el intercambio de música entre particulares, ahora intenta promover cambios jurídicos para que los sitios de Internet se vean obligados a proporcionar a las autoridades los datos personales de aquellos cibernautas que „bajen“ música o películas de la red. Esto ha sido interpretado por algunas organizaciones como una criminalización del copiado e intercambio de música.

Las denuncias

Patrick von Braunmühl, director de Asuntos Comerciales de la Central Federal del Consumidor en Alemania, afirmó en Berlín que la medida constituiría una violación a la ley vigente en materia de protección de datos personales. Señaló que, sobre todo, las acciones promovidas por los consorcios de la comunicación equivalen a criminalizar el copiado de música o filmes con fines privados.

„Es absurdo amenazar a millones de ciudadanos con meterlos a la cárcel, poniéndolos además en el mismo nivel que los comercializadores de material ilegal“, dijo por su parte Christoph Bautz, representante de la Red On-line Campact.

Oliver Moldenhauer, de la campaña „fairsharing“, consideró que no debe permitirse tal intento de „privatizar el sistema jurídico“. Todos ellos admiten en el sitio www.wir-haben-privat-kopiert.de que „las violaciones al derecho de autor, cuando se producen en el entorno de las empresas, son actos criminales que deben ser castigados como tales“. Sin embargo, agregan, quienes obtienen materiales por Internet en cantidades mínimas y para uso personal no deben ser equiparados con los piratas del comercio.

Las acciones

Por ello, estos organismos ya comenzaron a reaccionar. En conjunto con otros de su tipo, acaban de lanzar en la capital alemana una campaña con el lema „Hacer copias privadas no es un crimen“. Además, en sus sitios de Internet aparecen cibernautas que supuestamente son metidos tras las rejas.

El movimiento se ha trasladado al terreno legislativo. Los opositores a la iniciativa proponen que se integre a la propuesta de ley una cláusula que eximiría a los usuarios de toda responsabilidad penal, cuando el número de copias no sea significativo y sirva exclusivamente a fines privados. En el fondo, las organizaciones proponen que el sistema legal de protección a los derechos de autor sean modernizado a la par de los adelantos tecnológicos.

„Los sistemas que protegen tecnológicamente a los materiales contra el copiado, y que ponen en riesgo la seguridad y la protección de los datos personales, deben ser prohibidas“, dice la campaña. Por supuesto, no será fácil convencer a los directivos de las empresas mediáticas. El mejor argumento lo dan, paradójicamente, los organismos denunciantes. Estos admiten que, según sus propias estimaciones, 96 por ciento de la música „bajada“ de Internet es de procedencia ilegal.

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