En 2007 caduca el acuerdo que regula las relaciones entre la Unión Europea (UE) y Rusia. Las dos partes buscan por ello nuevas bases para el entendimiento y la cumbre de hoy viernes ha sido un primer acercamiento. No se ha llegado a conclusión ninguna. A un mes de que finalice el año y de que acabe la presidencia finlandesa del Consejo de la UE, no se esperan grandes decisiones. Pero el camino se puede ir arando. Las negociaciones duras se llevarán a cabo bajo la presidencia de Alemania, siguiente en el turno directivo de la UE. Y no son pocos los puntos que quedan por limar.

Abrir el mercado energético

En estos momentos, Rusia es el principal abastecedor de gas y petróleo que tiene Europa. Sin embargo, los europeos quieren abrir el mercado energético a la competencia y darle una oportunidad a nuevas empresas, con el objetivo de lograr una bajada de los precios de la encarecida energía.

"Tenemos que construir un mercado energético interno en Europa", dijo en Helsinki Jose Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea. El 10 de enero de 2007 se espera que esté listo el plan que siente las bases de tal proyecto. Barroso no ha dado detalles, pero se sabe que uno de los objetivos es restar influencia a los grandes consorcios, retirándoles el monopolio sobre los canales de abastecimiento, como por ejemplo los gasoductos.

Esto afecta evidentemente al principal de los consorcios y el mayor de los monopolios en lo que a la energía en Europa se refiere: Gazprom, la gran compañía estatal rusa. Después de hablar con Barroso, el presidente ruso, Wladimir Putin, dejó muy claro cuál es su postura con respecto a las intenciones de la UE: Europa puede hacer los planes que quiera, pero Gazprom es cosa de los rusos y los rusos no van a tolerar intervenciones del exterior.

"La distribución o la división de empresas en productoras y transportistas es una cuestión absolutamente interna y sobre la que sólo la Federación Rusa tiene competencia. Nadie salvo nosotros puede tomar una decisión de ese tipo", sentenció Putin.

Un nuevo golpe a los derechos humanos

El respeto a los derechos humanos es siempre una de las cuestiones candentes en las relaciones con Rusia. No se puede ser muy críticos, porque están los intereses económicos. Pero tampoco se pueden obviar las violaciones, porque se caería en la inmoralidad de la que la UE se dice no partícipe.

En este tema, Rusia no le pone las cosas fáciles a Europa. Justamente hoy, coincidiendo con la celebración de la cumbre, en todos los diarios europeos se leía la noticia del envenenamiento en Londres de Alexander Litvinenko, ex agente secreto ruso. Litvinenko era un conocido crítico de Putin que estaba investigando el asesinato hace un mes de su compatriota, la periodista Anna Politovskaya. Los parlamentarios europeos exigen ya de Rusia una explicación contundente.

"Si el Gobierno ruso no aclara lo sucedido, la confianza en la cúpula directiva de ese país se reducirá todavía más", declaró el europarlamentario Hans-Gert Pöttering, de la fracción cristianodemócrata, al rotativo germano Tagesspiegel.

Sobrevolar Siberia seguirá siendo caro

Hasta el 2013 se mantendrán las tasas que las aerolíneas europeas tienen que pagar por sobrevolar Siberia. Para las compañías de vuelo, la ruta es muy importante. Además de cara. Casi 300 millones de euros se gastaron el año pasado en travesías sobre territorio siberiano. Por eso, una de las condiciones que Europa había puesto a Rusia para apoyar su entrada en la Organización Mundial del Comercio era que se eliminasen estos cargos a las aerolíneas. El acuerdo alcanzado es que los pagos se seguirán, pero durante los próximos seis años.

A parte dar una primera señal de la posición de partida que toma a cada cual en vistas a las futuras negociaciones entre ambas partes, la cumbre de Helsinki tenía un escollo que resolver: el que ha puesto Polonia. El país está resentido porque, pese a que recientes informes de la UE avalan la calidad de su carne, Rusia sigue manteniendo los steaks polacos bajo embargo.

Polonia ha amenazado con bloquear las conversaciones con Rusia. Los rusos alegan que el problema no son los productos polacos, sino la carne que desde Asia y a través de Polonia se destina a Rusia. Así, Barroso ha aprovechado la ocasión de hoy para tratar de acercar posturas y calmar los ánimos.