Primer caso mundial de muerte por reinfección de coronavirus
13 de octubre de 2020
La fallecida por reinfección de COVID-19 es una mujer 89 años de Países Bajos.
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Una mujer neerlandesa de 89 años, una de los 25 casos de reinfección de SARS-CoV-2 conocidos en el mundo, falleció por los efectos de la segunda vez que enfermó de COVID-19, agravados por una forma rara de cáncer de médula ósea que padecía, y se convierte en la primera muerte conocida por una reinfección de coronavirus.
Según explicó este martes (13.10.2020) la viróloga Marion Koopmans, la paciente tuvo que ser ingresada en el hospital en la primera ola de contagios, después de desarrollar síntomas como fiebre alta y tos fuerte, pero fue dada de alta a los cinco días y dio negativo en dos PCR a los que fue sometida después de que desaparecieran los síntomas.
La paciente neerlandesa padecía también una enfermedad conocida como Macroglobulinemia de Waldenström, una forma rara de cáncer de médula ósea, por lo que su sistema inmunológico llevaba meses afectado por ello.
Dos meses después de superar la COVID-19, la mujer empezó nuevas sesiones de quimioterapia, pero la paciente empezó a tener fiebre, a toser y a sufrir una fuerte falta de aire solo dos días después, por lo que fue readmitida en el hospital.
Fue sometida a una PCR, en la que dio positivo, pero dio negativo en dos pruebas serológicas que se le hicieron para detectar si aún tenía anticuerpos contra el virus en su sangre, después de la primera vez que se contagió.
Al pasar ocho días de la admisión hospitalaria, el estado de salud de la paciente se deterioró de forma drástica y murió dos semanas después.
"Seguramente haya fallecido al final a causa del coronavirus, pero también estaba ya muy enferma", declaró a la prensa local Koopmans, que participa en un seguimiento de las reinfecciones que está haciendo la Universidad de Oxford.
La viróloga neerlandesa destacó que hoy en día hay alrededor de 25 casos de reinfecciones conocidos en todo el mundo, y en la mayoría de los casos se desarrollaron síntomas menos graves que durante el primer contagio.
Así, los científicos asumen que las reinfecciones siguen "siendo excepciones", aunque Koopmans cree que "habrá más" pero matiza que "la pregunta importante sigue siendo si esto es algo típico de la COVID-19", porque en muchos casos el segundo contagio tuvo lugar tan solo dos meses de la primera infección.
Aunque espera que la mayoría de las personas que hayan superado un primer contagio con coronavirus están ahora protegidas "durante más tiempo" contra la COVID-19, reconoció que, en cualquier caso, "esto no durará toda la vida porque nunca se ha visto eso con ningún virus respiratorio".
Todavía no está claro qué podrá significar el conocimiento de estos casos concretos a la hora de desarrollar la vacuna contra la COVID-19, ni hasta qué punto el sistema inmunológico aprende lo suficiente durante la primera infección con coronavirus, pero los anticuerpos producidos de forma natural después de un contagio inicial parecen desaparecer con relativa rapidez en ciertos casos.
eal (efe, ansa)
Conclusiones y recomendaciones del Dr. Drexler
Conclusiones y recomendaciones del Dr. Drexler
Imagen: picture-alliance/Zumapress/NIAID
Sobre la importancia de las mascarillas
"Mientras no tengamos una vacuna, sigue siendo muy importante el uso de la mascarilla. Es un símbolo de solidaridad con el prójimo. Un escudo sencillo y al alcance de todos. La evidencia de que funciona es cada vez mayor. Probablemente a nadie le gusta usarla, pero hay que recordar que podemos ser asintomáticos y, al mismo tiempo, contribuir a que otros se infecten".
Imagen: Reuters/F. Bensch
Sobre la importancia del intercambio con América Latina
Cooperamos con América Latina porque son los que más están sufriendo en esta primera fase de la pandemia. Alemania puede aprender mucho de la dimensión del COVID-19 allí y de las medidas que se han tomado. Es errado pensar que los países de la región deben aprender de Alemania o que nosotros somos los profesores y los latinoamericanos son los alumnos que escuchan. La cooperación no funciona así.
Imagen: SRE Mexico
Sobre las lecciones de la primera ola en América Latina
Los países latinoamericanos deberían preparar y fortalecer mejor sus sistemas de salud pública. También trabajar en la descentralización de la salud para que funcione no solo en la capital. Esa sería una gran lección, y ojalá sea parte del aprendizaje de América Latina. Veremos si se llega a implementar.
Imagen: Getty Images/AFP/S. Avila
Sobre la desinformación y los políticos que utilizan la pandemia
Esto existe en todos los países del mundo. La desinformación y el rechazo de las personas a tomarse el trabajo de informarse bien y buscar fuentes sólidas está en todas partes. Ojalá que haya un fortalecimiento de la distribución de hechos científicos y salud por parte del Gobierno, que es el indicado para ese rol. Estados Unidos es el peor ejemplo que existe.
Imagen: Tom Brenner/Reuters
Sobre el factor del clima
Es probable que la trasmisión se reduzca por el clima, pero el virus no va a parar por eso. Antes se decía que con altas temperaturas ya no habría problemas, pero luego vimos los casos en la Amazonía. También se dijo que en las zonas altas de los Andes el virus no era estable, y estamos viendo brotes enormes en esas zonas. Hay que tener mucho cuidado con esas conclusiones.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Pimentel
Sobre la vacuna rusa y otras posibles vacunas
Hay que esperar y no crear falsas esperanzas. Ojalá funcione para 2021. Muchas de las vacunas que se están desarrollando son muy buenas. Yo soy amigo de todas las vacunas y no tengo preferencias. La demanda es tan grande que necesitamos todas. Por ahora, hay que tener confianza en las autoridades sanitarias de los países de la región, que están haciendo su trabajo dentro de sus posibilidades.
Imagen: picture-alliance/dpa/Yonhap
Sobre el peligro que el coronavirus mute y la vacuna ya no sirva
Ese es un gran interrogante. Según propios análisis, yo creo que el riesgo de que el virus mute lo suficiente para escapar de la inmunidad inducida por la vacuna en la población es muy bajo. El virus de influenza A cambia muy rápidamente sus proteínas, pero los coronavirus no. Los coronavirus, incluyendo probablemente el SARS-CoV-2, tienen una proteína que corrige errores en su genoma.