Estado de sitio en Haití tras asesinato del presidente Moïse
7 de julio de 2021
Tras un Consejo de Ministros, y junto al director de la Policía Nacional, Leon Charles, Claude Joseph, premier interino, aseguró que "se han tomado todas las medidas para asegurar la continuidad del Estado".
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"Pido a todas las fuerzas vivas de la nación acompañarnos en la batalla, a acompañarnos en la continuidad del Estado", dijo el jefe de Gobierno. Reiteró que la situación de seguridad del país está "bajo control" por parte de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas y pidió a la población que mantenga la calma.
Asimismo, aseguró que los autores del asesinato de Jovenel Moïse serán llevados a la Justicia y expresó su simpatía con la familia, amigos y aliados del difunto presidente, a quien describió como un hombre "muy valiente".
Tras el crimen, el aeropuerto de Puerto Príncipe ha sido cerrado. La vacancia del cargo sigue siendo otro tema conflictivo. Las leyes haitianas establecen que ante la ausencia del presidente le sustituye el titular de la Corte Suprema, pero este murió recientemente por COVID-19.
"Los autores hablaban inglés y español”, afirma Joseph
Jovenel Moïse fue asesinado por hombres armados no identificados que asaltaron de madrugada su residencia y que, según Joseph, hablaban en inglés y en español. En el ataque también resultó gravemente herida la primera dama, Martine Moise, quien recibe atenciones médicas en un hospital.
Las calles de Puerto Príncipe se mantienen en calma, prácticamente vacías, tras el magnicidio, y la Policía controla los accesos al barrio de Pelerin, donde se encuentra la residencia de Moïse.
La Unión Europea advierte "espiral de violencia”
El alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, afirmó este miércoles sentirse "conmocionado” por el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, y su esposa, y advirtió de que puede impulsar una "espiral de violencia”.
"Conmocionado por el asesinato del presidente haitiano. Jovenel Moïse, y de su esposa. Nos habíamos encontrado en un foro hace solo tres semanas”, comentó Borrell a través de la red social Twitter.
jov (efe, france bleu)
Haití, entre el caos y los intentos de resurgir
Tras el devastador terremoto de Haití en enero de 2010, las donaciones fluyeron en miles de millones. Diez años después, la pobreza y la corrupción dominan los titulares del Estado caribeño. Pero hay esperanza de cambio.
12 de enero de 2010, poco antes de las 5 de la tarde: La tierra tiembla en el pequeño país que comparte la isla con República Dominicana. Intesidad de 7.0 en la escala de Richter. En algunos lugares se derrumbó el 90% de los edificios. Al menos 200.000 personas mueren y más de un millón se quedan sin hogar. Con 6.600 millones de dólares, los daños superan el producto interno bruto del país.
Imagen: AP
Catástrofe en el país de las crisis
Enero de 2011: Cruces en una fosa común cerca de la capital Puerto Príncipe. El terremoto golpeó a un país ya de por sí en crisis: en 2010, Haití era -y sigue siendo- el país más pobre del hemisferio occidental, sufriendo de sobrepoblación y corrupción. Los desastres naturales no son raros. Una epidemia de cólera que siguió al terremoto mató a miles de personas más.
Imagen: A.Shelley/Getty Images
Solidaridad global
Un momento de diversión en un campamento para víctimas del terremoto, construido en 2010 con la ayuda de la ONU, ONGs y particulares: el dinero fluyó desde todo el mundo para la reconstrucción. A nivel local, muchas organizaciones de ayuda han hecho un trabajo eficaz, construyendo casas, por ejemplo, dice a DW Bert Hoffmann, politólogo del Instituto Leibniz de Estudios Globales (GIGA).
Imagen: AP
Ayuda que destruye
Las donaciones de alimentos de Estados Unidos ayudaron a los afectados a corto plazo, explica Hoffmann. "Pero a largo plazo, el arroz gratis de EE.UU. ha llevado a los productores de arroz de Haití a una masiva bancarrota. Este tipo de ayuda no ha creado estructuras sostenibles para el país y ha aumentado la dependencia".
Imagen: AP
La crisis después de la crisis
Esperando trabajo: diez años después del terremoto, la calidad de vida de la mayoría de los haitianos ha empeorado. Más de la mitad de la población vive por debajo del umbral de pobreza de 2 dólares estadounidenses al día. Según la ONG alemana “Welthungerhilfe”, el 35% depende de las donaciones de alimentos. La ONG Médicos sin Fronteras demanda una atención médica básica adecuada.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/R. Blackwell
Protestas mortales
El desempleo masivo, la inflación, el crimen y el nepotismo han llevado a los haitianos a las calles durante el último año y medio, como aquí en noviembre de 2019, donde los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes cobraron muchas vidas. "El peligro de una guerra civil está creciendo en Haití", advierte Pirmin Spiegel, director general de Misereor, una organización alemana.
Imagen: imago images/Agencia EFE/J. M. Herve
El presidente Moïse no quiere irse
Jovenel Moïse (centro), ocupa el cargo desde febrero de 2017. Entre otras cosas, se le acusa de haber malversado miles de millones de un fondo de solidaridad venezolano. Pero él se niega a renunciar. Cuando el parlamento se reúna de nuevo este 13 de enero, el mandato de la mayoría de los miembros habrá expirado, y Moïse podría teóricamente gobernar por decreto.
La oposición está fragmentada, pero los activistas quieren seguir luchando por el cambio. "Necesitamos un gobierno que responda a nuestras necesidades", dice Rese Domini (foto), de 31 años, de la organización MONEGAF. La activista Velina Charlier, de 39 años, le dijo a DW en diciembre que pidió "la renuncia de Moïse, un proceso anticorrupción y un cambio radical del sistema".
Imagen: Reuters/V. Baeriswyl
"Europa calla "
Mientras tanto, las organizaciones de ayuda humanitaria hacen un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe. La ayuda alimentaria debe dar prioridad a los productos locales "para impulsar la economía nacional", declaró Welthungerhilfe en noviembre. Alemania y la Unión Europea también deben trabajar por un cambio político en Haití, exigió el director de Misereor.
Diciembre 2019, Puerto Príncipe: Dos amigos en la playa. La crisis actual no debe ocultar el hecho de que hay "muchas estructuras familiares y locales en Haití que funcionan", dice el politólogo Hoffmann. El Estado caribeño no es "un infierno en la tierra". Es un país muy pobre, pero generalmente pacífico y con una gran cultura. (jov/eal)