El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, quien asumió el cargo el pasado diciembre, presentó hoy su nuevo Ejecutivo.
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El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, quien asumió el cargo el pasado diciembre, presentó este martes (9.01.2018) su nuevo Ejecutivo, que incluye cambios en la dirección de los ministerios de Exteriores, Defensa, Interior, Finanzas, Tecnología, Medio Ambiente y Sanidad.
Morawiecki relevó en el cargo a Beata Szydlo por decisión de su partido, la fuerza nacionalista y conservadora Ley y Justicia (PiS), y sus primeras semanas al frente del Gobierno han coincidido con la decisión de la Comisión Europea de activar el Artículo 7 del Tratado de la UE como respuesta a las polémicas reformas del sistema judicial aprobadas por Varsovia.
Analistas locales interpretan los cambios en el Ejecutivo, especialmente la salida del hasta ahora jefe de la diplomacia polaca, Witold Waszczykowski, como un intento de apaciguar las relaciones con Bruselas.
El nuevo titular de Exteriores será Jacek Czaputowicz, quien hasta ahora ejercía como viceministro de Exteriores responsable de Tratados.
También la baja del ministro de Medio Ambiente, Jan Szyszko, que será sustituido por Henryk Kowalczyk, se entiende como una señal de acercamiento a los postulados comunitarios, ya que el hasta ahora titular del departamento es responsable de la gestión del parque nacional de Bialowieza, donde se han realizado talas en los últimos meses a pesar de la prohibición de la Justicia europea.
Significativa es igualmente la salida del ministro de Defensa, Antoni Macierewicz, uno de los líderes del ala más dura de Ley y Justicia, que es relevado por el que hasta ahora era ministro de Interior, Mariusz Blaszczak, quien a su vez cede su cargo a Joachim Brudzinski.
Otra de las nuevas caras en el Gobierno polaco es Lukasz Szumowski, quien pasa a asumir la cartera de Sanidad, mientras que Jadwiga Emilewicz ocupa el nuevo ministerio de Emprendimiento y Tecnología, que asume las competencias del de Digitalización.
Hasta su elección como primer ministro, Morawiecki dirigía el ministerio de Finanzas y Desarrollo, cuyas funciones ahora pasarán a Teresa Czerwinska, nueva ministra de Finanzas, y Jerzy Kwiecinski, titular de Inversión y Desarrollo.
CP (dpa, efe, rtr)
Lech Walesa, ícono de "Solidaridad"
Consiguió doblegar al comunimo en Polonia. Hoy puede mirar hacia atrás consciente de que su liderazgo sindical ayudó a cambiar el mundo.
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Rebelde, premio Nobel y expresidente
El antiguo líder del sindicato Solidaridad y posteriormente presidente de Polonia consiguió doblegar al comunismo polaco. Lech Walesa ha recibido incontables reconocimientos por sus logros políticos. El 29 de septiembre (de 2013) cumplió 70 años.
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Instigador
Cuando en el verano de 1980 se disparó el precio de la carne, se desató una oleada de huelgas por toda Polonia. Walesa, que había trabajado como electricista en un astillero de Gdansk desde 1967 y que había pasado un tiempo en la cárcel por su activismo a favor del sindicalismo libre, estaba fichado por las autoridades. Aún así, el 14 de agosto se convirtió en líder del movimiento Solidaridad.
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Solidaridad
Tras ocupar los astilleros de Gdansk, trabajadores de toda Polonia probaron suerte con esta táctica. Walesa era el único que negociaba con el Gobierno en nombre del recientemente fundado sindicato Solidaridad. Esta movimiento de trabajadores, sin parangón hasta entonces, pronto se convirtió en una organización independiente con más de 10 millones de miembros.
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Con la bendición de la Iglesia
Tras décadas de gobierno comunista, la mayoría de los polacos seguía manteniendo su fe en la Iglesia católica, resistiéndose a adoptar el ateísmo promovido por el Estado. La influyente Iglesia polaca apoyó desde el principio las movilizaciones obreras. El obispo Henryk Jankowski se codeaba con Walesa, que había sido educado en la fe católica.
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Una larga lucha
El 31 de agosto de 1980 concluyeron las huelgas masivas con un acuerdo entre el comité sindical y la delegación de Gobierno. Se pactó el derecho legal a la huelga, la fundación de un sindicato independiente, mejoras en el sistema social y la liberación de prisioneros políticos. En noviembre, un tribunal de Varsovia legalizó el movimiento Solidaridad.
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De líder a prisionero
Hasta diciembre de 1981, Walesa dirigió el Comité de Coordinación Nacional de Solidaridad. Cuando, ese mismo mes, el líder del partido comunista y primer ministro Wojciech Jaruzelski decretó la ley marcial, Walesa fue encarcelado durante casi un año en una prisión cercana a la Unión Soviética.
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1983: Premio Nobel de la Paz
En 1982, la revista Time declaró a Walesa como el "hombre del año". Tras esta distinción, llegaron otros reconocimientos. Cuando se anunció a Walesa como destinatario del Nobel de la Paz en 1983, el líder sindicalista pensó que el Gobierno comunista no le dejaría entrar de nuevo en el país si asistía a la ceremonia de entrega. Su esposa y su hijo de 13 años recogieron el Premio en Oslo.
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Dona el dinero del Premio Nobel
Cientos de creyentes fueron testigos de cómo Walesa dedicó el Premio Nobel a la Virgen Negra, en la ciudad de Częstochowa, al sur del país, uno de los lugares más importantes de peregrinación de la Iglesia católica. Walesa donó el dinero del galardón sueco a una fundación de ayuda a los necesitados.
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Pulso al Gobierno
En 1983, Walesa pidió permiso para volver a los astilleros de Gdansk, pero debió permanecer bajo arresto domiciliario hasta 1987. El movimiento Solidaridad continuó convocando huelgas en minas, astilleros y sector transportes entre 1981 y 1988.
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El Papa
Walesa conoció al papa Juan Pablo por primera vez en julio de 1983, durante una visita del prelado a su país. Ocho años después, Walesa besó la mano del pontífice convertido en el primer presidente de la Polonia postcomunista. Lo hizo mientras sostenía en la mano la primera edición de la Constitución polaca, de 200 años de edad.
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Retirarse con dignidad
A finales de 1995, Walesa había perdido el apoyo del pueblo polaco y no fue reelegido presidente. Pero todavía disfrutaba del aprecio del resto del mundo, incluyendo al Dalai Lama, que se arrodilló ante el hombre que logró grandes cambios en Polonia.
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Amistad germano-polaca
En Alemania se considera que Walesa allanó el camino de la reunificación. En el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, Walesa acudió como símbolo de la reconciliación entre Polonia y Alemania.
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Un icono decadente
Hoy día se mira a Lech Walesa con actitud crítica, entre otras razones, por sus declaraciones discriminatorias contra los homosexuales. Una película del famoso director Andrzej Wajda, proyectada este año en el Festival de Venecia, presenta al exlíder no exento de defectos.
Imagen: Labiennale
Multitud de reconocimientos
El camino de Lech Walesa desde electricista a premio Nobel y presidente de Polonia ha sido largo. Actualmente cuenta con doctorados honoríficos y distinciones. Puede echar la vista atrás y recordar cuando, hace más de tres décadas, lideró a quienes buscaban un cambio político en Polonia.