Principal afluente del Amazonas en "situación crítica"
10 de octubre de 2023
El río Madeira, uno de los principales de Sudamérica, alcanzó su menor nivel del último medio siglo alertó la Agencia Nacional de Aguas de Brasil.
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La Agencia Nacional de Aguas de Brasil (ANA) declaró este lunes (09.10.2023) en "situación crítica" al río Madeira, el más largo e importante afluente del río Amazonas, en medio de la sequía que atraviesan algunas regiones del mayor bosque tropical del planeta.
La declaración permitirá adoptar medidas para "prevenir" y "mitigar" la "escasez cuantitativa" de agua registrada en el río Madeira, que ha alcanzado su menor nivel del último medio siglo debido a los efectos de El Niño y el cambio climático.
La agencia brasileña también podrá establecer "reglas especiales" sobre el uso del agua y la operación de los embalses de la zona y autoriza a los prestadores de servicio de saneamiento básico a subir las tarifas para "cubrir los costes adicionales derivados de la escasez" hídrica.
Uno de los principales ríos de Sudamérica
Con una extensión de 3.240 kilómetros, el Madeira pasa por Brasil, Bolivia y Perú, con denominaciones diferentes en cada país, y es uno de los principales ríos de Suramérica, con una cuenca hidrográfica de 125 millones de hectáreas, según datos oficiales.
Brasil: dramática sequía en la Amazonía
La selva amazónica está sufriendo una grave sequía: el nivel de los ríos bajó considerablemente, los peces mueren y la población también está sufriendo. Culpan al el fenómeno meteorológico El Niño y al cambio climático.
Imagen: MICHAEL DANTAS/AFP/Getty Images
Estrecho camino
Los barcos todavía pueden navegar por esta sección de la Amazonía, cerca de Manacapuru, pero su nivel es peligrosamente bajo. La región amazónica está experimentando una sequía récord que ya afecta a 100.000 personas. El gobierno brasileño está creando un grupo de trabajo para ayudar a quienes dependen de los ríos como rutas de transporte para alimentos y otros artículos esenciales.
Imagen: Edmar Barros/AP/dpa/picture alliance
Situación "muy preocupante"
Los ríos son las principales rutas de transporte de la región y la sequía ya ha perturbado algunos de ellos. "La situación es muy preocupante", dijo a la agencia de noticias Reuters la ministra de Medio Ambiente de Brasil. Se avecina escasez de alimentos y agua. El gobierno está proporcionando 26,3 millones de euros para dragar canales de navegación y puertos y así mantener navegables los ríos.
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Aislados del mundo exterior
Los habitantes de los estados brasileños de Amazonas y Acre, que ya están aislados del mundo exterior, recibirán ahora agua, alimentos y medicinas de la fuerza aérea. Las autoridades temen que antes de fin de año, medio millón de personas podrían verse afectadas por la sequía, al igual que los habitantes de estas casas flotantes varadas que normalmente flotan en el río Negro.
Imagen: MICHAEL DANTAS/AFP
Lago de peces muertos
El pescador Paulo Monteiro da Cruz navega en su barco a través de un mar de peces muertos en el lago Piraña. El sustento de muchos pescadores aquí está gravemente amenazado. Los bajos niveles de agua y las temperaturas excepcionalmente altas del agua provocaron una catástrofe masiva en los ríos y lagos de la región.
Imagen: BRUNO KELLY/REUTERS
Medios de vida en riesgo
Miles de peces muertos se amontonan en las orillas de este promontorio. La mortandad masiva es un desastre para la naturaleza y la gente: la pesca, el medio de vida de muchas comunidades a lo largo de los ríos de la Amazonia, tuvo que detenerse en gran medida. Además, los peces muertos que flotan en la superficie de los ríos contaminan el agua potable.
Imagen: BRUNO KELLY/REUTERS
Tocando fondo
Los barcos encallaron en el puerto de Manaos, la ciudad más grande de la región amazónica brasileña. Según el sitio web de la autoridad portuaria, el nivel del agua baja 30 centímetros al día en promedio desde mediados de septiembre. El miércoles estaba a una profundidad de 16,4 metros, unos seis metros menos que el mismo día del año pasado.
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En llamas
La sequía y el calor no sólo afectan a los ríos: la región también sufre numerosos incendios forestales y en algunos casos las llamas también amenazan los asentamientos. A mediados de septiembre, el estado de Amazonas declaró estado de emergencia ambiental. Actualmente, 15 municipios se encuentran bajo este estatus y otros 40 en estado de alerta, según la defensa civil.
Imagen: MICHAEL DANTAS/AFP
Selva lluviosa sin lluvia
En Iranduda, el antes poderoso río Negro es actualmente poco más que un goteo. La sequía en el norte y las inundaciones en el sur de Brasil son provocadas por el fenómeno meteorológico El Niño, que calienta las aguas superficiales del océano Pacífico. Los expertos en clima dicen que este año los efectos han sido más severos de lo habitual.
Imagen: MICHAEL DANTAS/AFP/Getty Images
Perspectivas sombrías
"Estamos viendo una coincidencia de dos fenómenos: uno natural, El Niño, y otro provocado por el hombre, el calentamiento global", aseguró la ministro de Medio Ambiente a Reuters. Según ella, esta combinación llevó a una sequía sin precedentes en la Amazonia, y Brasil probablemente verá más de esto en el futuro. El cambio climático está haciendo que las sequías sean más frecuentes y prolongadas.
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Sus aguas son esenciales para las regiones por las que transcurre, pues proporcionan alimento para las comunidades amazónicas y posibilitan la existencia de plantíos en sus márgenes.
Además, es una ruta de transporte fluvial clave gracias a sus más de 1.000 kilómetros navegables entre Porto Velho, capital del estado brasileño de Rondônia, y la ciudad de Itacoatiara, en el vecino estado de Amazonas, uno de los más golpeados por la sequía.
En 2022, el volumen transportado por el río Madeira alcanzó los 6,5 millones de toneladas, según los datos de la Agencia Nacional de Transporte por Vías Navegables (Antaq).
Hidroeléctrica suspendió operaciones
La disminución del caudal del Madeira también obligó a suspender la semana pasada el funcionamiento de la hidroeléctrica de Santo Antonio, la cuarta mayor de Brasil.
La Amazonía brasileña atraviesa una sequía extrema que, además de poner en aprietos el transporte de mercancías, ha aislado a algunas comunidades rurales a las que solo se puede acceder por vía fluvial.
También ha causado una gran mortandad de peces y de delfines rosados y disparado los incendios en el bioma, que siempre registra en septiembre y octubre, su época de menores precipitaciones.