La corte del distrito de Múnich consideró probado que el jugador de 22 años incendió la casa que ocupaba con su familia en Grünwald, cerca de Múnich, la medianoche del 20 de septiembre de 2011.

Breno, que ya pasó dos semanas en custodia policial tras el incendio, será deportado probablemente a Brasil después de cumplir dos años y medio de la sentencia, señaló la jueza Rosi Datzmann.

La fiscalía estimó en un millón de euros los daños provocados por el incendio y pedía una pena de cinco años y medio de prisión. La defensa, por el contrario, volvió a solicitar su puesta en libertad.

"No tenía nada más que su familia y el fútbol", argumentó el abogado Werner Leitner, según el cual una condena implicaba el fin de la carrera del jugador: "Denle una oportunidad", rogó a los jueces.

También el propio Breno rompió su silencio. "Querría disculparme por lo ocurrido esa noche", dijo dirigiéndose tanto al club como al propietario de la casa.

Breno pidió además disculpas a su familia y a sus hijos, que resultaron ilesos gracias a abandonar la casa poco antes del incidente.

"Soy un hombre que cree en dios y le agradezco que haya protegido a mi familia", añadió Breno.

El defensor llegó a Múnich en 2008 desde el Sao Paulo brasileño por 12 millones de euros (15 millones de dólares), con un contrato que venció a fines de junio.

Fue presentado como una gran estrella, pero su carrera en Alemania no llegó a despegar debido a las dificultades del jugador para adaptarse a su nuevo país y a sus problemas con el alcohol y la depresión.

El Bayern Múnich lamentó la condena. "Esperábamos que Breno pudiera seguir adelante con su carrera como futbolista y su vida junto con su familia", señaló el multicampeón alemán en un comunicado.

El propio Bayern está siendo investigado, porque Breno afirmó ante la corte que tomó varias dosis de un poderoso somnífero que encontró en el botiquín de club.

Fuente: dpa

Editora: Rosa Muñoz Lima