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RDA hacia la economía de mercado

28 de septiembre de 2010

No había modelo ni plan, sólo la meta de transformar la economía planificada de la RDA en una economía de mercado, en el más corto tiempo posible. Con tal misión, la Agencia de Fideicomiso se ganó la ira del Este.

"Treuhandanstalt" (agencia de fideicomiso), en Berlín, entrada de visitantes.Imagen: dpa zb

12.000 centros laborales, unos cuatro millones de empleados y deudas por casi 300 mil millones de marcos alemanes. Así puede resumirse el capital de partida con que la Treuhandanstalt (Agencia de Fideicomiso) se encargó de reestructurar la economía planificada de la antigua Alemania oriental entre 1990 y 1994. Tras las cifras se esconden dramas personales, algunos éxitos y el intento pionero de transformar totalmente una economía socialista en capitalista, en tiempo récord.

A la Treuhandanstalt tocaría planear el cierre de numerosas industrias, como esta fábrica de acero en Brandeburgo.Imagen: picture-alliance/ ZB

En cuanto el gerente germano-occidental Detlev Carsten Rohwedder llega a la dirección esta empresa estatal (para entonces la más grande del mundo), comienza a marcar el curso. Conocida brevemente como “Treuhand” – que podría significar “mano fiel, si se traduce literalmente – esta agencia de fideicomiso debía privatizar la economía socialista alemana del este y cubrir los costos con las propias ganancias reportadas por la privatización. La “gran ensalada” – como Rohwedder llamara sin mucho respeto al conjunto de empresas puestas a su cargo – tendría un valor de 600 mil millones de marcos alemanes. Una falsa estimación, según se estableció más tarde.

Rohwedder sólo estuvo unos pocos meses en el cargo. En abril de 1991 fue asesinado a balazos – se presume que a manos de la Fracción del Ejército Rojo (RAF), un grupo armado de izquierda radical internacionalmente calificado como "terrorista". Su sucesora, Birgit Breuel, heredó la política iniciada por Rohwedder en la agencia.

Detlev Carsten Rohwedder: sólo unos meses al frente de la agencia de fideicomiso.Imagen: picture-alliance/dpa

La quiebra

Relativamente pronto se hizo visible que se había sobreestimado la verdadera fuerza de la economía de la extinta República Democrática Alemana (RDA). El acuerdo de los ministros de finanzas para la "unión monetaria, económica y social" igualó las monedas de la Alemania oriental y la occidental de la noche a la mañana. Se trataba de una decisión política, puesto que, desde una perspectiva meramente económica, el marco alemán occidental era al menos cuatro veces más fuerte que su homólogo oriental.

Fue el inicio del fin de la economía de la RDA, dice Jan Priewe, de la Escuela Superior Berlinesa de Economía y Técnica. Quien había ganado hasta entonces 1000 marcos orientales, ganaría en lo sucesivo 1000 marcos occidentales. “En relación con la productividad de las empresas era mucho; pero en relación con los precios en la Alemania unificada era muy poco”, explica Priewe.

El peor efecto lo tuvo el consiguiente aumento salarial en las empresas orientales: sus productos se volvieron muy caros y dejaron de ser competitivos en el mercado. La consecuencia: quiebras masivas y cierre de empresas. En pocos meses el producto interno bruto (PIB) del Este alemán cayó un tercio.

Como consecuencia de la situación económica en la Alemania del este muchas empresas no encontraban comprador. Sólo con considerables subvenciones la Treuhand lograba vender grandes combinados. Numerosas medianas y pequeñas empresas fueron a parar a manos de dudosos negociantes. “La RDA se vende en rebajas” comentaban sus ciudadanos. Embusteros y aprovechadores sacaban ventaja fácilmente de la agencia de fideicomiso, que cerraba contratos apresuradamente y perdía la visión y el control sobre el conjunto de las empresas a su cargo.

La ira

Bischofferode: protesta de unos 3.000 mineros en 1993.Imagen: picture-alliance/ZB

El desempleo ascendió hasta el 20 por ciento en la Alemania del Este. El otrora Estado socialista vivía un proceso de desindustrialización sin precedentes. “Agencia de cierre”, llama hoy Priewe críticamente al entonces gigante estatal de fideicomiso Treuhand.

Una y otra vez se repitieron dramáticas luchas obreras como la librada en 1993 en la localidad de Bischofferode, en el Estado de Turingia. Mil trabajadores habían sido despedidos desde 1990 en la mina de potasa “Thomas Münzer”. Los últimos 700 debían quedar desempleados también en 1993, así que se produjo un movimiento de protesta que captó la atención de todo el país.

Los mineros ocuparon las instalaciones y algunos iniciaron huelgas de hambre. Pero al final, de todos modos, sobrevino el cierre. Los obreros se enfrentaron al desempleo o, en el mejor de los casos, a cursos de reorientación laboral. De recuerdo les quedó la ira y la resignación.

Birgit Breuel termina simbólicamente su misión en la Treuhandanstalt en 1994.Imagen: DW-TV

Las razones políticas

La Treuhand sirvió de fuerza de choque para cargar con el disgusto de los alemanes del Este – y no sólo en Bischofferode. “No había alternativa para estos procesos de desarrollo y fractura”, asegura Wolgang Seibel, politólogo de la Universidad de Constanza. “La Treuhand tenía sobre todo la misión de limitar los costos políticos, de contener sobre sí misma la proyección de la ira de la gente. Ese fue su servicio”, aclara Seibel.

Junto a las numerosas experiencias amargas están, por supuesto, también los éxitos que esta empresa pudo festejar. Entre ellos se cuentan hoy, 20 años después de la reunificación, que exista en Jena un consorcio multinacional llamado Jenoptik, que la mayoría de los astilleros de la costa se hayan mantenido produciendo embarcaciones y que haya nuevamente plantas de montaje de automóviles en Turingia y Sajonia.

La Treuhand pasó a ser historia en 1994. Su misión no había sido cumplida aún, pero los políticos habían establecido que la empresa estatal debía dejar de existir ese 31 de diciembre. Así que, al final del año, en un acto simbólico ampliamente reproducido por los medios, Breuel desatornilló de su puerta el letrero de presidenta de Treuhand. Otras “Treuhand” en pequeña escala, menos visibles que aquella gigante, asumieron a partir de entonces el resto de la reconversión... Algunas de ellas existen aún hoy.

Autor: Rupert Wiederwald / Rosa Muñoz Lima

Editor: Pablo Kummetz

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