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“Proceso de paz fracasará mientras Israel siga en territorios palestinos”

Jasper Barenberg /ERC20 de julio de 2013

Michael Lüders, experto en asuntos del Cercano Oriente, señala que un proceso de paz entre Israel y Palestina no podrá funcionar mientras Tel Aviv siga aprobando la construcción de asentamientos en territorio cisjordano.

Así ven los niños palestinos su vida en Gaza.
Así ven los niños palestinos su vida en Gaza.Imagen: DW/Soliman

El ministro de Exteriores de Estados Unidos, John Kerry, ha viajado al Cercano Oriente seis veces en cinco meses para mediar entre Israel y Palestina con miras a darle un nuevo impulso al proceso de paz suspendido hace dos años. La moción parece haber surtido efecto: todo apunta a que los agentes negociadores israelíes y palestinos se reunirán en Washington en las próximas semanas para hablar directamente sobre soluciones pacíficas para el añejo conflicto entre ambos. ¿Es este un éxito para la política exterior estadounidense? ¿Podrá prosperar su nuevo plan de mediación? Jasper Barenberg, de Deutschlandfunk, habló sobre este asunto con Michael Lüders, experto en asuntos del Cercano Oriente.

DLF: ¿Percibe usted la más reciente mediación de Estados Unidos en la cuestión palestino-israelí como un éxito?

Michael Lüders: No. Es loable que John Kerry se haya esforzado en poner de nuevo en marcha el proceso de paz entre Israel y Palestina, pero esas negociaciones no pueden dar frutos cuando el motivo por el cual se suspendió ese mismo proceso de paz en 2010 –la sostenida política de asentamientos de Israel– sigue estando vigente. A estas alturas, el 60 por ciento del territorio cisjordano está bajo el control férreo de los colonizadores israelíes. De ahí que los palestinos se pregunten: ‘¿sobre qué vamos a negociar, si al Estado palestino ya no tiene territorio alguno a su disposición?’. Esas negociaciones no pueden funcionar mientras no se ejerza presión real sobre el Gobierno israelí para que cambie su política.

Michael Lüders, experto en asuntos del Cercano Oriente.

¿No cree usted que los viajes recurrentes de Kerry al Cercano Oriente constituyan una forma de presión de Estados Unidos sobre Israel?

No. El presidente estadounidense, Barack Obama, intentó darle un verdadero impulso al proceso de paz entre Israel y Palestina hace tres años, cuando propuso que las negociaciones se basaran sobre las fronteras territoriales vigentes en 1967. Durante la Guerra de los Seis Días, Israel conquistó Cisjordania, la Franja de Gaza, los Altos del Golán, que pertenecían a Siria, y el este de Jerusalén. Obama sugirió que, siguiendo esas líneas fronterizas e intercambiando algunas zonas, se podría llegar a una solución satisfactoria para ambas partes. Pero el lobby pro-israelí en Estados Unidos reaccionó indignado y consiguió echar por tierra la propuesta de Obama. Ahora, Obama no va a volver a quemarse los dedos con esta cuestión.

¿No ve usted indicio concreto alguno que apunte a la probabilidad de que las conversaciones tendrán lugar y podrían ser productivas?

Todo lo que oímos ahora es pura retórica. Para Israel tiene mucho sentido mantener con vida la ficción del proceso de paz porque eso le permite actuar como si estuviera haciendo algo a favor de esa causa. Pero, de hecho, se sigue construyendo un asentamiento israelí tras otro en Cisjordania. Y los palestinos están hartos de participar en un proceso de paz que es una farsa. Por eso es tan interesante que los europeos se hayan puesto de acuerdo por primera vez para ejercer presión sobre el Gobierno israelí. El anuncio de que la Unión Europea no respaldará económicamente la construcción de asentamientos israelíes en Cisjordania a partir de 2014 es una corrección importante de la política comunitaria.

Muchos comentaristas israelíes temen que, por su política de asentamientos, Israel sea objeto de presiones como las que se ejercieron en los años ochenta sobre Sudáfrica por su sistema de apartheid. El martes pasado (16.7.2913), Gideon Levy –uno de los editorialistas más conocidos de Israel– causó revuelo por escribir en el diario Haaretz que la única posibilidad de persuadir al Gobierno israelí de suspender su política de asentamientos pasaba por boicotear a Israel completamente: económica, política y hasta culturalmente. Eso causó indignación, pero no son pocos los que le dan la razón… Lo bizarro de todo esto es que, en este momento, hay más palestinos que israelíes entre el mar Mediterráneo y el río Jordán.

Si la actual política israelí sigue su curso, una minoría israelí terminará dominando a una mayoría palestina. Semejante escenario no puede terminar bien.

Autor: Jasper Barenberg (ERC)

Editor: José Ospina Valencia

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