Alemania en enero de 2024: el partido Alternativa para Alemania (AfD), catalogado de extrema derecha por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución en tres estados alemanes, alcanza máximos históricos en las encuestas de opinión. Al mismo tiempo, cientos de miles de personas salen a la calle  para manifestarse contra este partido de corte racista y antidemocrático.

El Parlamento alemán también debate por estos días cómo hacer frente al ultraderechista AfD. Los tres grupos parlamentarios gobernantes del Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y el Partido Demócrata Liberal (FDP) presentaron una moción. El tema: "Democracia resistente en un país diverso - una postura clara contra los enemigos de la democracia y los planes de deportación masiva".

Informe sobre planes para deportar a millones de extranjeros y alemanes

El motivo de la llamada Aktuelle Stunde (Hora actual), una sesión de interrogación y debate públicos en el Bundestag sobre temas de actualidad, fue la revelación de un informe de medios de comunicación sobre una reunión de extremistas de derecha a la que asistieron funcionarios del AfD, así como miembros de la Unión Cristianodemócrata (CDU). La reunión se centró en planes para la deportación de millones de personas de Alemania.

Bernd Baumann, secretario parlamentario del AfD, describió la reunión durante el debate en el Bundestag como un "pequeño club de debate privado" que estaba siendo convertido en una "reunión secreta peligrosa para la ciudadanía". La ministra federal del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser (SPD), contrapuso a eso: "Vemos esfuerzos activos por llevar el desprecio por la democracia y la misantropía al centro de la sociedad". Faeser es responsable de la seguridad de Alemania en el Gobierno federal y, por tanto, también de la protección de la Constitución. “Esta democracia sabe defenderse”: con esas palabras se dirigió al grupo parlamentario del AfD en la sala plenaria del Parlamento, sin mencionar sus nombres.

La ministra podría contemplar la prohibición del partido AfD, pero sólo como último recurso. El último caso contra el nacionalista y racista Partido Nacional Democrático de Alemania (NPD) fracasó en 2017. El partido escindido se ha rebautizado desde entonces como Heimat (Hogar, o Patria) y ya era tan insignificante en ese momento que no fue prohibido por el Tribunal Constitucional Federal.

AfD es clasificada en tres estados "de probada extrema derecha"

A diferencia del antiguo NPD, el AfD está en la cresta de la ola del éxito. Sin embargo, sólo está catalogado como de "de probada extrema derecha" en tres de los 16 estados federados alemanes.

Para que el Tribunal Constitucional Alemán prohíba un partido, este debe tener ya el peso suficiente como para poder imponer sus objetivos en algún momento, explica el experto berlinés en Derecho Constitucional Christian Pestalozza en entrevista con DW.

Sin embargo, sería más fácil excluir a un partido anticonstitucional de la financiación estatal. En Alemania, los partidos se financian con las cuotas de los afiliados, las donaciones y el dinero de los impuestos. Cuanto mayor es la cuota de votos en las elecciones, mayor es el derecho a subvenciones de las arcas del Estado. Para el AfD, esto asciende actualmente a más de 10 millones de euros.

Si un partido persigue objetivos anticonstitucionales, Pestalozza cree que es más fácil excluirlo de la financiación estatal que prohibirlo.

Vigilancia de Oficina de Protección de la Constitución

En Turingia, Sajonia y Sajonia-Anhalt, el AfD puede ser vigilado mediante la intervención de conversaciones telefónicas. Christian Pestalozza cree que es posible que el partido quede excluido de la financiación estatal, al menos en esos tres estados federales.

Otra forma de combatir a los enemigos de la Constitución sería revocar los derechos básicos de los individuos antidemocráticos. De este modo, ya no podrían presentarse a cargos públicos. Esto es lo que pretende conseguir una petición en línea en el caso de Björn Höcke. Según una sentencia judicial de 2019, el líder del AfD en Turingia puede ser calificado de "fascista".

Sin embargo, el experto en Derecho Constitucional Azim Semizoğlu, de la Universidad de Leipzig, duda de que puedan revocarse los derechos básicos de Höcke. Intentos similares nunca han tenido éxito, explica, y los obstáculos para tales procedimientos son también bastante grandes. Sin embargo, no considera que el intento sea completamente inútil, porque las investigaciones sobre presuntos comportamientos anticonstitucionales serían menos extensas para una sola persona que para todo un partido.

Semizoğlu concluye que la democracia en Alemania es lo suficientemente fuerte como para defenderse de sus enemigos internos. "Cuando veo a tanta gente salir a la calle contra las posiciones racistas, es un momento alentador". La pregunta clave a las autoridades es: "¿por qué financiar a enemigos de la democracia?".

(jov/cp)