Protección a los no fumadores en Alemania: ¿una ley imposible?
16 de enero de 2011En Alemania hay millones de fumadores. No se sabe exactamente cuántos, pero las estimaciones oscilan entre un 29 por ciento y un 33 por ciento de la población adulta. Más desconocida es la cifra de fumadores pasivos que en Alemania respiran el humo silencioso y dañino exhalado por colegas, transeúntes, o incluso los propios familiares.
Lo que sí es verdad publicada por medios alemanes especializados como el Zeitschrift für Umweltmedizin (Revista de medicina ambiental) son las consecuencias del tabaquismo: éste, dice la citada fuente, es responsable del 21 por ciento de todas las muertes por cáncer en Alemania y del 12 por ciento de todos los decesos anuales en el país. De acuerdo con el Instituto Alemán de Oncología, 3.000 fumadores pasivos mueren en Alemania, por año.
El tabaquismo es un problema de salud pública y de ello casi nadie duda. Pero la manera de regular el consumo de tabaco en sitios públicos, y así proteger a quienes no fuman, ha sido causa de viejos debates que no han acabado con la entrada en vigor de leyes al respecto.
Un país, muchas leyes
En la República Federal de Alemania, las primeras iniciativas para regular el consumo de tabaco en sitios públicos datan del siglo pasado. La primera propuesta no encontró la mayoría necesaria en el Bundestag para convertirse en ley.
El camino posterior ha sido marcado por laberintos y callejones sin salida en el orden jurídico. En abril de 2007 se prohibió fumar en el Congreso de Renania del Norte-Westfalia. Desde el 1 de enero de 2008 tampoco está permitido el consumo de cigarrillos en edificios del sector público de esa demarcación. Fue hasta el 1 de julio de 2008 cuando la ley se extendió más allá del ámbito gubernamental y llegó hasta el sector de la gastronomía.
En Baden-Württemberg, la ley local para la protección de no fumadores data de julio de 2007 y entró en vigor al mes siguiente. En Berlín, la norma correspondiente recibe el largo nombre de Ley para la protección contra los peligros del tabaquismo pasivo en los espacios públicos, y se remonta a noviembre de 2007.
Así, uno de los problemas prácticos en la aplicación de la Ley para la Protección de No Fumadores en Alemania ha sido su federalización: las normas han entrado en vigor por etapas y en formas distintas en los estados federados.
Antitabaco anticonstitucional
En 2008, las leyes de protección a los no fumadores en Alemania sufrieron su primer gran revés jurídico. En sentencia del 20 de julio de ese año, el Tribunal Constitucional determinó que las normas antitabaco violentaban el derecho fundamental al libre ejercicio del empleo.
Los jueces dieron por válidos los procesos de anticonstitucionalidad interpuestos por dos empresarios gastronómicos de Baden-Württemberg, y por la dueña de una discoteca en Berlín. Además, dieron instrucción a los diputados de los congresos correspondientes para que elaboraran nuevas propuestas de ley.
En voto especial, uno de los juristas opinó que una prohibición total de fumar en establecimientos públicos, como la que piden activistas antitabaco, sería anticonstitucional. “Tal prohibición es innecesaria en locales donde ya existen salones especiales para fumadores”, agregó el juez de la máxima instancia jurídica alemana, que también hizo una recomendación a los legisladores: “No se puede desterrar totalmente del espacio público, por la vía de la prohibición, la convivencia social, ni tampoco las celebraciones con tabaco, comida y bebida.”
Cualquier intransigencia en la concepción y aplicación de estas leyes sería “desproporcionada y con ella se correría el peligro de establecer un tutelaje paternalista”, acotó el colegiado.
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Enfoques contrastantes
“A nosotros, la ley no nos ha significado gran cambio”, dice Christian Wedel, subgerente del restaurante Vapiano en la ciudad de Bonn. Otra cosa es cuando se habla de los clientes. “Para los fumadores puede parecer una restricción, pero para quienes no fuman ha sido una mejoría clara pues no se sienten molestados por la presencia del humo.”
El gastrónomo elogia además el diseño de la ley antitabaco en Renania del Norte-Westfalia, que permite soluciones distintas a la prohibición total. Pero no todos los enfoques son de corte tan liberal.
En Alemania sigue habiendo una ley distinta en cada estado federado para regular el tabaquismo público. La más estricta es la de Baviera: está prohibido fumar tanto en restaurantes como en discotecas o incluso en pabellones. La única excepción se aplica a las reuniones de acceso restringido y controlado.
En Renania del Norte-Westfalia hay zonas donde cunden los “clubes de fumadores”, sociedades constituidas prácticamente con el fin exclusivo de fumar en público y de manera legal.
Aún así, en tales establecimientos está prohibido servir alimentos. Se puede fumar en discotecas, pero en salones separados.
En Hamburgo también hay “clubes de fumadores”, mas la ley ordena que dichas sociedades deben estar inscritas en el registro público. En Schleswig-Holstein se permite el consumo público de cigarrillos en pabellones donde se venda cerveza o vino. Todos son ejemplos de la disparidad en las distintas formas de normar el consumo de tabaco.
“En Baviera quizá funcione una prohibición más rigurosa. En Renania son otras las costumbres y por eso los términos de la ley me parecen adecuados”, acota Wedel.
“Aquí el único que fuma es Maradona”
La leyes antitabaco, con todo y sus excepciones, también han llegado a los estadios de la Bundesliga. En la Allianz Arena, casa del Bayern München, entró en vigor el 1 de enero de 2008 una compleja serie de disposiciones que señalan dónde fumar –y dónde no- en ese estadio de fútbol y sus alrededores.
Por ejemplo, las zonas lounge de los poderosos patrocinadores del Bayern no están exentas del cigarrillo, debido a que “no son de acceso abierto”. En cambio, la zona mixta para la prensa, así como los vestidores del conjunto muniqués son territorio libre de humo.
Otros equipos como el Borussia Dortmund han dispuesto zonas específicas para no fumadores en el graderío de sus estadios. En Hamburgo, el HSV planea desde hace tiempo convertir a la Nordbank Arena en el primer estadio de la Bundesliga libre por completo de humo de cigarrillos. Pero la iniciativa aún es sólo una teoría.
En el Rhein-Energie Stadion, donde juega el 1. FC Köln, también se aplica la prohibición para fumar.
Confrontado hace unos meses por el diario Bild sobre presuntas faltas en la aplicación de la veda al tabaco en ese estadio, el director de finanzas del club coloniense, Claus Horstmann, fue tajante y a la vez irónico: “La prohibición es total. Aquí el único que fuma es Maradona.” Lo cierto es que, tanto en serio como en broma, las excepciones que contempla la ley por momentos parecen anularla.
¿Y las multas?
Otro factor que a veces convierte a las leyes alemanas antitabaco en una mera utopía es el de las sanciones. Hay diferencias notables en los montos de los castigos: en Renania-Palatinado, se multa con 500 euros a quienes no cumplan con la obligación de señalar mediante letreros oficiales la prohibición de fumar en público. Violar la ley antitabaco trae consigo en esa demarcación una multa de hasta 1.000 euros.
¿Y qué pasa con los ciudadanos que fuman en un sitio público donde está prohibido hacerlo? En Turingia se contemplan multas de entre 20 y 50 euros. En Hesse, la multa máxima es de 200 euros. En Mecklemburgo-Pomerania Occidental la cifra llega a 500 euros para los fumadores infractores. Pero quizá lo más difícil es que las demandas procedan en caso de llegar a la corte.
“Las multas que se habían anunciado prácticamente no se aplican”, dice Christian Wedel. Sin embargo, el gastrónomo hace un balance positivo de la protección a no fumadores, tal y como se aplica en Alemania: “Puede que una minoría aún se sienta insatisfecha, pero en general se logró lo que se quería con la ley: ofrecer una solución a todos.”
Autor: Enrique López Magallón
Editora: Claudia Herrera Pahl