Turquía: “Protestar no basta. Hay que organizarse"
29 de diciembre de 2013 DW: Señora Akgün, ¿cómo afecta el escándalo de corrupción al jefe del Gobierno turco?
Lale Akgün: Nunca fue más débil que ahora. Erdogan creyó que era invulnerable y quiso aumentar su poder poco a poco. Pero tras las masivas protestas en el parque Gezi y el actual escándalo de corrupción, ha comenzado la cuenta regresiva del primer ministro turco.
¿Qué tanto se ha acercado a su figura el escándalo de corrupción?
Mucho. Su hijo Bilal debe comparecer ante la fiscalía este 2 de enero de 2014, no como testigo, sino como uno de los presuntos implicados en delitos de corrupción y lavado de dinero. Los Erdogan tienen una bomba de tiempo en su propia casa.
Dos ministros tuvieron que renunciar porque sus hijos también aparecen como implicados. ¿Qué significa eso para Erdogan?
La lógica dice que Erdogan tendría también que renunciar. Pero él ahora culpa a presuntas ‘fuerzas malignas' que involucraron a su hijo para atacarlo a él, personalmente. Erdogan va a tratar de mantenerse un tiempo más al mando, pero la Justicia se está distanciando de él, puesto que éste ha intentado socavar la división de poderes. Son cada vez más los que abandonan el tambaleante ‘barco AKP'.
¿Es cierto que son los miembros del predicador Fethullah Gülen, que vive en EE.UU., los que han impulsado las investigaciones en círculos del Gobierno?
Creo que sí. Pero el movimiento Gülen no se inventó los actos de corrupción. En Turquía es vox populi que la gente que rodea a Erdogan ha venido enriqueciéndose enormemente. Puede ser que ésta sea la revancha de Gülen por el cierre de sus escuelas por parte de Erdogan. Al bus de Erdogan se subieron hasta intelectuales e izquierdistas que creyeron que el viaje iba con destino a la democracia. Pero son cada vez más los pasajeros que se bajan porque ya no le creen sus promesas. Aún queda gente del Gülen que se subió al bus con la ayuda del mismo Erdogan y que ahora ocupa posiciones claves. El premier turco subestimó la fuerza del movimiento Gülen.
¿Qué tanta fuerza posee la sociedad civil que protesta y que no pertenece a ninguno de los dos partidos conservadores?
La sociedad civil es la tercera fuerza, la que quiere una verdadera democracia y una sociedad liberal en Turquía. Solo que tiene que organizarse. Pero los mismos jóvenes del parque Gezi me han dicho que no quieren formar ningún partido. Protestar por protestar no es suficiente para lograr una sociedad verdaderamente democrática. Si la sociedad civil turca se uniera y presentara su candidatura lograría más del 10% en las urnas, el mínimo impuesto para llegar al Parlamento.
¿Qué une a quienes protestan en Turquía?
El que Erdogan debe irse. Mi preocupación es que Fethullah Gülen se va entonces a presentar como el salvador y las masas lo van a aclamar, creyendo que es el mal menor.
¿Y qué puede hacer ahora la Unión Europea?
Apoyar a la sociedad civil con proyectos y programas, para que los jóvenes puedan organizarse y formar una fuerza política propia.