Protestas contra carestía obligan a renuncia de Saad Hariri
29 de octubre de 2019
El primer ministro libanés, Saad Hariri, dimitió ante el presidente, Michel Aoun, tras protestas masivas. Hariri advirtió que "ya no se puede ocultar más el hecho de que el Líbano ha llegado a un callejón sin salida".
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A sus "socios" políticos, el saliente mandatario indicó que su responsabilidad es proteger el país y buscar formas de desarrollar la economía, para lo que hay en estos momentos una buena oportunidad que no se debe dejar pasar.
La ira de los libaneses, en las calles desde el 17 octubre contra la clase política y cuyo primer ministro Saad Hariri dimitió este martes (29.10.2019), se alimentó de los resentimientos frente a años de empobrecimiento de su país, al borde de la quiebra económica.
Las causas de las protestas populares
Además de una red de carreteras deterioradas y de transportes públicos insuficientes, el país sufre una escasez recurrente de agua y, sobre todo, de electricidad, que puede llegar a 12 horas diarias en algunas regiones.
Los habitantes se ven obligados a recurrir a proveedores privados de su barrio, que les cobran un alto precio por la electricidad suministrada por generadores. Según un informe de la firma internacional McKinsey, el país tiene la cuarta peor red eléctrica en el mundo. Muchos planes de reforma del sector adoptados desde el fin de la guerra civil (1975-1990) quedaron en letra muerta.
Hasta el agua potable es privada
En cuanto al agua, los libaneses tienen que pagar varias facturas: el agua corriente pagada al Estado, la potable comprada a los proveedores privados, y la que llevan las cisternas -también privadas- en periodo de escasez, principalmente en el verano.
Más de un cuarto de la población vivía bajo el umbral de la pobreza en 2012, según el Banco Mundial. Se estima que 200.000 libaneses cayeron en la pobreza debido a las repercusiones del conflicto en la vecina Siria, desatado en 2011, que resultó en la afluencia de 1,5 millones de refugiados en un país pequeño con recursos limitados.
Según la ONU, en Trípoli (norte), uno de los centros neurálgicos de protesta, el 57% de los hogares vive en el nivel o debajo de la línea de pobreza.
El Banco Mundial (BM) estima en 6,2% la tasa de desempleo en 2018, a menudo minimizada por las autoridades. Según otras estimaciones, la tasa global actual es de 20%, que llega a más del 30% entre los jóvenes. Según el BM, entre 250.000 y 300.000 libaneses perdieron su empleo como consecuencia del conflicto sirio, que desorganizó las estructuras de regiones enteras de Líbano.
De acuerdo con el Laboratorio de Desigualdades Mundiales, el 1% más rico acapara el 25% de lo ingresos nacionales, mientras que el 50% de los más pobres perciben un poco menos del 10%.
jov (afp/theguardian)
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La Guerra de Yom Kipur
Tras la Guerra de los Seis Días, Israel parecía invencible. El ataque de Egipto y Siria perpetrado el 6 de octubre de 1973 demostró que el Estado judío sobreestimó su seguridad. El Cercano Oriente es inestable, aún hoy.
Imagen: Gali Tibbon/AFP/Getty Images
Ataque sorpresivo
Al mediodía del 6 de octubre de 1973, las Fuerzas Armadas de Egipto se acercaron a la península del Sinaí, ocupada por Israel. Simultáneamente, tropas sirias atacaron a los soldados israelíes en los Altos del Golán. Israel no estaba preparada para una guerra, y mucho menos cuando se celebraba la festividad judía del Yom Kipur. El Ejército de Israel no pudo ofrecer resistencia...
Imagen: GPO/Getty Images
Para olvidar la humillación...
Egipto no había superado el trauma de perder la Guerra de los Seis Días en 1967. Cuando el presidente Gamal Abdel Nasser murió tres años después, su sucesor, Anwar el Sadat (tercero de der. a izq.), juró recuperar la península del Sinaí que los israelíes habían conquistado y halló en el presidente sirio, Hafis al-Assad, a un aliado ideal para una ofensiva de dos frentes contra el enemigo común.
Imagen: gemeinfrei
¿El momento propicio?
Para atacar a Israel, Egipto y Siria eligieron como fecha la más importante festividad de los judíos, el Yom Kipur. En la víspera, una gallina es sacrificada para expiar los pecados humanos. Al día siguiente se ayuna y cesan todas las actividades. Eso facilitó la respuesta de las tropas israelíes al ataque enemigo: ellas llegaron al frente rápidamente porque las calles estaban vacías...
Imagen: Menahem Kahana/AFP/Getty Images
Contraofensiva
Sadat y Assad celebraron victorias militares en los primeros dos días: desde el sur, las tropas egipcias entraron a la península del Sinaí por cinco puntos diferentes. En el norte, Siria ocupó los Altos del Golán con ayuda de Jordania. Pero al tercer día, a Israel se le hizo posible responder a los ataques con una contraofensiva.
Imagen: Keystone/Getty Images
Primera victoria israelí
La contraofensiva israelí en los Altos del Golán causó estragos entre los soldados sirios en el tercer día de la contienda. Israel envío a su Ejército hacia Damasco y ordenó arrojar bombas sobre la capital siria.
Imagen: GPO/Getty Images
Ofensiva en el sur
Las tropas de Israel también tuvieron victorias en la península del Sinaí: bajo el mando del general Ariel Sharon (derecha), la división de tanques israelí cruzó el Canal de Suez, rompió la línea de fuego egipcia y rodeó a una parte de sus adversarios. Celebrado como un héroe, Sharon terminaría siendo elegido primer ministro de Israel en 2001.
Imagen: picture-alliance/dpa
Embargo petrolero
Doce días después del inicio de la guerra, en respuesta a las victorias militares de Israel, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) declaró un embargo contra los aliados occidentales de los israelíes, sobre todo contra Estados Unidos. El embargo generó una crisis energética y dio pie a estrictas medidas de austeridad que también se dejaron sentir en Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa
Tardía declaración de paz
Dos semanas después de que empezara la Guerra de Yom Kipur, el Consejo de Seguridad de la ONU instó a las partes en discordia a poner un alto al fuego. El 24 de octubre de 1973, las armas callaron en todos los frentes, pero fue sólo en 1979 cuando el líder egipcio Anwar al-Sadat (izq.) y su homólogo israelí, Menahem Begin (der.), firmaron el Acuerdo de Paz de Camp David.
Imagen: Getty Images
Tras la guerra, la crisis...
La Guerra de Yom Kipur sumió a Israel en una crisis interna. La ilusión de la invulnerabilidad se había disipado; varios líderes militares y políticos se sintieron obligados a dimitir. Según el actual ministro de Defensa, Mosche Jaalon –quien era un soldado cuando estalló el conflicto–, las actitudes que prevalecían en Israel antes de la guerra eran la arrogancia, la imprudencia y el triunfalismo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Recuerdos dolorosos
Dos semanas de combate dejaron un balance espantoso: se estima que en la Guerra de Yom Kipur murieron 18.500 árabes y 2.500 israelíes.