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"Dinamita social"

17 de octubre de 2011

Las manifestaciones de protesta en diversas ciudades del mundo contra el poder de los bancos y la falta de perspectivas provocada por la crisis son tematizadas por editorialistas.

Protestas de indignados en Londres.
Protestas de indignados en Londres.Imagen: DW


Aftenposten, de Oslo: “Las manifestaciones en las grandes ciudades del mundo revelan la dinamita política y social que se acumula en períodos sostenidos de crisis financiera. La desesperación de los jóvenes por su falta de perspectiva es fácilmente comprensible. (…) Pero el movimiento de protesta del fin de semana es la suma de pequeños grupos aislados y sin conducción, y presenta pocas propuestas de solución a la crisis, exceptuando la introducción de un impuesto a las transacciones financieras. La fuerza de ese movimiento está en que incluye a todos. (…) Sin embargo, aún no se avizora adónde se dirige. Pero hay que prestar oídos, ya que no desaparecerá por sí mismo y es una señal de que algo anda mal.”

“Promesas imposibles de financiar”

Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Fráncfort: “Si se observa más atentamente, el panorama de las manifestaciones de protesta es diverso. La cantidad de manifestantes, distribuida en cada país, tampoco fue tan enorme como lo reflejan las cifras mundiales. Pero las protestas tampoco pasarán sin dejar huella en los políticos, que se encuentran en la recta final hacia la cumbre del G-20 en Cannes. Los reclamos son una presión adicional para una regulación de los bancos y para lograr un disciplinamiento de los mercados. Los bancos no deberían hacerse muchas ilusiones acerca de su popularidad, y los Gobiernos no deben minimizar su responsabilidad en esta crisis. Se ha llegado a esta explosión de la deuda porque se hicieron promesas al electorado que son imposibles de financiar. Tal vez eso también lo sepa, en el fondo, una parte de los ciudadanos que salieron a las calles.”

“Capacidad de resistencia de la sociedad”

Neue Zürcher Zeitung, de Ginebra: “Crece la ira por los campeones de las bonificaciones, que no se ven en la obligación de rendir cuentas. La gente se da cuenta de que la fiesta terminó. Pero se niegan a comprender que también ellos se han beneficiado, tanto quien ahorra pequeñas sumas de dinero como el propietario de una vivienda o los receptores de ayuda social, sobre todo en Suiza, donde justicia impositiva significa que aquellos que están ahora en la picota son quienes contribuyen muy por encima del promedio a la distribución de la riqueza. Si ambas partes no logran superar la falta de diálogo y de conocimiento de la complejidad de la situación, la cohesión social se convertirá en la cuestión decisiva a la que se enfrentarán las democracias occidentales.”

“La crisis provoca resentimiento”

de Volkskrant, de Amsterdam: “Es fácil burlarse del movimiento de los ‘indignados', heterogéneo y carente de un mensaje claro y unificado, ya que utiliza consignas confusas y es usado como caballito de batalla para otros objetivos. En Australia, las manifestaciones se transformaron, en parte en una protesta anti-israelí, y en otros lugares se confundieron con movimientos antiatómicos y contra las privatizaciones. (…) Pero en todas ellas se trasluce un denominador común que vale la pena tomar en serio: el profundo resentimiento provocado por la larga crisis financiera y, sobre todo, por la increíble falta de conciencia de la propia responsabilidad en el sector bancario, que debe ser mantenido a flote con inyecciones de miles de millones, mientras los directivos se reparten bonificaciones como tal cosa.”

Autora: CP/ dpa
Editor: Pablo Kummetz

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