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PolíticaColombia

Colombia: “no escuchar a la calle sería un error histórico”

23 de abril de 2024

Las masivas manifestaciones que reunieron a decenas de miles de colombianos el domingo fueron expresión de un amplio abanico que se opone a las reformas que impulsa el presidente Gustavo Petro, estiman analistas.

Manifestantes con un lienzo de los colores de la bandera colombiana.
Reformas de etro generan protestas.Imagen: Leonardo Castro/colprensa/picture alliance/dpa

Unos dicen que fueron 250.000 y otros aumentan esa cifra hasta el doble incluso. Como sea, miles de colombianos salieron a las calles el domingo 21 de abril para expresar su descontento con el rumbo adoptado por el gobierno del presidente Gustavo Petro, que impulsa una serie de reformas (a la salud, a las pensiones, a la educación, entre otras) y tantea el escenario para eventualmente convocar una Asamblea Constituyente.

"Se trató de manifestaciones de descontento con el Gobierno, manifestaciones masivas en números y diversas en su participación”, dice a DW Stefan Reith, jefe de la Oficina en Colombia de la fundación alemana Konrad Adenauer, cercana a la Unión Cristianodemócrata. "Esto fue mucho más allá de la derecha y el uribismo, porque llegaron numerosos participantes del centro político y de la clase media”, explica Reith, para quien la protesta debería "verse como un llamado de la ciudadanía al Gobierno para que escuche, reflexione y modere el discurso y su agenda de reformas”.

"Colombia es un país donde las marchas no son inusuales, pero la del domingo entra en la lista de las más concurridas”, explica a DW Gabriel Cifuentes, analista político y codirector de Greystone Consulting Group Latam. Para el experto, factores como la "delicada situación de seguridad, negociaciones de paz sin resultados visibles y una promesa de cambio aún incumplida” se suman al descontento.

Algunos manifestantes exigieron la salida de Petro.Imagen: Juancho Torres/Anadolu/dpa/picture alliance

El problema de la inseguridad

Los asistentes a las marchas del domingo, especialmente masivas en Bogotá y Medellín, decían manifestarse porque se oponen a la constituyente, porque no les gustan las reformas o por la inseguridad de las calles. "El aumento de la inseguridad en el marco de la paz total es un factor importante. Muchas voces critican que en las negociaciones con los distintos grupos armados el Gobierno haga concesiones sin contrapartida ni compromiso real por parte de los actores ilegales”, señala Reith.

Cifuentes, por su parte, destaca que "las propuestas del gobierno tocan fibras sensibles, como la de la salud, en un país donde el sistema, si bien tenía fallas, funcionaba de manera más o menos adecuada”. En opinión del analista, "los cambios prometidos, en exceso optimistas, generaron expectativas que, al no ser satisfechas, se convirtieron en profundas frustraciones. Por ejemplo, el manejo político y clientelar no ha cambiado, la situación económica sigue prácticamente igual, el orden público no ha mejorado. Parecería que el cambio es más un arma narrativa que un hecho cierto”.

Esto explicaría la caída en las encuestas del Gobierno y, en específico, del presidente Petro. Los sondeos muestran un apoyo que gira en torno al 35 por ciento, con un creciente aumento de sectores de clase media que, si bien inicialmente respaldaban al mandatario, hoy lo ven con mayor distancia. Las encuestas, dice Reith, exhiben "los resultados más débiles desde el cambio de gobierno en agosto de 2022”. A su juicio, aparte del desgaste natural de un mandato, hay otras razones que explican esta pérdida de popularidad. "Representantes de la clase media y del centro político que sí ven la necesidad de reformas sociales, rechazan el corte radical de las mismas y prefieren unas más moderadas y consensuadas”, señala.

Críticas a la reacción de Petro

Petro reaccionó a través de X (Twitter) acusando que las protestas son un paso más en un presunto golpe de Estado blando y adelantó que el 1 de mayo habrá manifestaciones a favor del Gobierno, en las que él mismo participará. "No se trata de dividir al país, ya viene dividido. Se trata de que suene también la voz popular”, escribió, toda vez que atribuye la congregación opositora a los sectores más acaudalados.

"La reacción inmediata del presidente Petro a las manifestaciones fue prácticamente la misma que la de sus antecesores en el cargo: minimizar los números, cuestionar las causas y preocupaciones legítimas de la protesta y difamar a los participantes, en este caso como los que ‘añoran la represión abierta, las masacres militares y los asesinatos de jóvenes'”, explica Reith, citando una parte del tuit de Petro. De todas formas, el especialista ve como algo "interesante” que otras figuras del Gobierno hayan sido más conciliadoras.

Cifuentes, por su parte, ve la respuesta de Petro como "entendible si se piensa que va dirigida a su base, pero fundamentalmente torpe y miope frente a la realidad del país”. El analista colombiano considera que el mandatario "debería entender que de por medio no está el titular o la reacción inmediata, sino que está en juego su proyecto político y el legado del primer gobierno de izquierda en Colombia”. Y advierte que "no escuchar a la calle, que él mismo ha invocado como su principal instrumento político, sería un error histórico y un trampolín para la derecha más recalcitrante de Colombia en el 2026”.

(ers)

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