"¿Dónde está Amarildo?", fue la pregunta común exhibida en pancartas y camisetas en las manifestaciones realizadas en el centro financiero de Sao Paulo y en Río de Janeiro. El obrero de 43 años, casado y padre de seis hijos, se convirtió en símbolo de la insatisfacción popular ante los actos de violencia de la policía militarizada, en especial la de Río de Janeiro, donde el gobernador Sergio Cabral enfrenta desde el domingo una protesta delante del edificio donde vive, en el barrio Leblon.

El obrero fue detenido el 14 de julio pasado por agentes que forman parte del programa de Unidades de Policía Pacificadora (UPP), que ocuparon varias favelas cariocas para expulsar a las bandas de narcotraficantes e instalar en esos barrios una policía comunitaria. "Nadie me dice dónde está mi marido, ni la policía ni el gobierno. La UPP vino a Rocinha para arrestar a trabajadores. Yo sé que mi marido está muerto. Fue la policía la que mató a mi marido. Y además hicieron desaparecer sus documentos, para decir que él no está muerto", afirmó la esposa del albañil, Elizabete Gomes.

La desaparición de De Souza fue asimismo un serio golpe para el gobernador Cabral, que presentaba las UPP como el principal logro de su administración, iniciada en 2006. El líder del movimiento Favela No Se Calla, André Luiz Abreu de Souza, afirmó que el gobernador está "desesperado" por la repercusión de la desaparición del obrero. "Él tratará de encontrar de cualquier manera al cuerpo y al culpable, porque está desesperado por la repercusión. Él ve que las UPP, el principal programa de su gobierno, no garantizan la seguridad pública, sino que son un proceso de 'higiene social'", sostuvo.

La protesta en Río se inició delante de la favela de Rocinha, y cerró por varias horas el tránsito entre el barrio Sao Conrado y los vecinos barrios de Barra da Tijuca y Leblon. Los manifestantes siguieron luego rumbo a Leblon, para sumarse a la protesta delante del edificio de Cabral. En una entrevista concedida a la red radial CBN, el gobernador -cuyo índice de aprobación cayó a un 12 por ciento- admitió que no supo lidiar con las protestas, al permitir una represión violenta a las manifestaciones que estallaron en julio pasado: "Cometí errores de diálogo", dijo.

También en Sao Paulo, unos 200 manifestantes recorrieron en la noche de este jueves la región céntrica de la ciudad para protestar contra el gobernador Geraldo Alckmin y, en solidaridad a los cariocas, exigir que se revele el paradero de Amarildo de Souza.

rml (dpa, ABr)