El comité No Grandi Navi (No a los grandes barcos) es una de las organizaciones y asociaciones de Venecia que desde hace años protestan para que los grandes buques turísticos no se acerquen a los canales venecianos. Sus principales argumentos son que estas embarcaciones contaminan el medioambiente y destruyen la belleza del paisaje. Este sábado (8.06.2019) han organizado una manifestación para pedir al Ejecutivo italiano una solución urgente y duradera. A ella han acudido centenares de personas, portando banderas y pancartas con lemas como "fuera los cruceros".
Actualmente, los cruceros de menos de 96.000 toneladas llegan a Venecia desde la parte oriental del Mediterráneo, entran a la laguna veneciana por el puerto del Lido y navegan por el Canal de la Giudecca hasta la Estación Marítima, situada al oeste de la ciudad. Las embarcaciones de más de 96.000 toneladas permanecen atracadas en el puerto de Marghera, situada a varios kilómetros al oeste del puerto marítimo.
Estas asociaciones piden al Gobierno italiano y a las autoridades locales que se construya un puerto fuera de la laguna, y proponen la zona de San Niccolò, en el Lido, para que los turistas sean trasladados hasta Venecia en ferris. Pero esta propuesta no convence a las autoridades locales ni a la industria de cruceros, quienes plantean que estos barcos sigan llegando a la Estación Marítima de Venecia, aunque por una vía alternativa a la actual: a través del Canal Vittorio Emmanuele III, sin pasar por el centro histórico.
Choque reciente
La protesta de hoy se produce casi una semana después de que un enorme crucero con 2.500 pasajeros perdiera el control y chocara contra un muelle en Veneciael pasado domingo (2.06.2019). Los turistas en tierra se echaron a correr al ver el buque de 13 pisos "MSC Opera" rozando el muelle, emitiendo un fuerte ruido de motor, antes de colisionar con un barco de turismo, el "River Countness".
Cuatro personas resultaron levemente heridas en el accidente, ocurrido en San Basilio-Zattere, en el Canal de la Giudecca. El "Opera", que ya había tenido problemas mecánicos en 2011 durante una travesía por el mar Báltico. Tiene capacidad para transportar hasta 2.500 pasajeros y alberga un teatro, una sala de baile y un parque acuático para niños.(efe)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos enFacebook | Twitter | YouTube |
¿Qué hacer para controlar el turismo de masas?
Nueva Zelanda, Venecia, Perú… muchos países y ciudades luchan por controlar la plaga del turismo de masas con medidas de lo más variadas.
Imagen: picture-alliance/dpa/H. Mahr
Nueva Zelanda, solo con entrada
La población de Nueva Zelanda solo llega a los 4,9 millones de habitantes. Debido a sus impresionantes paisajes, es un destino muy popular para el turismo y el año pasado recibió 3,8 millones de visitas, lo que afecta tanto a la naturaleza como a las infraestructuras. A partir de octubre, los turistas tendrán que pagar una tasa de unos 20 euros por entrar al país.
Imagen: picture-alliance/dpa/H. Mahr
Bután, un destino de lujo
Mucho más estricto es el reino de Bután, situado en el Himalaya. Este país del sur de Asia se decidió claramente contra el turismo de masas. Todo aquel que quiera visitarlo tendrá pagar al menos 250 euros al día. Solo los turistas adinerados pueden acceder al país. Además hay otra regla: el viaje tiene que ser reservado a través de una agencia de turismo nacional.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Henley
Venecia: a la ciudad, solo con dinero
El destino más conocido por el turismo de masas es Venecia. La ciudad italiana de la laguna atrae cada año a más de 30 millones de turistas. Para evitarlo, Venecia plantea una medida similar a la de Nueva Zelanda. A partir de septiembre, la entrada costará tres euros. También en Ámsterdam se aplicó una medida similar para los pasajeros de cruceros, de ocho euros al día.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Merola
Boracay, hora de limpiar la isla
En lugar de exigir altas tarifas de entrada, la isla filipina de Boracay optó por cerrar a cal y canto. Durante seis meses no se permitió entrar a los turistas y se aprovechó para limpiar, ordenar y construir un sistema de alcantarillado más eficaz. Entretanto, la isla volvió a abrir para el turismo pero con restricciones al número de visitantes y sin fiestas extravagantes.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Ernesto
Islas Feroe: cerrado por fin de semana
Este archipiélago del norte de Europa no cerró durante seis meses, sino durante solo un fin de semana. A finales de abril, las atracciones se cerraron para hacer trabajos de mantenimiento de los senderos y montar miradores. Los turistas no se quedaron del todo fuera, ya que se invitó a unos 100 visitantes a participar en las reparaciones.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Wäschenbach
Dubrovnik: a puerta cerrada
La ciudad croata de Dubrovnik tuvo que cerrar las puertas de su casco antiguo. Desde que se convirtió en escenario de la serie “Juego de Tronos” por su arquitectura medieval, los turistas invaden la ciudad. En particular, los cruceros son una auténtica carga para Dubrovnik. Más de 700.000 visitantes llegaron por barco en 2018. Este año solo se permitirá la llegada de dos cruceros cada día.
Imagen: picture alliance/dpa/Pixsell
Ruanda, un encuentro más que caro
La expresión “el tiempo es dinero” también es aplicable a los gorilas de montaña de Ruanda. En total, un turista paga 1.500 dólares por ver gorilas. A causa de esa medida, los turistas se iban a los países vecinos. Pero Ruanda utiliza ese dinero para asegurar la supervivencia de los animales y ahora decidió aplicar descuentos y, en temporada baja, solo se pagan 1.050 dólares estadounidenses.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Harvey
Machu Pichu por tiempo limitado
La ciudad en ruinas de Machu Pichu (Perú) también sufre la plaga del turismo de masas. El Gobierno peruano ya limitó el acceso a 6.000 visitantes diarios, que pueden pasear por las ruinas incas en dos turnos. Ahora se intenta implantar más limitaciones y en una primera fase de prueba los turistas solo podrán ver el impresionante conjunto de ruinas durante tres horas.
Imagen: picture-alliance/dpa/C. Wojtkowski
Sol, playa y turismo de masas
De vuelta en Europa, Mallorca es uno de los ejemplos más claros del turismo de masas. Como destino vacacional de sol y playa preferido por los ciudadanos del norte de Europa, esta isla de unos 900.000 habitantes recibe más de 10 millones de turistas al año. Como medidas, el Gobiero aprobó subir las tasas y limitar los alojamientos.