Una agencia de publicidad ha desarrollado un nuevo sistema que no deja a nadie indiferente. Se trata de un dispositivo que transmite vibraciones de alta frecuencia a los vidrios de los vagones de tren, y de ahí al cerebro del pasajero que apoya la cabeza en la ventana. El oído traduce posteriormente estas vibraciones en sonidos. Los análisis demuestran que la tecnología funciona.