Indígenas reclaman titularidad de tierras en Latinoamérica
Judit Alonso
25 de junio de 2019
Representantes de pueblos indígenas de América Latina reclamaron la titularidad de tierras en la región en un foro en la ciudad de Bonn. Además, solicitan gestionar fondos destinados a luchar contra el cambio climático.
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"Necesitamos que se titulen 106 millones de hectáreas en la Amazonía”, reclamó Gregorio Mirabal, Coordinador General de Desarrollo de la Coordinadora de la Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), en el 'Global Landscape Forum', que se celebró del 22 al 23 de junio en Bonn, Alemania. "Si tenemos nuestros territorios asegurados, puede haber una mejor implementación de las acciones”, agregó, refiriéndose a aquellas dirigidas a la restauración de bosques.
El foro, que se centró en los derechos del paisaje, reunió a diversos representantes de pueblos originarios de América Latina que pudieron "dar a escuchar su voz”. "Agradezco el espacio, estamos esperando su apoyo”, dijo el líder indígena. "Necesitamos nuevos aliados si queremos recuperar el espíritu del Acuerdo de París”, aseguró, solicitando que "el apoyo llegue realmente a las comunidades”.
"Queremos que los fondos climáticos lleguen a las comunidades directamente afectadas y no a grandes consultorías”, señaló en entrevista a DW Lizardo Cauper, Presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP). No obstante, el líder peruano explicó que dichos fondos no llegan a las comunidades porque los trámites son "muy burocráticos”. Igualmente, reclamó "una participación activa y efectiva de los pueblos en los espacios de plataformas climáticas tomando decisiones conjuntas”.
"El problema climático no es responsabilidad de un gobierno, es para la humanidad”, recordó, llamando a tomar acciones y mecanismos para afrontar este reto global. Así, abogó porque los gobiernos consideren la visión holística de los pueblos indígenas en el desarrollo sostenible y sustentable y subrayó algunas propuestas que se están desarrollando desde este ámbito, como el proyecto alternativo "Bosques en Pie” en Perú.
"No podemos hablar de acción climática sin territorio”, apuntó, recordando la "presión” que sufre la Amazonía por actividades extractivas, agronegocios, la tala ilegal y la minería, que además vulneran los derechos de sus habitantes. "Para nosotros, territorio y derechos van juntos, no están separados”, afirmó.
Largos procesos
Cauper recordó la "demanda histórica de 20 millones de hectáreas” del gobierno peruano e instó a este a "dar seguridad jurídica, reconocimiento y titulación de tierras de las comunidades nativas de la Amazonía peruana”.
No obstante, según Silvina Baldovino, Directora del Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), "en los últimos años hemos avanzado; estamos en un país en reconocimiento de los derechos colectivos de sus pueblos”. "El presidente quiere cerrar la brecha de titularidad de las comunidades indígenas”, dijo Baldovino a DW, calificando la situación de "histórica”. Así, recordó la entrega, hace un mes, de 66 títulos de tierras en el departamento de Loreto, "una de ellas, de un proceso que duró más de 50 años”.
Para la experta peruana, "es una necesidad dar seguridad a las comunidades nativas” ya que "no se puede tener desarrollo sin seguridad jurídica”. Para ello, abogó por "trabajar de la mano” entre organizaciones indígenas, Estado regional y nacional. En este sentido, reconoció que "las autoridades están haciendo esfuerzos” en valorar el rol de los pueblos indígenas en cuanto a las lenguas y al manejo de tierras.
Contra la criminilización, "resistencia"
Además de luchar por el derecho a la tierra, los pueblos indígenas en América Latina deben velar por sus vidas, ya que la región concentra el mayor número de defensores ambientales y de derechos humanos asesinados cada año.
"No es fácil hablar de lo que sucede en los territorios. Hay miedo, porque hemos estado viviendo agresiones de la minería, persecución, asesinatos...”, reconoció a DW Jessica Vega, presidenta de la Red de Jóvenes Indígenas de América Latina, una organización surgida en 2011 para defender los derechos para pueblos indígenas.
A pesar de que este suceso afecta principalmente a adultos, la joven mexicana lo tiene claro: "Tenemos que respaldar a nuestra comunidad en las imposiciones que quieren hacer a nuestro territorio”. "Los jóvenes se han empoderado gracias al trabajo de los mayores; sentimos la responsabilidad de dar continuidad”, declaró. "Como juventud tenemos el rol de la preservación del medio ambiente”, añadió reafirmando su postura: "Si hieren nuestra existencia, seremos resistencia”.
Junto con México, Colombia y Brasil son los países más letales para ese colectivo. En el último caso, "la lucha por la tierra es cada vez mayor”, aseguró a DW Sônia Guajajara, excoordinadora ejecutiva de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB). La líder indígena criticó que "hoy el gobierno en Brasil solo piensa en desmontar todas las políticas de legislación ambiental” y acusó al mismo de haberse convertido en "un gobierno genocida, ecocida, autorizando la deforestación, y etnocida”, en tan solo seis meses. Asimismo, criticó el retroceso en los derechos conseguidos y abogó por la "lucha, mobilización y resistencia” para seguir adelante.
(cp)
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La diversidad de los pueblos indígenas en América Latina
Según datos de UNICEF, en América Latina existen actualmente 522 pueblos indígenas. México, Bolivia, Guatemala Perú y Colombia aglutinan el 87% de los pueblos indígenas de América Latina y el Caribe.
Imagen: Christopher Pillitz
Amazonia, fuente de diversidad
Según el Atlas Sociolingüístico de Pueblos Indígenas en América Latina de UNICEF, la Amazonia es la región con mayor diversidad de pueblos indígenas (316 grupos), seguida por Mesoamérica, la cuenca del Orinoco, los Andes y la región del Chaco. Brasil (foto) es el país con más diversidad de pueblos indígenas con un total de 241. Colombia es el segundo con (83), seguido por México (67) y Perú (43).
Imagen: DW/T. Fischermann
Diversidad de pueblos y lenguas
Cinco pueblos agrupan varios millones de personas: Quechua (foto), Nahua, Aymara, Maya yucateco y Ki'che; y seis aglutinan entre medio y un millón de habitantes: Mapuche, Maya q'eqchí, Kaqchikel, Mam, Mixteco y Otomí. Cerca de una quinta parte de los pueblos indígenas perdió su idioma nativo en las últimas décadas. De 313 idiomas indígenas, el 76% es hablado por menos de 10.000 personas.
Imagen: picture-alliance/Robert Hardin
Cada vez más urbanos
Aunque más del 60% de la población indígena de Brasil, Colombia, Ecuador, Honduras y Panamá todavía vive en zonas rurales, más del 40% de la de El Salvador, México y Perú reside en áreas urbanas. En Chile (foto) y Venezuela, la población que vive en ciudades supera el 60% del total. Éstos tienen 1,5 veces más acceso a electricidad y 1,7 veces más acceso a agua corriente que los de zonas rurales.
Imagen: Rosario Carmona
Conviviendo con la pobreza
Según un informe del Banco Mundial, la pobreza afecta al 43% de los hogares indígenas, más del doble de la proporción de no indígenas. El 24% de todos los hogares indígenas vive en condiciones de pobreza extrema, es decir 2,7 veces más que la proporción de hogares no indígenas. En 2011, en Guatemala, tres de cada cuatro habitantes de zonas con pobreza crónica pertenecían a un hogar indígena.
Imagen: picture-alliance/Demotix
Educación superior: un privilegio para muy pocos
El reporte del Banco Mundial 'Latinoamérica indígena en el siglo XXI' apunta que la finalización de estudios primarios entre indígenas urbanos es 1,6
veces mayor que entre los que habitan en zonas rurales, mientras que los que terminan la educación secundaria es 3,6 veces mayor y los que cursan estudios superiores es 7,7 veces mayor. El acceso a la universidad es un privilegio para muy pocos.
Imagen: Uskam Camey
Brecha digital: exclusión social
A pesar de la aparente familiaridad de este miembro de la tribu Kayapó (Brasil) con la tecnología, los miembros de pueblos indígenas no se han beneficiado de su masificación. Estos tienen cuatro veces menos acceso a internet que los no indígenas en Bolivia y seis veces menos acceso en Ecuador. Asimismo, los indígenas tienen la mitad de acceso a un computador que los no indígenas en Bolivia.
Imagen: AP
Implicados en la vida política
Los pueblos indígenas participan activamente en la vida política de sus comunidades, ya sea a través de parlamentos locales o nacionales, en los municipios o a nivel estatal. Sus líderes están involucrados en partidos políticos nacionales o han creado sus propios partidos. Así, existen partidos indígenas muy influyentes en Bolivia y Ecuador, pero también en Venezuela, Colombia y Nicaragua.
Imagen: Reuters/J. L. Plata
Empoderamiento ciudadano
Con una población de más de 800.000 habitantes, principalmente de origen aymara (foto), El Alto (Bolivia), comenzó a organizarse en juntas vecinales. A través de éstas, exigieron tener acceso a sus propios recursos financieros y ejercer control sobre ellos. Las Juntas se crearon con el objetivo de que éstas planificaran, financiaran y construyeran infraestructura básica y proporcionaran servicios.
Imagen: picture-alliance/dpa/EPA/BOLIVIAN INFORMATION AGENCY
Protección vulnerada
Cerca del 45% de cuenca del Amazonas está protegida en el marco de diversas formas legales. A pesar de que 15 de los 22 países de la región han ratificado el Convenio Nr. 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a menudo se vulnera el proceso de Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI) que pretende garantizar su participación en cambios que pueden afectar su estilo de vida.
Imagen: Survival International
Indígenas en el punto de mira
Los representantes de pueblos indígenas son víctimas de criminalización y hostigamiento y suelen sufrir amenazas, violencia e incluso la muerte al posicionarse en contra de la instalación de grandes infraestructuras en su territorio. En la fotografía, miembros de las comunidades indígenas en contra del proyecto hidroeléctrico Las Cruces, ubicado en el río San Pedro Mezquital, en Nayarit (México).
Imagen: AIDA/C. Thompson
Minería: fuente de conflictos
La minería también es una amenaza para los pueblos indígenas y provoca migraciones y conflictos. Se calcula que una quinta parte de la cuenca amazónica tiene potencial minero: 1,6 millones de kilómetros cuadrados, 20% de los cuales están en tierras indígenas. La extracción ilegal de oro también se ha propagado en la región, provocando deforestación, contaminación de los ríos y violencia.
Imagen: Jorge Mario Ramírez López
Defendiendo el territorio
Los Munduruku (foto), que cuentan con una población de entre 12.000 y 15.000 personas que viven en la orilla del río Tapajós, en los estados de Pará, Amazonas y Mato Grosso (Brasil), sufren el peligro de ambas actividades. Durante tres siglos, han tratado de demarcar oficialmente su territorio, una área de 178.000 hectáreas amenazado por actividades de extracción y proyectos hidroeléctricos.
Imagen: DW/N. Pontes
Socios clave en la lucha contra el cambio climático
El reconocimiento y la protección de los territorios indígenas es una estrategia eficaz para prevenir la deforestación y combatir el cambio climático. Entre 2000 y 2012, la deforestación en la Amazonia brasileña fue de 0,6% dentro de los territorios indígenas protegidos legalmente, mientras que fuera llegó al 7%, lo que produjo 27 veces más emisiones de dióxido de carbono.
Imagen: Ádon Bicalho/IPAM
Los grandes desconocidos
Algunas comunidades indígenas siguen negándose a tener contacto con el mundo exterior y viven en áreas aisladas, usando lanzas y dardos envenenados para cazar monos y aves. Es el caso de los Waorani (foto) que viven en la selva amazónica, en Ecuador. En las últimas décadas, muchos de ellos han pasado de vivir como cazadores a asentarse en el Parque Nacional Yasuní.
Imagen: AP
Contacto mortal
Lamentablemente algunos de los que han sido contactados han sufrido las consecuencias. Los indígenas matsés o “mayorunas” que viven en la ribera del río Yaquerana, en la frontera entre Brasil y Perú, conocidos como “el pueblo del jaguar" (foto) fueron contactados por primera vez en 1969. A raíz de este encuentro muchos murieron por enfermedades como tuberculosis y hepatitis.