El primer barco autónomo se prepara para cruzar el Atlántico
30 de abril de 2021
El "Mayflower 400" navegará sin piloto durante tres semanas hasta llegar a Plymouth, en Estados Unidos. El primer barco autónomo, que será utilizado con fines científicos, pretende zarpar el 15 de mayo.
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El "Mayflower 400", el primer barco inteligente que puede navegar sin piloto, detiene sus motores en la bahía de Plymouth, en el suroeste de Inglaterra, a la espera de recibir la autorización oficial de las autoridades británicas para zarpar y cruzar el Atlántico.
Equipado con paneles solares, este barco trimarán de 9 toneladas y 15 metros de eslora es capaz de tomar sus propias decisiones y navegar de forma totalmente autónoma. La idea es utilizarlo para poder realizar nuevas investigaciones sobre los ecosistemas marinos.
Brett Phaneuf, fundador de la asociación ProMare y artífice del plan que comenzó hace cuatro años, dijo que "cientos" de personas y proveedores de tecnología en todo el mundo mostraron interés y participaron en el proyecto, lo que sirvió para abaratar los costos.
"El mar es un entorno implacable, por lo que disponer de un barco sin personas a bordo permite a los científicos ampliar el área que pueden observar" abaratando los costes, añadió Rosie Lickorish, especialista en tecnologías emergentes de IBM.
Tres semana para llegar a Plymouth, pero en EE. UU.
Previsto para zarpar el 15 de mayo, dependiendo del tiempo y una incierta autorización de las autoridades británicas, el barco debe tardar tres semanas en reproducir el trayecto hasta otra Plymouth, en EE. UU., que el "Mayflower" original efectuó hace 400 años, en 1620, con un centenar de peregrinos a bordo.
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La construcción del barco, en que todo está robotizado, desde el timón hasta el generador diésel que complementa la energía solar, llevó un año. Mucho más largo fue el desarrollo de su capitán virtual, una inteligencia artificial de numerosos algoritmos que empezó aprendiendo a identificar obstáculos marítimos mediante el análisis de miles de fotografías.
Los programadores también le proporcionaron las reglas para evitar colisiones, como el código de carretera para los coches autoconducidos, utilizadas por todo capitán humano. A partir de ahí, el barco empezó a salir al mar para hacer un "aprendizaje supervisado" en el que "podíamos decirle qué son buenas acciones y malas acciones, qué es seguro o peligroso", explicó por su parte Ollie Thompson, ingeniero de software y robótica.
Nunca ha realizado pruebas en malas condiciones climáticas
Sin embargo, por limitaciones regulatorias a la aún inédita navegación no tripulada, a dos semanas de la partida el "Mayflower 400" aún no había podido "salir a una alta mar agitada, con grandes olas, viento, lluvia, el peor escenario" de una violenta tormenta, lamenta Jenking-Rees, encargado de revisar los motores.
En su lugar, el capitán virtual debió entrenarse frente a olas habitualmente de 50 metros, uno de los principales peligros, en un simulador. La inteligencia artificial se utilizará también para los experimentos científicos, agregó Lickorish.
El barco analizará también la composición química del agua utilizando una "lengua inteligente", medirá el nivel del mar y tomará muestras en busca de microplásticos, entre otros experimentos ideados para recolectar datos como hacen los robots espaciales desde hace décadas.
Pese a su total autonomía, el equipo vigilará al barco las 24 horas desde Inglaterra para intervenir por control remoto en caso de peligro o ir a buscarlo si se produce un error fatal del sistema.
JU (afp, euronews.com, plymouthherald.co.uk)
Un barco contra un océano de pesca ilegal
Las redes a la deriva son un método ilegal de pesca furtiva que mata cada año toneladas de fauna marina. La organización Sea Shepherd patrulla el sur del Océano Índico en su cruzada contra la pesca ilegal.
Imagen: picture-alliance/AP/P. Crawford
Los pastores del mar
Mientras patrulla por el sur del Océano Índico a bordo del "Steve Irwin", el equipo de la organización Sea Shepherd recoge una red abandonada de unos 5 kilómetros de largo - el doble del máximo permitido por la ley. Tirando de ella puede sentirse el peso de la muerte.
Imagen: Sea Shepherd Global/Eliza Muirhead
Captura incidental: una carnicería
En la red a la deriva abandonada encuentran 321 cuerpos de animales marinos. De todos ellos sólo se pudieron salvar 20. Entre las especies que quedaron atrapadas, 12 están en peligro de extinción. El capitán Siddharth Chakravarty cree que el objetivo principal de los pescadores eran los tiburones. El resto murió sin motivo alguno.
Imagen: Sea Shepherd Global/Tim Watters
Conducidos por la demanda
De los más de 300 animales de la red, 126 eran tiburones azules. Los tiburones azules están considerados como especie amenazada por la Organización Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Se matan alrededor de 20 millones de ejemplares al año por su carne, sus aletas y por su piel. La mayor parte de la demanda viene de China y de zonas del Este Asiático.
Imagen: Sea Shepherd Global/Tim Watters
Pocos escapan a la muerte
De toda la fauna marina recuperada junto con la red, sólo 20 animales sobrevivieron: 18 tiburones azules, un pez molamola y un calamar. Las focas, como la gran mayoría, no tuvieron tanta suerte.
Imagen: Sea Shepherd Global/Eliza Muirhead
Un asunto crítico para las especies amenazadas
Un animal enredado en estas trampas es siempre asunto de preocupación. Sin embargo, todavía es más alarmante que especies en peligro - como el atún rojo - sucumban en estas redes. De esta estirpe de atunes rojos fueron encontrados 25 especímenes muertos. Su población está en declive por su cotizada carne.
Imagen: Sea Shepherd Global/Tim Watters
La escena del crimen
La mirada de este miembro de la tripulación, tomando un delfín muerto con sus manos, lo dice todo. Para los marineros del equipo Sea Shepherd esto es una tragedia. No queda más opción que presentar cargos y la red será utilizada como evidencia física del crimen. Este será un paso más en la investigación, para tratar de desenmascarar a los culpables y llevarlos ante la justicia.
Imagen: Sea Shepherd Global/Eliza Muirhead
A la caza de pescadores furtivos
El Steve Irwin le sigue la pista a la flota de barcos con banderas chinas que instaló la red. Esta foto aérea muestra uno de los barcos cerca de la red ilegal abandonada. Según cree el capitán Siddharth Chakravarty, redes de este tipo pueden llegar a medir 20 kilómetros de largo. Casi diez veces mayor de lo permitido - la ley contempla longitudes de hasta 2,5 kilómetros.
Imagen: Sea Shepherd Global/Eliza Moorhead
Continuará…
El capitán Chakravarty asegura que esta flota de pescadores furtivos es responsable de otras 11 violaciones de la ley internacional. Entre ellas se encuentran: pesca a gran escala con redes ilegales, caza no regulada de tiburones, captura de crías de tiburón y caza de especies protegidas como el atún rojo. Todo irá a un dosier para presentar una acusación oficial. Autora: Irene Baños Ruiz