Trump sugirió en Twitter un posible aplazamiento de las elecciones presidenciales de noviembre. Pero, ¿tiene el poder de hacerlo? La corresponsal Carla Bleiker lo explica desde Washington.
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¿Puede Donald Trump posponer las elecciones del 3 de noviembre de 2020?
No. Desde 1845, el Congreso de Estados Unidos estableció que el presidente fuera elegido cada cuatro años el martes después del primer lunes de noviembre. (Fiel al lema: ¿Por qué hacerlo simple si puede ser complicado?) Para cambiar la ley electoral, Trump necesitaría el apoyo de ambas cámaras del Congreso. Es muy improbable que los republicanos, que tienen la mayoría en el Senado, voten tal cambio. Tampoco lo harían los demócratas, que tienen la mayoría en la Cámara de Representantes. "Dado que tenemos una separación de poderes en nuestro gobierno y no somos una dictadura, el presidente no puede simplemente cambiar la ley", dice James Gardner, profesor de derecho en la Universidad Estatal de Nueva York, en Búfalo.
¿Y si Trump declara una emergencia nacional?
En un estado de emergencia aplican reglas especiales, pero incluso en ese contexto el mandatario no podría cambiar la ley electoral por sí solo. La mayoría de las reglamentaciones de emergencia se refieren a cómo el presidente puede distribuir fondos. Y de nuevo: para posponer las elecciones, necesitaría la aprobación del Congreso, incluso en las condiciones más extremas.
¿Se ha pospuesto alguna vez una elección nacional en la historia de Estados Unidos?
No. Ya sea en un escenario de guerra, crisis económica o brote de gripe, nada mantiene a los estadounidenses alejados de las urnas. Se dice que en 2004, la administración de George W. Bush había considerado reformar la ley para que las elecciones pudiesen postergarse en caso de un ataque terrorista, pero la idea fue rápidamente rechazada. La entonces asesora de seguridad nacional Condoleezza Rice justificó que Estados Unidos había celebrado elecciones "cuando el país estaba en guerra, incluso en guerra civil”, por lo que los comicios estadounidenses "deberían tener lugar en el momento estipulado".
Pero, ¿qué pasaría si no hubiera elecciones el 3 de noviembre? ¿Podría Trump quedarse en el cargo indefinidamente?
No. La Constitución de Estados Unidos establece una fecha específica para el fin del mandato presidencial. En el caso de Trump y su vicepresidente Mike Pence, el periodo expira a las 12:00 p.m. del 20 de enero de 2021. Si por alguna razón no hay nadie para entonces que pueda ganar más de los 270 electores requeridos en una elección (por ejemplo, porque en algunos estados no hubo comicios), se aplicaría el plan de sucesión estipulado en caso de la salida inesperada del presidente. El siguiente en la línea de sucesión después del presidente y vicepresidente es el líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, en este caso la demócrata Nancy Pelosi, quien no es del agrado de Trump.
¿Cuán bien fundada es la preocupación de que Trump no podría aceptar una derrota y aferrarse al cargo?
Observadores electorales sostienen que las continuas críticas de Trump al sistema de votación por correo apuntan a desacreditar el resultado de los comicios por adelantado. Así, podría rechazar una derrota al calificarla como fraude electoral. "Yo creo que Trump es capaz de hacer una cosa de estas", dice J. Miles Coleman, del Centro para la Política de la Universidad de Virginia. Asimismo, una victoria contundente de Joe Biden podría evitar esto. Pero, ¿y si Trump aún así se negase a abandonar la Casa Blanca? "Espero que otros funcionarios con autoridad de las Fuerzas Armadas, la policía y oficinas gubernamentales se sientan tan comprometidas con la ley que ya no lo reconozcan como presidente", sentencia Gardner. "Eso convertiría a Trump en una persona no autorizada que sería removida".
(rrr/jov)
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Tropas estadounidenses en Alemania: de enemigos a aliados
Desde hace 75 años hay soldados estadounidenses en Alemania. Vinieron como vencedores en la Segunda Guerra Mundial y se convirtieron en aliados. Pero la relación no ha sido siempre buena.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. May
Donald Trump en la base militar de Ramstein
Casi 35.000 soldados estadounidenses están estacionados en Alemania, la mayoría de ellos en el oeste y el sur del país. En ningún otro lugar de Europa hay más soldados estadounidenses. Esto está a punto de cambiar, porque el presidente de EE.UU., Donald Trump, quiere retirar 12.000 soldados de Alemania. Un golpe para la alianza militar germano-estadounidense.
Imagen: Reuters/J. Ernst
De vencedor a protector
El punto de partida de la presencia militar de EE. UU. en Alemania es la Segunda Guerra Mundial. Los estadounidenses habían liberado a Alemania del nacionalsocialismo en 1945 junto con otros tres aliados, pero el antiguo aliado de guerra, la Unión Soviética, se convirtió rápidamente en el nuevo enemigo. En el Berlín dividido, los tanques estadounidenses y soviéticos pronto se enfrentaron.
Imagen: picture-alliance/dpa
El soldado Elvis Presley
Con los soldados llegó también la cultura estadounidense a Alemania. El Rey del Rock 'n' Roll, como se le llamó más tarde a Elvis Presley, también fue un simple soldado estadounidense. En 1958 comenzó su servicio militar en Alemania y saludó a sus fans en la estación de tren de Bremerhaven.
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Zonas residenciales propias
Un policía militar estadounidense se encuentra en una calle de la urbanización del ejército de EE.UU. en el aeródromo de Wiesbaden-Erbenheim. Alrededor de las bases se construyeron asentamientos enteros para los soldados estadounidenses y sus familias. Esto a menudo dificulta su integración en la población alemana. En 2019, el ejército de EE.UU. empleó a 17.000 civiles estadounidenses en Alemania.
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Encuentros
A pesar de las viviendas separadas, desde el principio hubo encuentros entre familias estadounidenses y alemanas. En los primeros años se bailaba en las calles de Berlín en verano y en invierno, por ejemplo, el ejército de EE.UU. organizaba fiestas de Navidad para los niños alemanes. También hubo Semanas de Amistad Germano-Americanas.
Durante la Guerra Fría, Alemania Occidental cobró especial importancia. En la foto: maniobra de la OTAN "Reforger I" (Retorno de las Fuerzas a Alemania) en 1969. Los estadounidenses realizaron extensos ejercicios militares junto con la Bundeswehr. Alemania estaba dividida. El enemigo era la Unión Soviética y los estados del Pacto de Varsovia - incluyendo la Alemania Oriental.
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Controversia sobre misiles nucleares
En 1983, misiles Pershing II fueron llevados a la base estadounidense de Mutlangen. Los misiles con cabezas nucleares se convirtieron en un problema político: tenían como objetivo cerrar un hueco en el armamento de la OTAN. El movimiento pacifista, por otro lado, los vio como una amenaza y reaccionó con grandes manifestaciones en las que también participaron personas destacadas de Alemania.
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La guerra en Irak divide a estadounidenses y alemanes
Unos 20 años después, el presidente estadounidense George W. Bush inicia una guerra contra Irak por supuestas armas de destrucción masiva. El Canciller Gerhard Schroeder rechaza la participación de soldados alemanes y sabe que una gran mayoría de los alemanes están detrás de él. La disputa lleva a un serio desacuerdo entre ambos gobiernos.
Imagen: picture-alliance/dpa/dpa_pool/A. Altwein
Alemania sigue siendo una base importante
Incluso después de la retirada de 12.000 soldados, como pretende Trump, Alemania seguiría siendo importante para los intereses estratégicos de Estados Unidos. La base estadounidense de Ramstein desempeña un papel especialmente importante como cuartel general de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos en Europa.