El ex presidente catalán, Carles Puigdemont, sigue luchando desde Alemania por la independencia. Durante una videoconferencia con Barcelona, utilizó argumentos históricamente cuestionables.
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La sala se llenó con ovaciones. Los aplausos iban dirigidos hacia una persona que solo podía estar presente a través de una pantalla por conferencia video desde Alemania: Carles Puigdemont, ex presidente de Cataluña. Protagonistas del movimiento independista catalán se reunieron en el Ateneu Barcelonès para anunciar la creación de una nueva plataforma independista en otoño.
Se llama "Crida Nacional per la República" (Grito Nacional por la República) y pretende unir a todos aquellos que quieren seguir impulsando la independencia de Cataluña a pesar de los retrocesos registrados en los últimos meses. La nueva plataforma es "una referencia que nos obliga a mantenernos fieles al mandato de 2,3 millones de personas que dieron su voto en las urnas", rezaba el comunicado.
La frase alude al referéndum sobre la independencia del 1 de octubre 2017. Aproximadamente el 42 por ciento de los catalanes participaron en el referéndum, y alrededor del 90 por ciento de ellos votaron a favor de la independencia.
El mito del sufrimiento histórico
Mientras tanto, un libro de la autora francesa Sandrine Morel abrió un debate en España. La corresponsal del diario francés "Le Monde" en España, escribió un libro sobre el movimiento independista catalán ("En el huracán. Una mirada privilegiada al laberinto del procés"). En el, critica la interpretación unilateral de la historia por parte de los independistas catalanes.
A su juicio, los independistas catalanes ven su propia historia marcada por la dominancia de Madrid. Morel cita al historiador catalán Xavier Hernández, profesor de la facultad de Ciencias Sociales de la universidad de Barcelona, quien en entrevista con ella comparó la historia de Cataluña bajo el dominio español con el genocidio a los armenios.
Puigdemont: "Represión injustificada"
Puigdemont también retomó el motivo de la nación oprimida durante su discurso en el Ateneu Barcelonès: "Debemos mantener la lucha, hacer frente a la represión injustificada y continuar en el camino hacia la República Catalana", dijo a los participantes desde Alemania.
La propia historia nacional como la historia de un pueblo oprimido. Se trata de un motivo constante en la retorica de los separatistas catalanes. El diario alemán Sueddeutsche Zeitung comentó el carácter presuntuoso de este mito: "La Constitución Española no prevé el derecho de secesión. Por lo tanto, el Tribunal Constitucional prohibió el referéndum. Esto está de acuerdo con el derecho internacional. El derecho de secesión solo se concede a una minoría si es oprimida brutalmente. En España no existe tal cosa".
Alemania y el foco de atención
Puigdemont ya no podría ser acusado de "rebelión" en España en virtud de las leyes europeas de extradición. Sin embargo, la situación entre los separatistas y el gobierno nacional sigue siendo difícil.
Al fin y al cabo, el nuevo presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ya se ha reunido con Quim Torra, el nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña.
Poco se sabe sobre el contenido, pero el mero hecho de que hayan hablado se puede considerar un éxito. El gobierno alemán deberá sentirse aliviado en estos momentos. Debido al arresto de Puigdemont, Alemania se había convertido sin querer en un actor político en este conflicto entre Madrid y Barcelona. La posibilidad que ahora baje la tensión, podría permitir a Alemania salir del foco de atención.
Auto: Kersten Knipp (GG)
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La odisea europea de Puigdemont
España retiró la euroorden de detención contra el expresidente de Cataluña, dado que un tribunal alemán había accedido a extraditarlo para ser juzgado solo por malversación. Pero no es el punto final de esta historia.
Imagen: Reuters/F. Lenoir
Huida a Bruselas
Tras un convulso mes de octubre en Cataluña y ante la perspectiva de la actuación de la Justicia española contra él, Puigdemont huyó a Bruselas. El Gobierno del entonces presidente Mariano Rajoy lo acababa de destituir como presidente de Cataluña y la Fiscalía se había querellado contra él por rebelión, sedición y malversación.
Imagen: Reuters/F. Lenoir
La internacionalización del conflicto catalán
Además de eludir la actuación de la Justicia española (a la que sí se enfrentaron otros miembros de su antiguo Gobierno), Puigdemont asegura querer "internacionalizar" el conflicto catalán. Es decir, abogar por la causa de la independencia catalana y sumar a esta fuerzas internacionales.
Imagen: Reuters/Y. Herman
Mientras, en España, la cárcel...
Poco después de iniciarse el periplo europeo de Puigdemont, el exvicepresidente catalán Oriol Junqueras y ocho exconsellers del Gobierno catalán entran en prisión. La juez Carmen Lamela decretó su prisión incondicional por alto riesgo de reiteración delictiva y de fuga.
Imagen: picture-alliance/dpa/AP/M. Fernandez
Euroorden de detención... y retirada de la euroorden
La Justicia española emite una euroorden de detención contra Puigdemont y cuatro de sus exconsejeros huídos, que se entregan a la Justicia belga. Pero el delito de rebelión no existe en aquel país, por lo que no pueden ser deportados por ese delito. El juez español retira la orden de detención europea. Así evita que Puigdemont sea juzgado en España solo por los delitos que reconoce Bélgica.
Imagen: Reuters/E. Vidal
Con mal pie
Su estrategia de implicar a fuerzas de la UE no empezó con buen pie. Durante una entrevista, Puigdemont definió a la UE como "un club de países decadentes, obsolescentes, en el que mandan unos pocos, además muy ligados a intereses económicos cada vez más discutibles” y “donde hay varias varas de medir”. Incluso dice que los catalanes “deberían decidir si quieren pertenecer a esta UE".
Imagen: Reuters/E. Vidal
De conferencia en conferencia
"¿Aún importa la independencia en la Europa del siglo XXI?" se titula el encuentro celebrado en marzo de 2018 en Ginebra, Suiza, al que acude el expresidente catalán. Una vez asentado en Bruselas, Puigdemont hace pequeñas escapadas para difundir el relato independentista.
Imagen: picture-alliance/dpa/AP Photo/S. Di Nolfi
Visita al Parlamento finlandés
En enero fue Copenhague y en marzo Helsinki. Puigdemont busca apoyos en suelo nórdico. En la imagen, junto al parlamentario finlandés Mikko Kärnä.
Imagen: picture-alliance/Lehtikuva/M. Kainulainen
Detención en Alemania
El 23 de marzo, el juez Pablo Llarena procesa por el delito de rebelión a 13 personas por su participación en el proceso independentista, incluido Carles Puigdemont. Un día después, el Tribunal Supremo reactiva la orden europea de detención y extradición cuando Puigdemont se encontraba en Finlandia. Este decide volver a Bruselas en auto, pero la policía alemana lo detiene en su territorio.
Imagen: picture-alliance/dpa/L. Schulze
12 días en prisión
Puigdemont ingresa en la cárcel de Neumünster. Tras revisar la euroorden española, la Fiscalía alemana pide a la Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein la extradición por los delitos de rebelión y malversación de fondos públicos. Pocos días después, el tribunal descarta el delito de rebelión y deja en libertad al expresidente catalán bajo fianza mientras estudia la entrega por malversación.
Imagen: Reuters/F. Bimmer
Apoyo también en Alemania
La detención de Puigdemont creó un enorme revuelo en Alemania. La prensa dedicó gran espacio a valorar los cargos de la Justicia española contra el expresidente. Sobre todo el relativo a la rebelión, que podría tener un similar en Alemania. En la imagen, un grupo de personas se manifiesta en Berlín por la libertad de los "presos políticos catalanes".
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Schreiber
Expectación desmedida
El 6 de abril de 2018, Puigdemont abandona la cárcel de Neumünster. Deposita una fianza de 75.000 euros y se compromete a residir en Alemania y presentarse periódicamente ante las autoridades del país. Los medios estaban expectantes ante sus declaraciones.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Heimken
En Berlín y Hamburgo
Primero estuvo en la capital de Alemania. Después, por "motivos de seguridad", Puigdemont trasladó su residencia a Hamburgo. Mientras, la Justicia española trata de probar con material gráfico que sí se produjo el delito de rebelión.
Imagen: picture-alliance/NurPhoto/E. Contini
Extradición sí, pero solo por malversación
En un fallo inapelable del máximo tribunal regional de Schleswig-Holstein, el 12 de julio se aprobó la entrega de Puigdemont a España por malversación de fondos, descartando el delito de rebelión. Así pues, en España solo podría ser juzgado por ese delito. Eso lo pone en situación de ventaja respecto a los líderes independentistas procesados que no huyeron de España.
Imagen: picture-alliance/dpa/C. Gateau
Retirada de la euroorden de detención
El Tribunal Supremo español retiró este 19 de julio la euroorden contra Carles Puigdemont. La Justicia española rechaza así su entrega a España solo por el delito de malversación y no por rebelión. Puigdemont, que actualmente está en libertad provisional en Alemania, quedará libre, pero si regresara a España sería detenido automáticamente hasta que prescriban los delitos, en 20 años.