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Putin apuesta por el rearme

20 de febrero de 2012

El primer ministro de Rusia prometió invertir 590.000 millones de euros en la modernización de las Fuerzas Armadas cuando asuma la jefatura de Estado. Los comicios presidenciales se llevarán a cabo el 4 de marzo.

Imagen: picture-alliance/dpa

Anticipando su triunfo en los comicios presidenciales que se celebrarán en dos semanas, el actual primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, anunció este lunes (20.2.2012) que invertirá 23 billones de rublos (aproximadamente 590.000 millones de euros) durante la próxima década en la modernización de las Fuerzas Armadas y su arsenal. Los detalles ofrecidos por Putin en la gaceta oficial causaron inquietud, dentro y fuera del país; y es que el aludido rearme luce más como un programa de gobierno concreto que como una mera promesa electoral.

Las agencias de noticias hablan de un proyecto armamentista sin precedentes que permitirá a las Fuerzas Armadas rusas apertrecharse con 400 cohetes balísticos intercontinentales, veintiocho submarinos –ocho de ellos atómicos–, más de cincuenta barcos de guerra, más de seiscientos aviones, más de mil helicópteros y cerca de cien artefactos espaciales con funciones militares. Expertos en defensa sostienen que, con este anuncio, Putin busca rebatir las severas críticas con que fue recibida la reforma de la institución castrense.

Lo cual no quiere decir que Putin esté inflando un globo. El Gobierno ruso, con Dmitri Medvedev como timonel, ya había anunciado hace un año que invertiría casi 500.000 millones de euros hasta 2020 en remozar a sus Fuerzas Armadas y el ministerio de Defensa hizo encargos de armamento similares a los descritos por Putin en la primera plana de la Rossiyskaya Gazeta. El artículo en cuestión –el sexto publicado en el órgano divulgativo del Estado desde que empezó la campaña electoral– cayó como una bomba, sobre todo por el tono con que Putin expuso la necesidad de rearme.

Refiriéndose tácitamente al derrocamiento del líder libio Muammar al-Gadafi, propiciado por las fuerzas de la OTAN, y a la presión internacional bajo la que se haya el presidente sirio, Bashar al-Assad, para que dimita, Putin señaló que sucesos recientes demostraban la pérdida de influencia de la ley internacional. “En estas circunstancias, Rusia no puede depender exclusivamente de los recursos diplomáticos o económicos para resolver los enfrentamientos”, escribió, agregando que el país necesitaba unas Fuerzas Armadas robustas para escudarse de los conflictos que agentes externos estaban atizando cerca de sus fronteras.

La fiebre armamentista por venir

También su explícita alusión al escudo antimisiles que Washington y la OTAN quieren activar trajo recuerdos de la Guerra Fría. Putin dijo que, aunque Rusia no puede construir un escudo antimisiles tan costoso como el de la alianza atlántica, sus armas nucleares y sus sistemas de defensa aéreos y espaciales podían superar a los de la OTAN. “No debemos tentar a nadie mostrando nuestra debilidad”, es una de las frases clave con que Putin ha justificado el rearme.

Vladimir Putin, primer ministro de Rusia y aspirante a la presidencia del país.Imagen: dapd

Las Fuerzas Armadas rusas se vieron afectadas por una década de recortes tras el desmoronamiento de la Unión Soviética. Durante su primera presidencia (2000-2008), Putin procuró frenar ese proceso de debilitamiento militar al percatarse de que había heredado unas tropas numerosas, pero mal equipadas. En 2008, el enfrentamiento armado con Georgia dejó en evidencia las deficiencias de los militares rusos, aún cuando Rusia ganó el conflicto con facilidad en apenas cinco días. “En la década que viene deberemos superar nuestras insuficiencias”, enfatizó Putin este 20 de febrero.

Las denuncias hechas por reclutas rusos y recogidas por las agencias, según las cuales habían recibido alimento para perros, quedaron opacadas por la arremetida mediática de Putin; para algunos observadores, su artículo más reciente fue la noticia del día. El primer ministro no perdió la oportunidad de presentar el rearme como una medida beneficiosa para los empresarios locales. Putin aseguró que las inversiones en la industria armamentista se convertirán en un estímulo para el desarrollo de los sectores económicos del país.

Cualquier cosa, menos aburrida. Así describen los analistas políticos la campaña electoral en Rusia: ante la inminencia de los comicios presidenciales del 4 de marzo, los cuatro candidatos que compiten con Putin por la jefatura de Estado han optado por invertir los recursos que les quedan en bombardear a la ciudadanía con sus mensajes, usando todos los medios disponibles para criticar el estilo de mando y minimizar las probabilidades de éxito de quien ya una vez llevó las riendas del país. En vano. Putin sigue siendo el favorito.

Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: Pablo Kummetz

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