El dirigente ruso Vladimir Putin apoyó públicamente la noche del viernes 4 de noviembre la evacuación de civiles de la región ucraniana de Jersón, invadida por Rusia a comienzos de la guerra y anexada ilegalmente por el régimen de Moscú. Las declaraciones del líder son la señal más reciente de que las tropas invasoras están siendo empujadas por la ofensiva ucraniana.

"Por supuesto, los que viven en Jersón deben ser sacados de la zona de las acciones más peligrosas, porque la población civil no debe sufrir bombardeos, ofensivas, contraofensivas y otras medidas relacionadas con operaciones militares", señaló el jefe del Kremlin, cuyo ejército ha bombardeado hospitales, escuelas e infraestructura civil desde el comienzo del conflicto.

Las declaraciones de Putin se conocen en medio de señales cada vez más claras de que sus fuerzas estarían preparándose para evacuar el banco occidental del río Dnipro, incluyendo la capital regional de Jersón, lo que podría ser una de las retiradas más grandes de Rusia en lo que va del conflicto. Sin embargo, analistas ucranianos y estadounidenses advierten de la posibilidad de que se trate de una trampa cuyo fin sería encerrar a las fuerzas ucranianas.

"Es difícil”

Por su parte, el vicegobernador instalado por Rusia en la región, Kiril Stremousov, insistió este sábado (05.11.2022) en que los civiles deben dejar la región, aunque reconoció que para los lugareños era "difícil” abandonar sus tierras. "Muchas veces es muy difícil para la gente, porque tienen que abandonar sus casas, sus vidas”, sostuvo en declaraciones divulgadas a través de Telegram.

Sin embargo, repitió que era necesario. "A la gente le cuesta aceptar la nueva realidad, pero tratamos de convencerlos. Les aseguramos que todo esto es temporal y es por su propio bien, es para salvar vidas", recalcó. Un día antes había señalado que era preciso dejar la región porque "pronto es posible un bombardeo masivo de la capital regional”.

DZC (EFE, Reuters)