Putin y Abe se comprometen a firmar tratado de paz pendiente
22 de enero de 2019
Los líderes de Rusia y Japón no realizaron avances sustanciales en las negociaciones por las islas Kuriles, pero expresaron su deseo de cerrar el capítulo que se remonta a la Segunda Guerra Mundial.
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El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se han reunido 25 veces desde 2013. Ese fluido intercambio demuestra que ambos países no han cejado en sus esfuerzos por construir una cooperación fluida a pesar de las disputas territoriales que se arrastran desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Y la cita de este martes (22.01.2019) no fue la excepción a esa norma.
Putin y Abe, que se encuentra de visita en Moscú, se comprometieron a firmar el tratado de paz pendiente por el problema de las islas Kuriles, pero en la práctica la jornada se cerró sin acuerdos concretos y con escasos avances. Pese a ello, el mandatario ruso dijo que la cumbre había sido "útil y sustanciosa”.
"Tenemos por delante un arduo trabajo para crear las condiciones necesarias y lograr una decisión mutuamente aceptable", dijo Putin tras la reunión, durante una comparecencia junto a Abe en el Kremlin. El líder ruso expresó que ambos tienen "interés” el tratado, paso crucial para la normalización de las relaciones bilaterales, aunque matizó que la decisión debe ser respaldada por ambos pueblos.
Visiones enfrentadas
Para Rusia, la firma de un tratado de paz es lo primordial. Putin recordó que en el encuentro que tuvo con Abe en Singapur en noviembre de 2018 "nos comprometimos a enmarcar el proceso negociador en la Declaración Unión Soviética-Japón de 1956”, que contempla la firma del tratado. Luego podría hablarse de entregar a Japón las dos islas más pequeñas del archipiélago. Tokio, en cambio, exige la totalidad de las islas.
Abe, en tanto, defiende la postura de firmar el tratado después de que se devuelvan las Kuriles. Al respecto, dijo este martes que "solucionar problemas sin resolver desde hace más de 70 años desde el fin de la guerra no es fácil, pero debemos hacerlo”. También anunció que los ministros de Exteriores de ambos países celebrarán en febrero una nueva ronda de negociaciones durante la conferencia de seguridad de Múnich.
El Ejército de la Unión Soviética tomó las cuatro islas Kuriles -Iturup, Shikotan, Habomai y Kunashir-, ubicadas entre el mar de Okhotsk y el Océano Pacífico, en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial. Japón nunca ha reconocido la soberanía de Moscú, lo que se ha convertido en una barrera para la firma de la paz por más de siete décadas. Para Rusia, que Japón reconozca el dominio ruso es una condición indispensable para firmar el tratado. Japón, en cambio, aspira a que los 20.000 habitantes de las Kuriles acepten el dominio nipón.
DZC (EFE, AFP)
Hiroshima y Nagasaki: el imperativo de recordar
En cada aniversario de los bombardeos a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, en 1945, el mundo entero recuerda a las víctimas y se reflexiona sobre las terribles consecuencias de la guerra.
Imagen: David Mareuil/Anadolu/picture alliance
Llamado a la paz
Las palomas blancas se echaron a volar nuevamente este 6 de agosto, en el memorial que recuerda a las víctimas de la primera bomba atómica, en Hiroshima. El alcade de la ciudad, en su declaración anual de paz, urgió a la desnuclearización, para evitar que el mundo vuelva a vivir el horror de un ataque nuclear como el que sufrió Japón en 1945.
Imagen: KYODO/REUTERS
Recordando a las víctimas
A las 8.15 A.M., un minuto de silencio rinde homenaje a las víctimas, a la hora que fue lanzada la bomba atómica en Hiroshima. En la foto, una artista realiza una danza, en el marco de las ceremonias de conmemoración de la tragedia.
Imagen: David Mareuil/Anadolu/picture alliance
Primer ataque
El 6 de agosto de 1945, el bombardero "Enola Gay“ arroja sobre la ciudad japonesa de Hiroshima la primera bomba atómica empleada en una guerra. El artefacto tenía un seudónimo que parecía inocuo: “El pequeño”. De los 350.000 habitantes de esa localidad murió en unos cuantos segundos la quinta parte, según se estima. La enorme presión desatada por la detonación destruye por completo Hiroshima.
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El “Enola Gay”
Originalmente se tenía programado el 1 de agosto de 1945 como fecha para el ataque. Sin embargo, éste fue postergado a causa de un tifón. Cinco días más tarde despegaba el bombardero “Enola Gay” con una tripulación de 13 personas a bordo. Los militares se enteran solo en pleno vuelo que deben arrojar la bomba atómica.
Imagen: gemeinfrei
El segundo ataque
Tres días después del bombardeo a Hiroshima, el ejército estadounidense arroja una segunda bomba atómica sobre Nagasaki. En un principio el objetivo era Kyoto. Pero algunas consideraciones hechas por el secretario de Defensa de EE.UU. se cambia el punto donde habrá de caer la segunda bomba atómica. Ésta lleva el seudónimo de “Gordo” y tiene una potencia equivalente a la de 22.000 toneladas de TNT.
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Objetivo estratégico
En Nagasaki se ubicaba la sede principal del consorcio Mitsubishi, que fabricaba armamento. En sus muelles se ubicaban enormes astilleros militares. Ahí fueron producidos los torpedos con los cuales Japón atacó la base militar estadounidense de Pearl Harbor. La poca visibilidad hizo imposible un ataque directo a los astilleros.
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Las víctimas
Meses después de las explosiones, miles de personas fallecían aún a causa de las secuelas. Hasta finales de 1945 se registraron 60.000 víctimas mortales más a causa de la radiación, quemaduras o lesiones graves. Cinco años más tarde, el número total de víctimas por los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki era estimado en 230.000.
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Capitulación y terror
Tras el lanzamiento de las dos bombas atómicas, los japoneses temían que viniera una tercera sobre la capital, Tokio. Japón capituló y con ello terminó la Segunda Guerra Mundial en Asia. Los bombardeos fueron ordenados por el presidente Harry S. Truman. Muchos historiadores consideran que ambos bombardeos constituyen crímenes de guerra.
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Reconstrucción
El destruido casco de Hiroshima fue reconstruido por completo, y sólo una isla en el río Ota permanece a manera de santuario de la paz. Ahí se encuentran hoy algunos monumentos, así como el Museo de la Paz, el Monumento Infantil a la Paz y las ruinas de la antigua cámara de Industria y Comercio. Arde ahí una llama que sólo se extinguirá cuando el mundo esté completamente libre de armas atómicas.
Imagen: Keystone/Getty Images
Cultura de la conmemoración
En Nagasaki se ubica desde 1955 un museo en el que se recuerda a las bombas atómicas, así como un Parque de la Paz dedicado a las víctimas y las consecuencias de los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki. Ambas localidades son símbolo del potencial destructivo de las armas atómicas y nucleares.
Imagen: Getty Images
Contra el olvido
Desde los ataques de 1945, en todo el mundo se conmemora a las víctimas de los bombardeos atómicos. En Hiroshima hay ceremonias cada año. Sobrevivientes, familiares de las víctimas y políticos se congregan para guardar un minuto del silencio. Muchos japoneses luchan activamente contra el armamentismo nuclear.
Imagen: Kazuhiro Nogi/AFP/Getty Images
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