Este lunes (1.1.2018), Seúl informó que el líder norcoreano, Kim Jong-un, había manifestado su "disposición” a enviar una delegación deportiva a los Juegos Olímpicos de Invierno que se realizarán entre febrero y marzo de 2018 en la ciudad surcoreana de PyeongChang. En una rueda de prensa recogida por la agencia local Yonhap, el portavoz del Ejecutivo surcoreano, Park Soo-hyun, subrayó que Kim había "reconocido la necesidad de mejorar las relaciones inter-coreanas”.

Una organización "exitosa” de los Juegos "contribuirá a la estabilidad no sólo en la península coreana, sino también en el este de Asia y en el resto del mundo”, aseguró Park, agregando que Seúl siempre ha tenido la intención de dialogar con Pyongyang, independientemente del "tiempo, lugar o manera”, con miras a restablecer las relaciones bilaterales. "Esperamos sentarnos juntos como partes interesadas (…) mientras nos comprometemos con la comunidad internacional para resolver el problema nuclear”, dijo Park.

Las palabras de Seúl llegan horas después de que Kim Jong-un afirmara en su primer discurso del año que Pyongyang estaba listo para enviar una delegación a PyeongChang. En su alocución, Kim dijo que los Juegos de Invierno serán "una gran ocasión” para Corea del Sur y le deseó "éxito”. Kim se mostró conciliador en su alocución inaugural de 2018, que arrancó asegurando que su país había completado su poder nuclear en 2017 y terminó proponiendo la mejora de las relaciones binacionales.

Corea del Norte, que cumplirá setenta años de fundado este año, está técnicamente enfrentado con Corea del Sur desde el fin de la Guerra de Corea, que acabó en 1953 con un armisticio.

ERC ( EFE / AFP )