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Air Berlin y Oneworld

20 de marzo de 2012

Air Berlin, la segunda mayor aerolínea alemana, se une a la Oneworld Alliance. ¿Cuál es el sentido de tales alianzas y quiénes se benefician con ellas?

Logo de Air Berlin y Oneworld Alliance.
Logo de Air Berlin y Oneworld Alliance.


Fundada por un piloto estadounidense hace más de 30 años, Air Berlin nació como una pequeña compañía aérea de vuelos chárter en la entonces Berlín Occidental. Ahora, esta aerolínea especializada hasta el momento en vuelos locales y turísticos, y que transporta a cerca de 35 millones de pasajeros por año, pasará a formar parte de la Oneworld Alliance, lo que significa jugar en la primera liga de la aviación comercial.

Entre los otros diez miembros activos de esa alianza aérea internacional se cuentan compañías de renombre como British Airways, Iberia, American Airlines, Cathay Pacific, Qantas, Japan Airlines y LAN Chile. Participar en una alianza aérea reporta beneficios, tanto a las aerolíneas como a los pasajeros. Al menos eso es lo que siempre dicen los representantes del sector.

 

Política e intereses nacionales

En realidad, las alianzas aéreas no son más que una figura abstracta, ya que las aerolíneas de diferentes países no pueden fusionarse sin más como lo haría una acería o una empresa petrolera. Las fusiones entre compañías aéreas se realizan, a lo sumo, dentro de las fronteras de un país, como sucedió recientemente en EE. UU., donde Continental Airlines se unió a United Airlines, volando ahora ambas bajo el nombre de United. Tampoco dentro de la Unión Europea pueden fusionarse empresas aéreas de diferentes países. Air France y KLM, por ejemplo, son desde hace tiempo una compañía desde el punto de vista legal, pero siguen operando como dos compañías independientes. Lo mismo ocurre con British Airways e Iberia, así como con Lufthansa y Swiss.

Avión de Air Berlin: Boeing B737.Imagen: airberlin

En el sector aeronáutico, la política y los intereses nacionales son los que marcan el ritmo, sobre todo si se trata de derechos de tráfico aéreo. Sólo una sociedad que pertenece, en su mayor parte, a ciudadanos u organizaciones de un país puede considerarse como aerolínea nacional y obtener los derechos correspondientes para recorrer ciertas rutas y sobrevolar determinadas zonas aéreas. Después de que Swiss fuera adquirida por Lufthansa, los suizos perdieron en Rusia, por ejemplo, determinados derechos de sobrevuelo, ya que Moscú ya no la consideró de origen suizo. La mayoría de los países delimitan legalmente los derechos de los dueños extranjeros de una compañía con domicilio local. EE. UU. lo hace argumentando que es un asunto de seguridad de interés nacional.

 

Las alianzas dominan el tráfico aéreo

La situación es tan compleja que el sector trató de hallar una solución para poder continuar cooperando estrechamente. Uno de los impulsores fue el expresidente de Lufthansa, Jürgen Weber, quien contribuyó esencialmente con la creación de la primera alianza aérea, cuya fundación se celebró en mayo de 1997 en el aeropuerto de Fráncfort. Desde entonces, la Star Alliance es líder en el mercado entre las tres grandes alianzas de aviación y está formada por 26 miembros que pronto serán 30, entre ellos, Lufthansa, Air Canada, Singapore Airlines y ANA (All Nipon Airways), aerolíneas que se hacen cargo de casi un tercio del tráfico aéreo mundial.

Airbus A 380 de Lufthansa.Imagen: Lufthansa

El segundo grupo de compañías aéreas, y hasta ahora el más pequeño, es la Oneworld Alliance, creada en 1999. Y, por último, SkyTeam, bajo el liderazgo de Air France y Delta Air Lines, fundada en el año 2000. Cerca del 80 por ciento del total del tráfico aéreo mundial se desarrolla dentro de esos sistemas de alianzas, y casi todas las grandes aerolíneas forman parte de una de ellas. Pero también hay excepciones. Tanto las exitosas compañías de la región del Golfo Pérsico, como Emirates, así como las compañías que ofrecen vuelos de bajo costo prefieren conservar su independencia.

 

Efecto de sinergia como objetivo

Para las compañías aéreas, formar parte de una alianza es la mejor manera de mejorar su presencia en el mercado sin tener que crecer ni ampliar su oferta. En lugar de ofrecer en total 162 vuelos a 40 países, como hasta ahora, al ser miembro de Oneworld, Air Berlin puede acceder a todo el abanico de ofertas de los otros miembros y vender vuelos de conexión sin largas esperas dentro de sus rutas. En total, las sociedades pertenecientes a Oneworld prestan servicio en 840 destinos de 150 países, y ofrecen a diario 9.000 vuelos. El presidente de Air Berlin, Hartmut Mehdorn, es entusiasta: “Así se fortalece nuestra competitividad en el mercado. Al formar parte de la Oneworld Alliance, Air Berlin también se beneficiará con un incremento de pasajeros y gracias al efecto de sinergia”, asegura.

Pasajeros en el aeropuerto internacional de Fráncfort.Imagen: picture-alliance/dpa

Y ese es justamente el objetivo de las alianzas: lograr un efecto de sinergia, es decir, aprovechar los recursos comunes y aumentar el beneficio para todos los socios. En lugar de presentarse como empresa individual en todas las áreas, las aerolíneas se unen y operan conjuntamente, por ejemplo, organizando la venta o compartiendo las salas de espera y las terminales. Además, unas compañías derivan pasajeros a otras, por ejemplo, en grandes aeropuertos en los que los viajeros hacen escala. Ser miembro de una alianza aérea significa que cada empresa reduce notablemente sus costos, al tiempo que aumenta su facturación. Y es indiscutible que también los pasajeros gozan de la ventaja de poder llegar a cada rincón del globo utilizando los servicios de una sola alianza. Sin embargo, la gran desventaja de los sistemas de alianzas aéreas es que a veces producen una disminución de la competitividad en determinadas rutas, aumentando así los precios de ciertos vuelos reduciéndose la oferta aérea.

Autor: Andreas Spaeth/ Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz

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