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La energía de los desiertos

9 de noviembre de 2012

Desde hace algunos años, Desertec busca sacar provecho a la energía solar y eólica producida en los desiertos del Magreb. Pero con el paso del tiempo, algunos de los apologistas de este proyecto pierden la paciencia.

Imagen: picture-alliance/dpa

Este viernes (9.11.2012) culmina la tercera conferencia anual en torno a Desertec, la iniciativa que busca generar grandes cantidades de electricidad a partir de la energía solar y eólica producida en los desiertos del norte de África. Más de 500 ejecutivos y políticos de cuarenta y ocho países asistieron al encuentro, realizado en la sede del Ministerio alemán de Relaciones Exteriores, para conocer los últimos adelantos de este proyecto. Varios miembros del Gabinete de la canciller Angela Merkel figuraban en la lista de oradores.

En otras palabras, la ocasión habría sido ideal para que el director de Desertec, el neerlandés Paul Van Son, hiciera público el primer acuerdo interregional para el transporte de “energía verde” desde el Magreb hacia Europa. Ese anuncio le habría propinado al proyecto el espaldarazo que necesita para consolidarse a escala global. Pero la buena noticia se quedó en el tintero: hasta finales de octubre, todo parecía indicar que el ministro de la Industria de Marruecos, Abdelkader Amara, cerraría el trato con varios países comunitarios.

Amara dijo que a principios de noviembre se firmaría una declaración de intención para regular la construcción de centrales energéticas solares y eólicas en territorio marroquí, valoradas en 600 millones de euros, y la consecuente exportación de electricidad limpia hacia el bloque comunitario. Hasta ahora, ese documento no ha sido rubricado. “El pronunciamiento de Amara nos contentó mucho. Por desgracia, el acuerdo no prosperó. Por lo menos no hoy. Quizás mañana. No lo sé...”, lamenta Van Son.

En la imagen, un parque eólico en Marruecos.Imagen: picture-alliance/dpa

¿Mal negocio para España?

Alemania, Francia, Italia, Luxemburgo y Malta quieren firmar ese pacto; es España el que se muestra titubeante, y no solamente debido a su actual crisis fiscal. Este país de la península ibérica exporta energía hacia Marruecos; de ahí que, cooperar para que los marroquíes exporten electricidad hacia Europa no sería bueno para su negocio. España es indispensable para el proyecto piloto de Desertec porque, hasta ahora, es el único país comunitario unido con Marruecos a través de redes eléctricas.

El director de la agencia marroquí para la energía solar, Masen, no pierde su optimismo: “la exportación de energía es un tema de gran importancia para nosotros. Pero es preferible tomarse unos días o unas semanas para que todos los involucrados se pongan de acuerdo en acelerar las negociaciones”, dijo Mustapha Bakkoury. El problema de Desertec es precisamente que el tiempo escasea. Por una parte, es difícil para Paul Van Son reconciliar los intereses y los calendarios operativos de las empresas, las instituciones y los Estados.

Siemens perdió la paciencia

Veintiún compañías y organizaciones de Europa y el norte de África forman parte de la sociedad de responsabilidad limitada Desertec-Industrie-Initiative (Dii); incluidas empresas alemanas como los proveedores electricidad RWE y E.ON, el fabricante de productos fotovoltaicos Schott Solar y el Deutsche Bank. Por otro lado, algunos de los apologistas de este proyecto han empezado a darle la espalda: Siemens dejará de apoyar a Desertec a fin de año. Además, Marruecos comenzará a producir energía en sus desiertos en 2014.

Por fortuna, hay otras empresas interesadas en llenar los vacíos dejados por quienes, como Siemens, se retiran del proyecto Desertec; la State Grid Corporation of China y el fabricante estadounidense de módulos fotovoltaicos First Solar son dos de ellos. Desertec planea erigir instalaciones en Marruecos con un rendimiento energético de 2,5 gigavatios para empezar a exportar electricidad desde el Magreb hacia Europa en cuatro años, a más tardar. Los pronósticos apuntan a que, en 2050, la energía solar y eólica de Marruecos podrá satisfacer el 100 por ciento de su demanda energética y el 20 por ciento de la europea.

Autores: Sabine Kinkartz / Evan Romero-Castillo
Editor: Cristina Papaleo

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