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¿Qué hacer con los solicitantes de asilo delincuentes?

Sabrina Pabst
6 de junio de 2017

Un niño falleció apuñalado por un solicitante de asilo, considerado peligroso y ex-preso, en un centro de acogida en Baviera. ¿Por qué no todos los solicitantes pueden ser expulsados de Alemania?

Zwei Tote in Asylunterkunft nahe Arnschwangv
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Weigel

Un niño de cinco años murió en un centro de acogida en Arnschwang, Baviera, y su madre rusa resultó herida de gravedad por las puñaladas asestadas por un solicitante de asilo de Afganistán de 41 años de edad. El hermano de seis años fue testigo de la tragedia. El presunto asesino, un delincuente convicto, llevaba un grillete electrónico. La policía lo mató, disparándole ocho tiros.

Junto a su familia, el presunto asesino vivía en Múnich desde 2005, donde prendió fuego a la vivienda que habitaban, por lo que fue condenado a 5 años y diez meses de cárcel. Sin embargo, dos años más tarde abandonó la prisión y fue expulsado de la región, pero pudo apelar la decisión, porque había pedido asilo en la Oficina Federal para la Migración y los Refugiados (BAMF).

 

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¿Por qué el delincuente no fue expulsado?

En Alemania no hay cese de deportaciones a Afganistán para delicuentes condenados, dice Bernd Mesovic, de la organización de ayuda a los refugiados Pro Asyl. Aunque la BAMF denegó la solicitud de asilo al incendiario, en 2014 el Tribunal Administrativo de Múnich impidió su expulsión a Afganistán.

Según el Ministerio del Interior de Baviera, el abogado del condenado había argumentado que su cliente se había convertido al cristianismo y en su país estaría por ello amenazado de muerte. Esta decisión es para la BAMF vinculante. El presunto asesino se convirtió en un solicitante de asilo "tolerado".

¿Quiénes son los "tolerados"?

La llamada connivencia por parte de las autoridades de extranjería significa que un migrante debería abandonar Alemania, pero la expulsión se paraliza por el momento. Si comete un delito, entonces su estancia en Alemania estaría en peligro. De hecho, hay muchos obstáculos para expulsar a los delincuentes: países de origen que se niegan a aceptarlos o carencia de documentos en regla, pero también las guerras o  ciertas enfermedades. 

En 2015, las autoridades rechazaron la solicitud de estancia permanente para el afgano, pero la connivencia se regulaba cada mes.

Llegada a Kabul de las personas a las que les fueron denegadas las solicitudes de asilo en Alemania.Imagen: picture-alliance/dpa/M. Jawad

¿Por qué podía vivir en un alojamiento compartido?

"¿Por qué puede una persona, que tras una larga pena penitenciaria fue puesto en libertad y seguía siendo considerado peligroso, vivir en un centro de acogida normal?", se pregunta Bernd Mesovic de Pro Asyl. Hay muchas cosas sin aclarar.

En 2015, se le prohibió el contacto con ciertas personas, entre otras, su esposa. No podía abandonar el distrito de Cham y tenía que portar un grillete electrónico.

Como el hombre no era un refugiado reconocido, estaba subordinado a la Ley Reguladora de Prestaciones para Refugiados y obligado a vivir en un centro de acogida comunitario, dijo a DW el responsable del Gobierno local de Oberpfalz en Regensburg. Aparentemente, no había tenido ningún problema con la ley alemana y "para las autoridades del lugar no había indicios que apuntaran al suceso con la familia rusa". En Oberpfalz no "hay además centros de acogida para una persona o parejas sin hijos", añadió.

¿Detención previa a la expulsión en vez centros de acogida?

La detención previa a la expulsión es solo posible cuando un extranjero está obligado a abandonar el país, pero no lo hace de forma voluntaria. La detención antes de seis meses debe decretarse judicialmente. Esto solo puede tener lugar si el tribunal no tiene otras posibilidades de que se lleve a cabo la salida del país. Para los "tolerados", como el asesino de 41 años, no es válido.

Delicuentes: ¿expulsarlos o no?

Los casos deben estudiarse individualmente, dice Mesovic. ”Hay casos en los que está claramente prohibido", añade. Alemania no puede expulsar a nadie a su país de procedencia, donde se vea amenazado con la pena de muerte o torturado, explica el coordinador de Pro Asyl. "La Convención Europea de Derechos Humanos nos prohíbe enviar a personas a un país donde estén amenazadas con la tortura", comenta. Otra cosa sería si el país de procedencia nos convenciera jurídicamente de que no se ejecutará a las personas, sino que dado el caso se encarcelarán o tendrán un proceso legal en condiciones".

Sabrina Pabst (RMR/DZC)

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