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¿Qué hacer con Teherán?

12 de febrero de 2010

Las protestas en Irán, a propósito del 31 aniversario de la Revolución Islámica, y el veto del Parlamento europeo al "Acuerdo Swift" para trasferencia de datos bancarios ocupan a los editorialistas europeos.

El presidente iraní Mahmud Ahmadinyad, en su discurso por el aniversario de la Revolución Islámica de 1979.Imagen: AP

El diario parisino Libération escribe sobre la situación en Irán: "Al menos una cosa ha logrado el presidente Mahmud Ahmadineyad en el 31 aniversario de la Revolución iraní: ha amordazado a su país y lo ha alejado de la mirada del resto del mundo. No sabemos prácticamente nada sobre la movilización de la oposición, aparte de las escasas noticias de las agencias de prensa (a las que sólo se les ha autorizado el acceso a los eventos oficiales), que han reportado sobre disparos en diversas zonas de Teherán. Desde su controvertida reelección en junio, el presidente iraní no se ha alejado un milímetro de su estrategia. Los vientos de reforma y libertad, que soplaron por un momento en la república iraní, han sido reprimidos con miedo y terror".

"El gobierno comienza a asustarse"

El Corriere Della Sera, en Milán comenta: "La violación sistemática de los derechos humanos va de la mano con las declaraciones amenazantes sobre los avances del programa nuclear iraní como arma con la que el Teherán de Ahmadineyad pretende demostrar al mundo su solidez y resistencia. Las obstinadas protestas de la oposición, amenazada con detenciones arbitrarias y el uso efectivo de la violencia física, representan entre tanto un espectáculo inaceptable para aquellos que no esperaban tan apasionada y robusta ola de protestas contra el autoritario y represivo régimen gobernante (…). Por primera vez en los 30 años del régimen, Teherán se muestra incapaz de controlar la situación y el Gobierno comienza a asustarse".

¿Guerra contra Teherán?

También desde Italia, en Turín, opina hoy el diario La Stampa: "Rara vez ha sido tan abatido nuestro enorme ego occidental como en los días que corren, cuando se arremete contra miles de personas en Irán por reclamar para sí aquello que proclamamos como el más preciado símbolo de nuestra civilización: la Libertad. Nosotros, sin embargo, no podemos hacer más que observar y constatar nuestra impotencia. Nosotros, que hemos construido docenas de teorías sobre cómo debe imponerse la libertad, así sea a cañonazos, que reclamamos 'derechos civiles' a aquellos países que quieren pertenecer a Europa, (…) nosotros callamos sobre lo que sucede en Irán. Desde el comienzo de la 'verde' ola de protesta titubeamos confundidos, y no precisamente preguntándonos qué hacer, sino preguntándonos si es que realmente debería hacerse algo".

Corrección seria a errada política de seguridad

En Viena escribe Die Presse sobre el veto del Parlamento Europeo al "Acuerdo Swift" para el intercambio de datos bancarios entre Europa y Estados Unidos: "En algún momento tenía que ponerse un freno: las fuerzas de seguridad estaba accediendo cada vez a más datos privados con una prepotente naturalidad. Con la advertencia sobre el peligro del terrorismo se han torcido y violado derechos fundamentales. Era imposible valorar ya si la intromisión en la esfera privada de los pasajeros aéreos, titulares de cuentas bancarias, remitentes de correos electrónicos y usuarios de Internet, ofrece realmente más seguridad (…). Con el veto del Parlamento Europeo al 'Acuerdo Swift' se pone coto finalmente a esta deformación. Es un cambio de paradigma en la protección de datos, la primera corrección seria de una mal encaminada política de seguridad"

Triunfo de la Democracia

El Magyar Nemzet, en Budapest, celebra: "El espíritu del anhelo de Libertad e Igualdad que representa el Parlamento Europeo, el único órgano europeo directamente votado por los ciudadanos, se ha liberado finalmente de su botella. Pues la opinión del pueblo europeo, bien sobre la lista de países que en realidad perjudican la paz mundial, o bien sobre las soluciones que pueden contribuir al mejoramiento de su propia situación, se diferencia dramáticamente de las aspiraciones de los servidores de la maquinaria burocrática de Bruselas. Si realmente tomamos en serio la democracia debemos alegrarnos de este inesperado resultado".

Editor: Enrique López Magallón

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