G. Hilse/ S. Houlton (jov/el)20 de noviembre de 2015
El ataque contra el hotel Radisson de Bamako es el tercero contra civiles extranjeros en Mali, en 2015. A expertos les preocupa la magnitud del ataque y el grado de profesionalismo de los terroristas.
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El grupo terrorista Al-Murabitoun (el guardián), aliado a Al Qaeda, se adjudicó la autoría del ataque. "Aunque no se ha confirmado aún oficialmente, su responsabilidad es muy factible", dice Katja Müller, de la Fundación Friedrich Ebert (FES) en Bamako. Dicho grupo es conocido en Mali debido a sus ataques recientes contra bares y hoteles. "El grupo yihadista se compone de tuaregs y árabes del norte de Mali, regiones de Tombuctú, Gao y Kidal". Al-Murabitoun tiene fuertes redes regionales y recluta a muchos miembros de Argelia y Túnez.
Ataques terroristas contra extranjeros
El Radisson Blu es un hotel de lujo que se encuentra en pleno corazón de Bamako, con la fama de ser el más seguro en la ciudad, y, por lo tanto, el lugar preferido por delegaciones internacionales, diplomáticos y hombres de negocios, dijo a DW Jan Henrik Fahlbusch, también de la FES en Bamako, quien augura que “este ataque afectará el frágil proceso de paz” en este país de África occidental.
Katja Müller recuerda que en los últimos meses el Ejército francés ha eliminado a varios cabecillas del grupo terrorista y cree que esta es su reacción violenta. En Mali hay varios grupos que buscan desestabilizar el país: los terroristas aprovechan la incertidumbre para ejecutar sus actividades ilegales, como el narcotráfico y el tráfico de personas. Actividades que las misiones militares nacionales e internacionales entorpecen. "Los terroristas ven a estas misiones como enemigos y por eso las han declarado objetivos militares", dice Fahlbusch, a quien le preocupa que el terrorismo se extienda también al sur del país.
El ministro de Relaciones Exteriores de Malí cree, por su parte, que el grupo Ansar Dine podría estar detrás de los ataques, debido a que recientemente le declaró la “guerra santa” a Francia en un mensaje de audio. Ansar Dine aterroriza a los musulmanes moderados con su interpretación radical del Corán. Sin embargo, Wiliam Assanvo, investigador del Instituto de Estudios de Seguridad en Dakar, “no cree que haya una conexión con los atentados en París porque la amenaza terrorista en Mali tiene su propia dinámica y orden del día".
Frágil paz
Desde hace más de tres años, la situación de seguridad en Mali es cada vez más tensa. En 2012, rebeldes tuareg y milicias islamistas aprovecharon el golpe militar en Bamako y se tomaron el control de vastas áreas en el norte. El avance de los islamistas hacia el sur en 2013 pudo ser detenido por la intervención militar de Francia. Desde 2013, la fuerza de paz de la ONU en Malí (MINUSMA) vela por la seguridad allí.
En junio, y bajo mediación de Argelia, el Gobierno de Malí y los principales grupos rebeldes tuareg quisieron lograr un alto el fuego, pero ni los soldados franceses de la Operación Serval, ni los más de 10.000 soldados de paz de la MINUSMA han podido estabilizar el norte.
Por su parte, Alemania tiene a su cargo la Misión de Entrenamiento de la UE, que entrena a las fuerzas armadas malienses. En los últimos días, Alemania atendió el pedido de Francia y enviará a más efectivos. Así, los alemanes respaldarán a los holandeses en el norte y asumirán tareas de observación.
Manuscritos de Tombuctú: legado para la eternidad
Cuando los islamistas conquistaron el norte de Malí en 2012, se vieron amenazados miles de escritos históricos. Pero los malienses no desconocen el valor de su patrimonio cultural y organizaron su rescate.
Imagen: DW/P. Breu
Tesoros históricos
Los manuscritos de Tombuctú tienen un valor histórico incalculable, ya que contienen el fruto de cientos de años de investigación islámica. En ese momento, Tombuctú fue el Centro Africano de Estudios Islámicos.
Imagen: DW/P. Breu
Contrabando en cajas de latón
Al empezar los islamistas a destruir bienes históricos en el norte de Mali en 2012, los malienses comenzaron a transportar de contrabando cientos de manuscritos desde Tombuctú a la capital, Bamako. Ahora esperan en un edificio de apartamentos, metidos en cajas de metal, a ser catalogados, digitalizados y convenientemente conservados.
Imagen: DW/P. Breu
El salvador de los escritos
Abdel Kader Haidara dirigió la operación de rescate. Es propietario de una biblioteca familiar, pero no se preocupaba de salvar sus propios manuscritos, sino todos los que veía que podían estar amenazados de ser destruidos por los islamistas radicales en Tombuctú.
Imagen: DW/P. Breu
Una biblioteca digital
Ahora los manuscritos están siendo digitalizados en Bamako. Cada página hay que colocarla bajo una cámara, se fotografía, se comprueba y queda catalogada en una base de datos central. Google, el gigante de internet, ya ha expresado su interés por estos manuscritos.
Imagen: DW/P. Breu
Poner el conocimiento al alcance de todos
La digitalización tiene dos objetivos: preservar los textos para la posteridad, en caso de que los originales no sobrevivan al calor y la humedad de Bamako, y ponerlos a disposición del público.Antes del conflicto y de los esfuerzos por guardar todos estos manuscritos, no había plan alguno para digitalizar todos los documentos.
Imagen: DW/P. Breu
Cajas a medida
Tras la digitalización de los manuscritos, se depositan en cajas especiales libres de ácido, en las que se pueden almacenar de forma permanente. Como cada documento tiene su propio formato, las cajas deben ser creadas individualmente y a medida para salvaguardar los manuscritos.
Imagen: DW/P. Breu
Estanterías vacías
No está claro si algún día la biblioteca histórica Mamma-Haidara de Tombuctú volverá a custodiar documentos. Muchos piensan que los manuscritos están más seguros en Bamako. Otros ven en peligro el estatus de Tombuctú como centro cultural si no cuenta con estos manuscritos.
Imagen: DW/P. Breu
Biblioteca abandonada
El Instituto Ahmed Baba fue construido gracias a la aportación de la Fundación Aga Khan y a fondos procedentes de Sudáfrica y Arabia Saudita. No se trataba de una biblioteca cualquiera, ya que contaba con todo el equipo y accesorios necesarios tanto para la digitalización de documentos como para su conservación. Hoy día el instituto está vacío y abandonado.
Imagen: DW/P. Breu
Memorial de ceniza
Cuando llegaron los islamistas radicales, quisieron demostrar su poder a la UNESCO y, por ende, a Occidente. Amontonaron en el patio del Instituto Ahmed Baba los manuscritos que encontraron en Tombuctú y les prendieron fuego. Unos cuatro mil escritos se perdieron. Las cenizas y los restos a medio quemar se pueden ver todavía, como si de un monumento a su memoria se tratara.
Imagen: DW/P. Breu
Tombuctú al borde de la insignificancia
Después de que Tombuctú perdiera durante el siglo XX la importancia económica que había llegado a tener, el turismo seguía siendo una fuente de ingresos. Los turistas no han tardado en volver tras el conflicto de 2012, pero la riqueza cultural de Tombuctú parece perdida por completo, ya que apenas quedan manuscritos en la ciudad. Si alguna vez volverán, nadie lo sabe.
Imagen: DW/P. Breu
Algunos manuscritos sí quedan
Algunas bibliotecas privadas se han conservado. En Tombuctú llaman "biblioteca" incluso a una pequeña colección de un puñado de escritos, aunque quepan en un trozo de piel de cabra extendido a modo de alfombra. Un residente de Tombuctú, que recibió de su abuelo algunas páginas manuscritas, muestra con orgullo su preciada herencia.
Imagen: DW/P. Breu
Un futuro incierto
La situación política sigue siendo tensa en Mali y el Ejército es demasiado débil para garantizar la seguridad permanente. En 2012 muchos residentes huyeron de Tombuctú y todavía no han vuelto porque no se fían de que la paz sea permanente. La ciudad se enfrenta a un futuro incierto.