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¿Qué le debe Alemania a la OTAN?

Nina Werkhäuser
9 de julio de 2018

Antes de la cumbre de la OTAN, el presidente estadounidense, Donald Trump reprochó a los aliados, especialmente a Alemania, invertir demasiado poco en defensa. ¿Tiene razón?

Nato-Kampfjets üben den Ernstfall über der Ostsee
Imagen: picture-alliance/Allied Air Command Public Affairs/C. Vernat

Cuando el Gabinete se reunió en el palacio de Mesenberg en primavera, como invitado de honor asistió el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que desde 2014 está en el cargo y conoce las deficiencias del equipamiento del ejército alemán. Tras la Guerra Fría, las partidas destinadas de defensa se redujeron tanto que, actualmente, Alemania está lejos de contar con un equipamiento actualizado. Incluso desde hace tiempo se rumorea que hay que buscar mucho para reunir el material exigido para las misiones de la OTAN.

"Contribuciones sobresalientes"

Aparte de las advertencias, Stoltenberg dedicó también elogios durante otra visita a Berlín en junio. El ejército alemán dirige las fuerzas internacionales desplazadas en Lituania, destinadas a defender a los países del este de la OTAN, y participó en medida determinante en misiones en Afganistán, Kósovo y el Mediterráneo. Además, Alemania dispondrá en Ulm de uno de los nuevos comandos de la OTAN destinado a facilitar el rápido desplazamiento de tropas a Europa. Todas ellas "contribuciones sobresalientes”, dijo Stoltenberg. 

Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN.Imagen: Reuters/Y. Herman

Así, el secretario general dio a Alemania la máxima calificación en una de las tres categorías en las que se clasifican las contribuciones de los diferentes países miembros: Commitments (contribuciones), Cash (gasto en defensa) y Capabilities (capacidades). Sin embargo, poco antes de la cumbre de Bruselas, que se celebrará el 11 y 12 de julio, Stoltenberg se mostró menos favorable en cuanto al gasto de defensa, subrayando que esperaba más de Alemania.

Más dinero para defensa

En concreto, se refería así a los objetivos marcados por la OTAN durante la cumbre de Gales de 2014. Hasta 2024, el gasto en defensa de los aliados debería ser del 2% del Producto Interior Bruto (PIB). Dicho objetivo se definió, en parte, como reacción a la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia. La OTAN decidió fortalecer su presencia en el flanco oriental y establecer fuerzas de intervención rápida, estrategias que requieren más recursos y tropas.

Desde entonces, Alemania aumenta de forma constante su presupuesto en defensa. De acuerdo con el Gobierno federal, un 17% entre 2013 y 2017. A partir del año que viene, se espera que el gasto en defensa sea la segunda partida más grande del presupuesto federal, una dotación con la que se espera solucionar las deficiencias en equipos como helicópteros, aviones de combate o submarinos.

Diferentes ángulos para objetivos comunes. Imagen: picture-alliance/dpa/K. Nietfeld

Sin embargo, a pesar del esfuerzo presupuestario, Alemania aún está lejos de cumplir el objetivo del 2% y dedica solo un 1,24% a defensa. Una gran suma teniendo en cuenta que el PIB se usa como referencia. Especialmente ahora que la economía alemana es fuerte y experimenta un crecimiento de más del 2% anual. Para llegar a un gasto militar del 2% del PIB en 2024, Alemania tendría que casi duplicar su presupuesto de defensa, una medida difícil de consensuar en tiempos de reducción de deuda.

Ataques de Trump a Alemania

Además de Alemania, también otros países  tienen dificultades para llegar a ese objetivo del 2%. Según el Instituto de Investigación para la Paz de Estocolmo, SIPRI, aparte de EE.UU., solo lo cumplen otros cinco de los 29 miembros de la OTAN : Francia, Grecia, Estonia, Polonia y Rumania. Estados Unidos ocupa el primer lugar de la tabla de gasto como líder indiscutible, con 610.000 millones de dólares el año pasado (el 3,1% del PIB según el SIPRI).

Una parte de estos gastos va destinada a proteger a sus aliados europeos, algo que a Trump le interesa por razones de política de seguridad y no se espera que renuncie a ese gasto. Sin embargo, sí defiende con vehemencia que los europeos se impliquen más en la OTAN. Concretamente, recrimina a Alemania dos cosas: un balance comercial demasiado alto y un gasto en defensa demasiado bajo. Alemania gasta miles de millones en comprar gas y petróleo de Rusia, pero quiere que se le proteja de Rusia: "Y nosotros somos los idiotas que pagamos por todo”, dijo Trump. Antes de la cumbre de Bruselas, envió una carta a varios aliados, incluida Angela Merkel, en la que acusaba al Gobierno de Berlín de socavar la seguridad de la OTAN y de dar mal ejemplo a otros países miembros. Una economía tan fuerte como la de Alemania debería invertir más dinero en defensa, a su juicio.

"Alemania está luchando"

Por su parte, el Gobierno alemán le contradijo argumentando que ya lo está haciendo. "Todos los aliados aumentaron sus presupuestos defensa, algunos notablemente, tal y como lo hemos hecho nosotros”, explicó la canciller Angela Merkel en su declaración con motivo de la cumbre de la OTAN. Además, el ejército alemán contribuye significativamente a aumentar la capacidad de disuasión de la OTAN.  Aparte de los 500 soldados estacionados en Lituania, encabezará la unidad de intervención rápida de la OTAN en 2019. Tropas que, en caso de emergencia, solo necesitarían entre dos y siete días en desplazarse al foco de crisis.

Por su parte, la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, puntualizó "que una inversión del 2% en defensa no significa que vayan a parar a la OTAN”. Para eso, cuentan las contribuciones de cada país y "en eso, Alemania no tiene de qué avergonzarse”. Pese a apoyar  el objetivo del 2%, no se podrá conseguir hasta 2024 y, a cambio, Alemania se autoimpuso su propia marca de un gasto del 1,5% del PIB en defensa hasta entonces.

Tal posición también levantó controversias en política interior, ya que solo es posible llegar a esa marca aumentando notablemente el gasto defensa. Parte de la oposición se opuso frontalmente calificándolo como una locura y una partida excesiva para rearmar al ejército alemán. También el SPD, socio de la coalición, se mostró escéptico ante tales planes. Por su parte, Merkel, haciendo frente incluso a presiones para aumentar el gasto desde su propio partido, respondió que "se trata de equipamiento y no de ampliación”. Aún así, "no es lo mismo un 1,5% que un 2%”, concluyó el secretario general de la OTAN, apelando a la vez a la unidad entre los aliados. Un tema que, sin duda, será una dura prueba para la OTAN en la próxima cumbre de Bruselas. 

Autora: Nina Werkhäuser (jag/er)

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