Hasta ahora, ningún país ha logrado el objetivo climático de París. Así lo muestra el Índice de Protección Climática de Germanwatch y NewClimate Institute. Más de 100 expertos evaluaron las emisiones de CO2 de 58 países.
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El Índice de Protección Climática se publica anualmente desde 2005. Los 58 países evaluados son responsables del 90 por ciento del CO2 global. Ninguno de los países investigados está "en vías de (lograr) los objetivos climáticos de París", concluyeron los más de 100 expertos que analizaron el consumo de energía y las emisiones de CO2.
Como en años anteriores, los tres primeros puestos del ranking permanecieron vacíos: hasta el momento, no hay un "país modelo" en cuanto a protección climática. Los expertos también analizaron las estrategias, la cantidad de energías renovables usada en combinación con las otras fuentes de energía, la rapidez en abandonar las energías no renovables y la labor de los políticos a la hora de implementar el pacto climático en su propio país e internacionalmente.
"Se está progresando con demasiada lentitud en casi todas las áreas y esto no se corresponde con la urgencia que es necesaria para la seguridad de nuestro clima", dice el profesor Niklas Höhne, del NewClimate Institute en Colonia, quien estudió las medidas de protección climática de países de todo el mundo.
"Una de las cosas que llama la atención es que la UE ha mejorado significativamente. Está tratando de hacer avanzar la política con un objetivo a largo plazo, también con un nuevo objetivo a corto plazo e intentando impulsar a otros países", aclara Höhne. La UE mejoró su ranking, el puesto 16, y obtuvo la nota "bien".
Esto sitúa a la UE muy por delante de otros grandes emisores como Estados Unidos y China. Como en el año anterior, EE. UU. aterrizó en el último lugar (61) y China en el 33 (año anterior 30). Los estados petroleros Arabia Saudita (60) e Irán (59) también están en la cola de la lista.
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¿Qué países lo hacen "bien"?
Según el Índice de Protección Climática, Suecia se adjudica el mejor puesto por cuarto año consecutivo. Aunque tampoco es un "modelo de país climático" y no está en camino de lograr los objetivos de París, está estableciendo estándares en las áreas de emisiones de CO2, energías renovables y política climática. En Suecia, por ejemplo, se cerró este año la última central eléctrica de carbón.
Tras el país escandinavo aparecen Gran Bretaña, Dinamarca, Marruecos, Noruega, Chile e India. Finlandia, Malta, Letonia, Suiza, Lituania y Portugal también obtuvieron la nota "bien".
Alemania y Brasil en la mitad de la lista
Hasta 2009, Alemania fue un modelo a seguir en cuanto a protección climática. En 2008 ocupó el primer lugar en el ranking, pero descendió en los años siguientes bajo el liderazgo de Angela Merkel. Las únicas excepciones fueron los años 2012 y 2013, cuando la expansión de las energías renovables en Alemania se disparó después del desastre nuclear de Fukushima.
En 2018, Alemania cayó al puesto 27 y ahora ocupa el puesto 19. Su expansión de energías renovables es débil, avanza con lentitud hacia la reducción de CO2 en los medios de transporte y el consumo de energía y las emisiones de CO2 por habitante son demasiado altas.
También en la mitad del ranking están Croacia (18), Ucrania (20), Egipto (22), Francia (23), Indonesia (24) y Brasil (25). "El problema en Brasil es el fuerte aumento de la deforestación. Y la Amazonía no solo es relevante para las emisiones de gases de efecto invernadero, sino para todo el clima mundial", afirma el investigador climático Höhne.
Si se tala demasiado la selva amazónica, podría haber profundas consecuencias para el suministro de agua potable y el clima global en su conjunto, advierte el experto: "Habría sequías e incendios. Esto sería catastrófico. Por eso es tan importante, no solo para Brasil, sino también para el mundo entero. Y esa es una tendencia muy, muy negativa".
En los últimos meses, otros países, además de China, han declarado su intención de reducir a cero sus altas emisiones de CO2; la mayoría de ellas para 2050, China para 2060. El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, quiere que Estados Unidos sea climáticamente neutral para 2050.
(rmr/ers)
¿Cómo actuar para proteger el clima?
El próximo 20 de septiembre, el Gobierno alemán tiene previsto concretar su política climática para poder alcanzar sus objetivos de protección ambiental.
Imagen: DW/P. Große
Fenómenos climáticos extremos
En los últimos 50 años, los fenómenos climáticos extremos han aumentado a más del doble en Alemania. Pese a ello, el Gobierno alemán va con retraso respecto a sus objetivos de protección ambiental. El próximo 20 de septiembre, un "gabinete del clima" aprobará nuevas medidas para poder cumplir con el Plan de protección climática 2050" que se aprobó a finales de 2016.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Weigel
Causante del cambio climático
El efecto invernadero es provocado por gases que provienen mayoritariamente de la actividad humana, como el metano, el óxido de nitrógeno o el dióxido de carbono (CO2). Este último representa casi un 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Entre 1990 y 2017 estas emisiones se han reducido en un cuarto, pero el objetivo para 2030 de una reducción del 55% sigue estando lejos.
Imagen: picture-alliance/dpa/Geisler-Fotopress
Seguir desarrollando las energías renovables
El plan de protección climática prevé que las emisiones del sector energético se reduzcan en hasta un 62% para 2030 respecto a 1990. ¿Cómo? A través de la consolidación de las energías renovables, de una mayor eficiencia energética y de la reducción de los combustibles fósiles.
Imagen: Areva Multibrid/Jan Oelker
La industria, el segundo mayor pecador
La industria emite más del 20% de los gases de efecto invernadero alemanes, sobre todo en la producción de hierro y acero, de productos minerales (cemento) y de sustancias químicas. Dos tercios de las emisiones del sector provienen del uso de energía, el resto de los procesos de producción industrial. En los últimos 15 años la emisión de gases de efecto invernadero solo se ha reducido ligeramente.
Imagen: picture-alliance/dpa/O. Berg
Planes para la industria
De aquí a 2030, la industria debería sumar no más de la mitad de las emisiones de 1990, de acuerdo con el plan de protección ambiental. Las empresas deberían emplear menos energía e invertir en procesos productivos más eficientes. El calor de escape también tendría que utilizarse mejor. La investigación es clave para dar con nuevas posibilidades de ahorro.
Imagen: Fotolia/Franz Pfluegl
Buenas razones para avergonzarse del tráfico
El tráfico es el origen de casi el 18% de los gases de efecto invernadero alemanes. En 2016, las emisiones absolutas de este sector estaban incluso por encima de las de 1990. Más del 60% de las emisiones provienen de los automóviles y en torno al 30%, de los vehículos de servicio.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Gollnow
Mejor evitar volar
El que piense que volar no es tan perjudicial, se equivoca. Además de las emisiones de CO2, la combustión de sustancias de queroseno, aerosoles y vapor de agua contribuye al efecto invernadero, pues a esa altura tardan mucho más en descomponerse que en tierra.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. May
La electromovilidad y otras ventanas al futuro
Para 2030 las emisiones del tráfico tienen que reducirse en aproximadamente un 40% respecto a 1990, ello a través de la digitalización y de vehículos con mayor eficiencia energética, así como de alternativas en la tracción y en los combustibles. Asimismo, deberían impulsarse los transportes de cercanía públicos, como el tren, el uso compartido de automóviles, la bicicleta o el ir a pie.
Imagen: picture-alliance/dpa/O. Spata
Calentar el planeta al calentar la casa
Los hogares emiten un 10% de los gases de efecto invernadero en Alemania. Desde 1990, estas emisiones se han reducir en más de un 30%. Si se tuvieran en cuenta las emisiones indirectas (como las provenientes de la producción de electricidad y calefacción para los hogares), el porcentaje de emisones conjuntas sería en realidad más del doble.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Schlesinger
Potencial de ahorro en las viviendas
Para 2030 los hogares deberían haber reducido sus emisiones en dos tercios respecto a 1990. Las principales vías para lograr esto son la contrucción de nuevos edificios capaces de ahorrar energía, la renovación de edificios antiguos y el abandono progresivo de los sistemas de calefacción que utilizan combustibles fósiles.
Imagen: Fotolia/Ingo Bartussek
También en el campo se contamina
La agricultura es responsable de casi el 8% de las emisiones. Sobre el problema aquí son el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), no tanto el CO2. Las vacas, al rumiar, producen estos gases, pero también vienen de los abonos y fertilizantes y de la ganadería. Por lo menos, desde 1990 estas emisiones se han reducido en un 20%.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Scholz
Algunas emisiones son inevitables...
De aquí a 2030 la agricultura debería emitir un tercio de gases de efecto invernadero menos que en 1990. muchas emisiones vienen de procesos naturales y no se pueden evitar por completo. Se pretende fomentar la agricultura biológica, que no hace uso de fertilizantes minerales o químicos, lo cual reduce las emisiones de CO2.
Imagen: picture-alliance/dpa
Un brindis (y a seguir trabajando)
Las emisiones de las empresas, el comercio y los servicios suponen un 4% del total y se han reducido desde 1990 en más de un 50%. Una gran parte de estas emisiones provienen de la calefacción (o el aire acondicionado) de los edificios. También a este respecto es necesario actuar.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Woitas
La basura como ejemplo
El porcentaje de emisiones procedentes del reciclaje, incluyendo el tratamiento de las aguas residuales, es muy pequeño, y pese a ello se han logrado avances: desde 1990 las emisiones han caído tres cuartos, la disminución más fuerte de todos los sectores. En el futuro debería reciclarse más y los residuos deberían utilizarse de forma más efectiva para la producción de electricidad y calefacción.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Wolf
Los bosques como almacenes de CO2
En los bosques se almacena el CO2. En 2016 se redujeron las emisiones totales por esta vía en 14,5 millones de toneladas. Pero la agricultura y la silvicultura intensivas liberan el CO2 almacenado. A día de hoy, las tierras alemanas almacenan solo la mitad de los gases de efecto invernadero que en 1990.