"Tengo un nudo en el estómago", dice Yvonne Snither en La Haya al día siguiente de la aplastante victoria del populista de derecha Geert Wilders. Siamak, que solo quiere dar a DW su nombre de pila, tambiéndice que tiene una sensación extraña y está preocupado por el futuro de su país.

Otros votantes celebran el resultado de las elecciones. "Me parece muy bien", dice Roy van de Puut. Vincent Ventink coinide: "La gente ha votado como ha votado porque así lo ha querido". Está convencido de que el populista de derecha se convertirá en el próximo primer ministro holandés.

Tras una emocionante noche electoral, la población holandesa ha despertado a un nuevo escenario político. Con 37 de un total de 150 escaños en el Parlamento, Geert Wilders y su Partido por la Libertad (PVV) -que evidentemente ha sido el principal sorprendido- ha duplicado el número de votos con respecto a la última votación.

Rebelión desde la derecha

René Cuperus, analista político del Instituto Clingendael, habla de un "shock" para el país. Lamenta el resultado, ya que Holanda esperaba ofrecer un ejemplo contrario al éxito mundial del populismo antisistema.

Al contrario que en Italia, o en EE. UU. con Trump, esperaban "escenificar una revuelta en el centro político". Una de las razones de esa expectativa eran los dos nuevos partidos: un partido de agricultores y el nuevo partido del ex democristiano Pieter Omtzigt, Nieuw Sociaal Contract (Un nuevo contrato social).

Agitación islamófoba

Geert Wilders ha causado revuelo en repetidas ocasiones en el pasado con su postura antiislámica. Por ejemplo, comparó el islam con una ideología fascista. También fue condenado en los tribunales por insultar a ciudadanos marroquíes.

El populista de derecha lleva veinte años bajo protección personal por amenazas de muerte. En su actual programa electoral, Wilders pide el cierre de las mezquitas de los Países Bajos y la prohibición de la venta del Corán.

Entre sus reivindicaciones también figuran la prohibición total de la admisión de solicitantes de asilo y un referéndum vinculante sobre un "Nexit", la salida de los Países Bajos de la UE.

Tonos más moderados en la campaña electoral

Durante la campaña electoral, sin embargo, Wilders adoptó un tono más moderado: si llegaba a ser primer ministro, lo sería "de todos los holandeses", declaró varias veces.

En una primera reacción tras las elecciones, confirmó el nuevo rumbo moderado. El cierre de mezquitas no es un tema de actualidad, pero el objetivo es limitar la afluencia de solicitantes de asilo.

El tema electoral más importante: la migración

Sin embargo, temas como la inmigración y la escasez de vivienda también han desempeñado un papel en el resultado electoral, afirma el consultor político Cuperus en entrevista con DW. A su juicio, existe una relación entre ambos asuntos.

Al votar a Wilders, los electores enviaron una "señal muy fuerte" a los partidos establecidos de que algo tenía que cambiar en ese ámbito. La problemática de la inmigración, en particular, dominó la campaña electoral y, según las encuestas, fue el factor más importante en la votación.

Wilders quiere gobernar, pero ¿con quién?

A las elecciones seguirán ahora unas largas y complicadas negociaciones de coalición, cuyo resultado está aún completamente abierto. A primera vista, la combinación más obvia parece ser una coalición con el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) y el nuevo partido del ex democristiano Pieter Omtzigt.

Tras las reticencias iniciales, ambos partidos han adoptado ahora una postura de espera. Para el analista político Cuperus, todas las opciones, incluidas unas nuevas elecciones, siguen sobre la mesa. Según Cuperus, aún es demasiado pronto para determinar las consecuencias de este resultado electoral en Países Bajos.

(gg/cp)