¿Es sostenible la ropa ecológica de la moda rápida?
Jeanette Cwienk
6 de julio de 2020
Hay una nueva tendencia entre las marcas de moda populares: las colecciones "ecológicas". El algodón orgánico está en todas partes este verano, pero ¿es la etiqueta solo una estrategia de marketing?
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Las modas callejeras de este verano tienen más en común entre sí que solo el estilo y los colores: las tiendas de ropa están llenas de algodón orgánico barato.
Las colecciones "sostenibles" de cadenas, como C&A, Zara o H&M, ofrecen moda a precios asequibles y la idea de la concientización medioambiental. Al menos, ese es el mensaje, pero ¿es realmente así de simple?
¿Verde o una cuestión de imagen?
"Las marcas de moda están capitalizando el hecho de que los consumidores están interesados en comprar artículos de producción ética y ecológica", dice Katrin Wenz, experta en agricultura de Friends of the Earth Germany (BUND). "El algodón orgánico es ciertamente un paso hacia la dirección correcta, porque ni la modificación genética ni los pesticidas sintéticos pueden usarse en su producción. Pero estas etiquetas de sostenibilidad de marca propia rara vez nos dicen algo sobre lo que sucede posteriormente en la cadena de producción", afirma.
Viola Wohlgemuth, experta en textiles en Greenpeace, opina que las empresas crean sus propias etiquetas y criterios de sostenibilidad. "La sostenibilidad no es un término protegido o específico, lo que deja la puerta abierta al llamado lavado verde", asegura.
Certificaciones independientes de confianza
Ambas expertas enfatizan que las certificaciones ambientales independientes ofrecen un mejor indicador sobre las credenciales ecológicas de un producto, incluidas las condiciones laborales para los trabajadores involucrados en la producción. Los ejemplos incluyen la etiqueta Global Organic Textile Standard (GOTS) y la certificación IVN Best, concedida por la Asociación Internacional de la Industria Textil Natural (IVN).
Heike Hess, directora de la sucursal de IVN en Berlín, subraya que usar algodón orgánico solo "no es suficiente para hacer que la moda sea realmente sostenible", y que producir ropa implica una cadena de producción más involucrada.
"Los estándares ecológicos y sociales son importantes en todas las etapas de producción", aclaró Hess. "Eso incluye minimizar el uso de productos químicos nocivos, administrar el uso del agua y los desechos, limitar las emisiones de CO2 y garantizar los derechos humanos, los salarios justos, la protección laboral y mucho más. Solo así la moda puede llamarse realmente sostenible", explicó.
Algodón, mucha agua y muchos terrenos
Desde el lanzamiento de su campaña Detox My Fashion en 2011, Greenpeace ha logrado que unas 80 empresas globales en la industria de la moda eliminen productos químicos peligrosos hasta finales de 2020.
Pero eso solo no implica sostenibilidad. El cultivo de algodón también requiere mucha agua y muchos terrenos, dice Sabine Ferenschild del Instituto Südwind de Economía y Ecumenismo en Bonn. "El algodón orgánico solo es sostenible cuando se cultiva en regiones lluviosas como la India y se siembra en combinación con alimentos en vez de competir contra ellos", afirmó. "Sin embargo, estamos observando que el cultivo de algodón se está trasladando cada vez más a las regiones desérticas. Esto nunca puede ser sostenible", criticó.
El verdadero problema es la cantidad
Los hábitos de consumo actuales evitan que las grandes marcas de moda puedan avanzar más hacia una producción realmente sostenible. El verdadero problema es que se está fabricando demasiada ropa. Según un estudio de Greenpeace de 2015, solo en los armarios alemanes hay más de cinco mil millones de prendas de vestir.
Viola Wohlgemuth cree que "la moda rápida es el todoterreno de la industria de la moda. Nunca será sostenible. La industria de la moda tiene que alejarse de la producción e ir hacia la prestación de servicios”. De hecho ya se está poniendo esto último en práctica. Hay empresas que ofrecen reparar productos o vender artículos de segunda mano. Incluso la cadena H&M da consejos de cómo cuidar y arreglar ropa estropeada. Si se va en esta dirección, la sostenibilidad en la moda podría ser algo más que simplemente otra tendencia.
(rmr/jov)
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Sellos de calidad de textiles para la salud y el medio ambiente
El mundo de los sellos de calidad ecológica del sector de la moda y los textiles es casi inescrutable. Los de las agencias independientes son los más confiables. DW le presenta una lista de los sellos más importantes.
IVN Best: la primera entre las eco-etiquetas
El sello de la Asociación Internacional de la Industria Textil Natural (IVN) es el más estricto del mercado. Regula toda la cadena de producción de fibras naturales, desde el cultivo orgánico hasta el producto final. Las fibras sintéticas están excluidas porque consumen mucha energía y materias primas no renovables. Las normas sociales se basan en la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
GOTS: conocido en todo el mundo
La Norma Mundial sobre Textiles Orgánicos exige que al menos el 70% de las fibras naturales sean de origen orgánico controlado. Se pueden añadir hasta un 30% de fibras recicladas, como el poliéster. A partir del 95% de contenido orgánico, se otorga la calificación de "orgánico". El GOTS certifica toda la cadena de valor añadido, según criterios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El sello del IBC no significa "orgánico"
El poseedor del sello es la ONG Iniciativa para un Mejor Algodón (IBC), compuesta por organizaciones ambientales, de derechos humanos y empresas textiles. Aunque el algodón IBC es significativamente mejor que el algodón convencional en términos de criterios ecológicos y sociales, no es "orgánico" en el verdadero sentido de la palabra. El sello de IBC es otorgado por auditores externos.
Reciclaje total: Cradle to Cradle
El concepto de diseño “Cradle to Cradle” (de cuna a cuna) se centra en la idea del movimiento circular de los productos, que se clasifican en las categorías de salud material, reutilización, energías renovables, equidad social y gestión del agua. La reciclabilidad se evalúa tanto biológica como técnicamente. Hay cinco niveles de certificación: Básico, Bronce, Plata, Oro y Platino.
Bluesign: exclusión estricta de sustancias nocivas
Bluesign regula el manejo de los contaminantes y riesgos químicos de manera integral y a lo largo de toda la cadena de producción. Cada tipo de fibra está certificada. Quedan excluidas las sustancias particularmente nocivas. Sin embargo, no se proporcionan pruebas de aguas residuales para sustancias dañinas. Esto es criticado por las organizaciones de protección del medio ambiente.
Flor ecológica de la UE para prendas textiles
Este sello representa productos "más saludables y más respetuosos con el medio ambiente". Esta iniciativa busca reducir la contaminación del agua y el aire. Los valores límite suelen ser menos rígidos que los de otras normas. Los textiles fabricados parcial o totalmente a partir de fibras recicladas, incluidas las fibras de botellas PET, también pueden recibir la etiqueta ecológica de la UE.
Libres de contaminantes: “Made in Green”
Una norma estricta para producción textil y productos finales. La calidad orgánica de las materias primas no es un requisito previo; las fibras recicladas y mezcladas también están certificadas. El sello lo otorga la Asociación Internacional Oeko-Tex, una alianza de institutos de investigación y pruebas textiles. Los productos deben fabricarse en condiciones de trabajo socialmente aceptables.
Los consumidores en la mira: “Standard 100”
El sello más difundido se puede otorgar a todo tipo de productos textiles que cumplan con sus normas. Su principal objetivo es proteger a los consumidores: las únicas pruebas que se realizan son para detectar residuos nocivos en el producto final. La norma 100 de Oeko-Tex no impone ningún requisito para la producción y la protección del medio ambiente.
El Ángel Azul aún no vuela
Este sello identifica a los textiles de fibra natural y sintética que se han fabricado sin productos químicos dañinos y en cumplimiento de normas ambientales estrictas. Dicho sello inspecciona todo el proceso de producción. El Ministerio alemán del Medio Ambiente es el propietario del sello. El problema: aún no se han entregado licencias y por lo tanto no hay textiles que lleven el Ángel Azul.
Se ven bien, pero no son independientes
Los sellos empresariales no son verdaderos sellos de calidad, sino designaciones de marketing. Porque los criterios que debe cumplir un producto, y el hecho de que los cumpla, no lo deciden los auditores externos sino las propias empresas. Por muy ambiciosas que sean las estrategias de sostenibilidad de una empresa, la seguridad sólo puede ser proporcionada por un sello independiente.