El diario londinense Financial Times compara la crisis financiera con una enfermedad:

“Los primeros síntomas del mal en el mercado inmobiliario estadounidense fueron la tos. Los problemas con los “capitales golondrina” y los pequeños bancos europeos fueron el inicio de la fiebre. La casi quiebra de Bear Sterns fue el primer dolor de pecho. Si al principio se hablaba de gripe, ahora existe la probabilidad de que se trate de una infección pulmonar.

Pero un médico no cae en el pánico inmediatamente. Como tampoco lo debieran hacer los gobiernos que ahora inyectan dinero a la banca. Lo que debieran hacer es implementar un plan de acción para curar, de verdad, la enfermedad. Un programa de curación que pare el mal y le de perspectivas al paciente”.

Clase media alemana sin mucha protección

El periódico alemán Stuttgarter Nachrichten, de Stuttgart: ¿Qué tienen que ver millones de familias estadounidenses que construyen su casa con plazas de trabajo en Alemania? Probablemente mucho más de lo que quisiéramos. Porque entre más se prolongue la crisis financiera en Estados Unidos, el peligro aumenta de que se extienda a Europa porque los bancos están siendo cada vez más restrictivos en otorgar créditos.

Justamente los alemanes de clase media no cuentan con protección ante las posibles consecuencias del juego de monopolio de los mercados financieros. Los bancos alemanes que lo han hecho han arriesgado la financiación de sus clientes.

Alemania tiene una “responsabilidad especial”

El rotativo alemán Rhein-Neckar-Zeitung, sobre las relaciones germano-palestinas: “Las relaciones germano-israelíes siguen siendo singulares. Justamente porque la existencia de Israel hace parte de la razón de Estado, los vínculos deben sobrepasar la política amistosa de los símbolos. Como una potencia política y moral que garantiza la sobrevivencia del Estado judío en un medio de adversidad y extremismo, Alemania tiene que participar más en el estancado proceso de paz.

El nuevo instrumento de consultaciones anuales mutuas es el marco adecuado para ejercer una influencia positiva sin que tota crítica sea interpretada como falta de lealtad. Nosotros somos socios y partido. Y lo ‘somos conscientes de la responsabilidad de Alemania por el Holocausto’, como lo escribió la canciller alemana en el libro de invitados en Israel.

Pero gracias a esa especial responsabilidad de Alemania para con Israel nos permite hablar sinceramente con Israel y así desempantanar el proceso de paz en Cercano Oriente.