Sigrid Kaag es una experimentada diplomática que ha ocupado numerosos puestos de alto rango en las Naciones Unidas. A partir del 8 de enero, esta mujer de 62 años será la coordinadora de la ONU para asuntos humanitarios y de reconstrucción en Gaza.

Kaag y su equipo se enfrentan a un reto tremendo. Incluso antes de los ataques de Hamás a Israel del 7 de octubre, alrededor del 80 por ciento de los gazatíes dependían de la ayuda humanitaria. Hamás, que controla la Franja de Gaza, está clasificada como organización terrorista por Israel, la UE, EE.UU. y otros países.

Gaza depende de la ayuda humanitaria

Los bombardeos de Israel y su ofensiva terrestre han destruido gran parte de las infraestructuras de Gaza en casi tres meses de conflicto. Los combates entre Israel y Hamás han provocado el desplazamiento de cientos de miles de personas dentro del territorio, de apenas 360 kilómetros cuadrados.

El ejército israelí prevé que los combates continúen durante varios meses más, lo que significa que casi todos los 2,3 millones de habitantes de la Franja de Gaza podrían depender de la ayuda humanitaria durante el próximo año.

Al mismo tiempo, a Israel le preocupa que las entregas de ayuda internacional puedan utilizarse para introducir de contrabando en la Franja de Gaza armas, municiones y combustible que acaben en manos de Hamás.

En esta difícil situación, Kaag se encarga ahora de coordinar y supervisar las entregas internacionales de ayuda de emergencia a Gaza y de establecer un mecanismo de la ONU para acelerar las entregas a través de países no implicados en el conflicto.

No fue hasta finales de diciembre cuando el Consejo de Seguridad de la ONU consiguió acordar y adoptar una resolución que pedía "la entrega segura y sin trabas de ayuda humanitaria a gran escala directamente a la población civil palestina en toda la Franja de Gaza". También allanó el camino para la creación del nuevo puesto de Kaag como coordinadora humanitaria y de reconstrucción de la ONU para Gaza.

Kaag vuelve a la ONU

Kaag es una de las principales legisladoras de los Países Bajos. Es miembro del partido centrista D66 y anteriormente ocupó los cargos de vicejefa de gobierno y ministra de Finanzas y Asuntos Exteriores bajo el mandato del primer ministro Mark Rutte.

Cuando el gobierno de coalición holandés se vino abajo y se convocaron nuevas elecciones a finales de noviembre de 2023, Kaag anunció su retirada de la política holandesa.

Pero su retirada no duró mucho. Cuando Kaag asuma su cargo en la ONU el 8 de enero, volverá a su antiguo lugar de trabajo. Esta licenciada en estudios árabes y madre de cuatro hijos ha trabajado para la ONU durante décadas, ocupando diferentes puestos de alto rango en la organización internacional.

Fuerte ética de trabajo

Kaag es una experta reconocida en Oriente Medio que habla seis idiomas con fluidez, entre ellos el árabe. Está casada con Anis al-Qaq, que fue viceministro de Cooperación Internacional de la Autoridad Palestina bajo el mandato del difunto líder palestino Yaser Arafat.

Kaag fue elogiada por los diplomáticos internacionales por su trabajo ayudando a destruir los arsenales de armas químicas de Siria, lo que le valió el apodo de "Dama de Hierro". Un diplomático sirio habría declarado una vez a la agencia de noticias Agence France-Presse que "nunca deja de trabajar y prácticamente nunca duerme".

Críticas de Israel

No todo el mundo en Israel está satisfecho con el nombramiento de Kaag. Varios medios de comunicación del país informaron que Kaag ha criticado repetidamente la política israelí. Por ejemplo, cuando era viceprimera ministra de los Países Bajos, Kaag discrepaba con Rutte por lo que ella consideraba una postura excesivamente proisraelí.

En la década de 1990, Kaag acusó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de utilizar "connotaciones racistas y demagógicas sobre el interlocutor palestino" en las conversaciones de paz, según el diario israelí Haaretz. Y se dice que en una ocasión se refirió a los colonos israelíes como "colonos ilegales en tierras confiscadas".

Kaag tendrá que emplear mucha persuasión diplomática para conseguir que fluya más ayuda de emergencia a la Franja de Gaza. Tampoco es probable que duerma mucho en su nuevo trabajo.

(gg/ers)