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¿Quién produce lo que se come en Brasil?

Nádia Pontes
12 de enero de 2018

Después de la cosecha récord de 2017, la agroindustria de Brasil es vista como un garante de un PIB estable, baja inflación y suficientes alimentos. Pero la mayoría de los alimentos proviene de los pequeños cultivadores.

Imagen: WWF

Según el Banco Mundial, la recuperación de la economía brasileña en 2018 conducirá a un buen desempeño económico general de América Latina. Después de dos años de recesión, el país se ha estado recuperando desde 2017, con un mayor aporte de la industria agrícola, la cual registró una cosecha récord de granos de más de 240 millones de toneladas.

El gobierno brasileño ve una salida a la crisis apuntándole a la agricultura industrial. "La agroindustria también impulsa los negocios en transporte, camiones, neumáticos, máquinas ", explica Neri Geller, secretario de Política Agrícola del Ministerio brasileño de Agricultura.

Pero poco de las cosechas de los grandes productores termina en los platos de los brasileños. En 2017, Brasil sembró aún más soja, su producto mejor vendido. De los 114,9 millones de toneladas cosechadas, el 78% fue exportada a China. La exportación de maíz también ha aumentado. "El maíz de Brasil está ganando terreno como nuevo producto internacional", dice Geller.

El dominio de los monocultivos para la exportación

Los propios brasileños consumen poco de la producción agroindustrial a gran escala. Según el Instituto de Geografía y Estadística (IBGE), el 70% de lo que comen los brasileños proviene de empresas familiares más pequeñas. Se trata de cultivadores y ganaderos que en su mayoría son autosuficientes y que solo venden lo que les sobra: principalmente yuca, frijoles, arroz, maíz, papas y leche.

Menos dinero para los pequeños agricultores

El gobierno prefiere no diferenciar entre agricultura familiar y comercial. La Secretaría de Agricultura Familiar y Desarrollo Agrícola calcula que el número de pequeños agricultores es de 4,4 millones, que representan un 38% de la producción agrícola y emplean el 74% de la fuerza laboral del sector.

La división en pequeñas y grandes empresas también influye aparentemente en qué incentivos estatales se crean. En 2017, el gobierno anunció que daría préstamos por un valor de menos de 8 mil millones de euros a los pequeños agricultores hasta 2020. Esto son casi dos mil millones de euros por año.

Las medianas y grandes empresas, en cambio, reciben alrededor de 49 mil millones de euros en préstamos cada año.

"Solo hace poco tiempo me di cuenta de que nuestros cultivos son fundamentales para alimentar a gran parte de la población brasileña", dice Joélia dos Santos Andrade, cofundadora de la Cooperativa para Familias Cultivadoras de Mutuípe. "Sin embargo, en 2017 hubo menos fondos para los pequeños agricultores". También su organización es autosuficiente y vende a mercados y escuelas lo que no consume. Pero los pequeños cultivadores de Brasil se quejan de que no tienen voz en la capital, Brasilia.

Nádia Pontes (jov/er)

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