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¿Quién puede lograr la paz en Libia?

Nermin Ismail | Khaled Salameh
2 de enero de 2020

El conflicto interno en Libia escala, y no se vislumbra una solución. La diferencia de posturas dentro de la UE abre una brecha más de la que se benefician otras potencias.

Milicias del general autodeclarado jefe de la Armada Nacional de Libia en Bengasi.
Milicias del general autodeclarado jefe de la Armada Nacional de Libia en Bengasi.Imagen: Getty Images/AFP/A. Doma

Turquía planea inmiscuirse en la compleja guerra civil libia. Este jueves (2.01.2020), el Parlamento turco aprobó el envío de tropas a Libia propuesto por el presidente Recep Tayyip Erdogan. Turquía pasa así a apoyar militarmente al gobierno libio reconocido por Naciones Unidas (ONU) en Trípoli que lucha contra la milicia liderada por Jalifa Hafter. Según varios medios y expertos, en Libia ya se encontrarían mercenarios de Siria enviados desde Turquía, así como soldados a sueldo de Sudán y Rusia, que luchan allí para el bando opuesto.

La situación ha sido caótica desde la caída de Muamar al Gadafi, en 2011. Desde ese momento, han surgido dos polos de poder: el gobierno de Fayez al Sarraj en Trípoli, reconocido por varios Estados y la ONU, y la milicia del general Hafter, que controla el este del país y cuenta con el apoyo de Egipto, los Emiratos Árabes Unidos y Rusia, entre otros.

Ofensiva contra Trípoli

En abril, las tropas de Hafter iniciaron una ofensiva contra Trípoli, una avanzada que parece acercarse a la capital. La milicia de Hafter, el autoproclamado Ejército Nacional Libio (LNA), anunció recientemente que sus combatientes estaban a solo diez kilómetros del centro. El llamado gobierno unitario de al Sarraj, que no ha logrado ni siquiera controlar todo el territorio urbano de Trípoli, depende del apoyo militar de ciertas milicias, que a su vez persiguen intereses propios.

Según la ONU, más de 280 civiles han sido asesinados y más de 140.000 personas han sido desplazadas desde que comenzó dicha ofensiva, hace ocho meses. Al Sarraj firmó un acuerdo con Turquía en noviembre pasado que permitirá a Ankara enviar unidades aéreas, terrestres y navales y vender armas. "Al Sarraj aceptó la ayuda de Turquía para poder retener el poder", considera Claudia Gazzini, experta en Libia del International Crisis Group, quien advierte que "eso implicará una intensificación de la batalla por la capital".

Lucha por la supremacía

La Unión Europea está tratando de negociar un alto el fuego en Libia. Sin embargo, la conferencia programada para este enero de 2020 en Berlín tiene pocas posibilidades de éxito. "En la situación actual, es cuestionable si una cumbre de paz puede poner fin a las hostilidades en Libia", dice Claudia Gazzini, quien fue consejera del Encargado Especial de Naciones Unidas para Libia, Ghassan Salame.

El general Jalifa Hafter (izqda.) y Fayez al Sarraj pelean por el poder en Trípoli.

El general Hafter tampoco está dispuesto a negociar y quiere tomar el poder a toda costa. El mariscal continuará la guerra mientras siga recibiendo ayuda militar de sus aliados.

A todo lo anterior se suma que los europeos no han logrado ponerse de acuerdo sobre cómo reaccionar frente al conflicto libio. Italia, como la mayoría de los países de la UE, respalda al gobierno de al Sarraj, pero Francia apoya a Hafter. El analista político libio Mohamed Fouad parte de que Europa no jugará un papel activo: "Por una parte, la UE no puede presionar al general Hafter. Y por la otra, aparte del apoyo político, los estados europeos no le pueden ofrecer nada más al gobierno de unidad", señala.

Trípoli "sin alternativa"

La asesora política Gazzini tiene una postura similar: "Trípoli debería terminar la guerra, pero no recibe una ayuda real de la UE", explica. Justo en esta falta de apoyo se basa el jefe del gobierno de unidad para justificar el acuerdo de cooperación con Turquía. En una entrevista con el periódico italiano Corriere della Sera, al Sarraj dijo que su gobierno también le había pedido armas a Italia, pero que no recibió respuesta. "Cualquiera que nos critique debe preguntarse primero qué habría hecho en nuestro lugar, y verá que no teníamos alternativa".

Proyecto controvertido

La cooperación militar entre el gobierno de al Sarraj y Turquía ha generado una gran controversia internacional. "Turquía también firmó un pacto sobre el control de las aguas mediterráneas con el gobierno de Trípoli", agrega Gazzini. "Los europeos ven esto como una violación de la ley griega, por lo que la UE ve esa alianza con mucho escepticismo".

Para Erdogan, Libia se convierte así en otro campo de batalla por la supremacía regional contra Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Egipto, todos los aliados de Hafter. Una intervención militar de Turquía en Libia conlleva el riesgo real de que la guerra en Trípoli se intensifique, concluye Claudia Gazzini. Y aunque la UE podría frenarla, no puede detener a Hafter. La única forma de poner coto a la guerra y lograr una paz negociada es evitando que los aliados internacionales sigan surtiendo de armas a los bandos en guerra.

(jov/cp) 

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