¿Quién se queda con Volkswagen?
24 de abril de 2008Un ambiente de tensión flotaba hoy en el aire durante la asamblea general de accionistas de Volkswagen, el mayor grupo europeo de fabricación de automóviles, realizada en Hamburgo.
Martin Winterkorn, presidente de Volkswagen, intentó calmar los ánimos, subrayando que Volkswagen se halla muy bien posicionada gracias sobre todo al apoyo de sus dos principales accionistas, Porsche y el Estado federado de Baja Sajonia, uno de los 16 de Alemania.
A ello se agregó el anuncio de que éste ha sido el más exitoso año en la historia del grupo, que ha logrado aumentar considerablemente su facturación y sus ganancias.
"Con Porsche y Baja Sajonia como accionistas mayoritarios, el grupo Volkswagen se apoya en fuertes cimientos", agregó. A ninguno de los dos le interesan solamente los beneficios rápidos, sino el desarrollo de la compañía, continuó el directivo.
Sin embargo, en la esperada junta de accionistas del fabricante alemán no se avistaron signos de que alguno de los dos contrincantes esté dispuesto a ceder un ápice y todo apunta a una larga lucha por el control del grupo con sede central en Wolfsburgo.
“O nos ponemos de acuerdo o recurrimos a la Justicia”
Christian Wulff, primer ministro de Baja Sajonia, el Estado federado donde se halla Wolfsburgo, destacó que es improbable que se llegue a una solución rápida. Hay dos opciones, agregó terminantemente: “O nos ponemos de acuerdo, lo que actualmente parece imposible, o tenemos que pasar el asunto a la Justicia”.
¿De qué se trata? El fabricante de vehículos deportivos Porsche, principal accionista de Volkswagen, con actualmente un 31 por ciento del capital, quiere controlar la mayoría del gigante europeo y terminar con la influencia del segundo accionista en importancia, el Estado de Baja Sajonia, que tiene el 20,3 por ciento del capital.
El productor de vehículos de lujo y su presidente Wendelin Wiedeking quieren desde hace años asumir las riendas de Volkswagen. En octubre, el Tribunal de Justicia Europeo derribó la principal barrera que le faltaba para ello, al anular la ley alemana que protegía a Volkswagen de posibles adquisiciones hostiles, la denominada "Ley Volkswagen".
La norma, defendida a rajatabla por Baja Sajonia, establecía que ningún accionista podía tener más del 20 por ciento de los votos en la empresa, aunque su participación de capital fuera mayor.
Trabajadores: “una OPA hostil”
Despejados los obstáculos, Porsche anunció a principios de marzo que en menos de medio año quiere cumplir todos los requisitos que exigen las leyes antimonopolio para aumentar su actual participación hasta más del 50 por ciento, o sea, comprar las acciones que le faltan.
Baja Sajonia y el Comité de Empresa, la representación de los trabajadores de Volkswagen, se oponen radicalmente a la operación, que califican de “OPA hostil”.
Ahora, la manzana de la discordia es la minoría necesaria para ejercer el derecho a veto en las decisiones importantes. Baja Sajonia lucha por mantenerla en el 20 por ciento, como hasta ahora, pues de ese modo, aunque tenga menos participación que Porsche, podrá impedir cualquier decisión de importancia que afecte la permanencia de Volkswagen en Baja Sajonia, donde es el mayor empleador.
El fabricante de vehículos deportivos, en cambio, quiere aumentar el porcentaje de bloqueo hasta el 25 por ciento.
325.000 contra 11.000
Además del dominio sobre Volkswagen y la cuestión de la minoría de control, existe una disputa entre el consejo de administración de Volkswagen y Porsche por la representación de los delegados de personal en el futuro consejo de vigilancia del grupo.
Porsche quiere otorgar tanto a los de Porsche como a los de Volkswagen un igual número de tres representantes. El comité de empresa de Volkswagen puso el grito en el cielo, pues esa composición del consejo de vigilancia no reflejaría que la compañía de Wolfsburgo tiene 325.000 empleados, mientras que los de Porsche suman apenas 11.000.
Desde primeras horas de la mañana, alrededor de mil empleados de Volkswagen liderados por el presidente del Comité de empresa del grupo, Bernd Osterloh, se manifestaron en Hamburgo contra los planes de Porsche.
Wiedeking sufre de "delirios de grandeza" y tiene la "arrogancia de quien se cree un todopoderoso", criticó el líder de los trabajadores, para quien el objetivo fundamental es asegurar los empleos en Volkswagen. El conflicto está, por lo tanto, que arde y ninguna de las partes está dispuesta a ceder terreno. ¿Ganará la velocidad de Porsche o el volumen de Volkswagen? En los próximos meses sabremos más.