Quince muertos y 80 heridos en atentado suicida en Damasco
25 de abril de 2016
Al menos 15 personas murieron hoy y más de 80 resultaron heridas por la explosión de un coche bomba conducido por un suicida cerca de un santuario chií, en las afueras del sur de la capital siria.
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Un testigo del atentado en el sur de Damasco señaló este lunes (25.4.2016) que ambulancias y equipos de rescate se dirigieron a toda velocidad al lugar del ataque, situado en el barrio de Sayeda Zeinab, y que fuerzas de seguridad cercaron la zona por temor a más atentados. La fuente aseguró que vio en el lugar al menos diez cadáveres y decenas de heridos.
Por su parte, la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó de que al menos ocho personas murieron la mañana de hoy y otras resultaron heridas por el estallido de un coche bomba en la zona de Sayeda Zeinab. La ONG no descartó que aumente la cifra de víctimas mortales por la gravedad de los heridos, y porque algunas personas se encuentran desaparecidas.
Hasta ahora, ninguna organización ha reivindicado la autoría del ataque, pero en los últimos meses el grupo terrorista Estado Islámico (EI) ha asumido la autoría de atentados con explosivos que ha acabado con la vida de decenas de personas cerca del santuario de Sayeda Zeineb.
En esta población se encuentra el mausoleo de la nieta del profeta Mahoma, Zeinab, de la toma su nombre, y que es venerada por los fieles del islam chií. El pasado 22 de febrero, al menos 120 personas, en su mayoría civiles, perdieron la vida por cuatro explosiones en esta área, situada a unos 17 kilómetros al sur de la capital, y que está protegida por milicianos del grupo chií libanés Hizbulá.
¿Qué queda de Palmira?
En 2015, el Estado Islámico impactó al mundo al destruir monumentos de la antigua ciudadela de Palmira. Una exposición en Colonia muestra dibujos que documentan el esplendor de esas maravillas de la humanidad.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Daniel Lohmann
Artista, arquitecto, arqueólogo
Como muchos de quienes viajaron hacia Oriente en el siglo XVIII, el artista francés Louis-François Cassas provenía de una familia de clase acomodada. Su padre era marqués y agrimensor real. En 1785, Louis-Francois estuvo dos meses en Palmira, haciendo croquis de prácticamente todas las ruinas de ese legendario centro cultural de la Antigüedad.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
Lo que quedó
Cassas encontró solo ruinas en Palmira. Sin embargo, en lugar de dibujar lo que veía, intentó reconstruir la ciudad y poner sobre el papel su antiguo esplendor. El museo Wallraf-Richartz de Colonia tiene 123 de esos dibujos en su colección. Algunos de ellos fueron restaurados para la exhibición "Palmira: ¿qué queda?", que también muestra la destrucción provocada por los terroristas en la región.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
Oasis para comerciantes
Palmira está ubicada a medio camino entre Damasco y la frontera con Irak. Erigida entre los siglos I y III d. C., los monumentales edificios se mantenían bien preservados, como mudos testigos de la magnificencia de la ciudad greco-romana. Caravanas de comerciantes trasladaban especias, gemas preciosas y ropas a la ciudad.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Daniel Lohmann
Diferentes estilos e influencias
Con el tiempo, Palmira fue mezclando su arquitectura greco-romana con estilos locales. El teatro romano semicircular tiene una fachada diseñada al estilo de un palacio oriental. En ese escenario se presentaban obras en arameo.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Marczok
Fascinación con la historia
Artistas y arquitectos han intentado desde fechas tan tempranas como el siglo XV revivir el espíritu de la antigua ciudad. Pero la perspectiva de Cassas era única: usando colores diferentes, distinguió la arquitectura existente de la imaginaria en sus dibujos. El negro representa a la realidad, el rojo señala sus reconstrucciones.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
El centro de la vida religiosa
El templo de Bel fue construido hacia fines del siglo II d. C. bajo dominio romano. Bel era el equivalente local para el dios griego Zeus. La arquitectura combina tradiciones arquitectónicas romanas y griegas, con la adición de ornamentaciones orientales.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
Perdido para siempre
El templo de Baalshamin, de aproximadamente dos mil años de antigüedad y una de las estructuras más completas halladas en Palmira, fue una de las maravillas destruidas por el Estado Islámico. Baalshamin, el "Señor del Cielo", era una de las deidades supremas de Palmira.
Imagen: Reuters/Stringer
Cuánto se perdió y cuánto queda
La Gran Columnata fue la principal avenida de la ciudad. Allí había tiendas a ambos lados de la calle, además del mercado del Ágora, un teatro y un complejo de baños romanos. Cuánto destruyeron los fanáticos del Estado Islámico y cuánto quedará para la posteridad es hoy un misterio. Habrá que esperar que las fuerzas del gobierno sirio terminen de expulsar a los insurgentes de la región.