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Radio Sayaxché - Una voz comunitaria en Guatemala

26:08

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12 de diciembre de 2021

Radio Sayaxché es una emisora de Petén, al norte del Guatemala, que trabaja por los derechos civiles y la defensa del medio ambiente con el apoyo de DW Akademie. Líderes sociales e indígenas transmiten sus programas en q’eqchí y español y dan impulso al desarrollo de la comunidad. La radio pertenece al Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica, IGER, que ofrece educación formal a distancia.

Radio Sayaxché es una emisora comunitaria que en 2016 inició un proyecto de cooperación con la DW Akademie y la ONG Comunicares. Su objetivo es fortalecer la libertad de información y expresión en la comunidad, así como la lucha por el medio ambiente. El municipio Sayaxché se encuentra en Petén, en el extremo septentrional de Guatemala. Una región habitada mayormente por el pueblo maya q’ eqchí. Con el programa radial "El agricultor”, un líder comunitario indígena difunde la agroecología y la lucha contra la expansión de la palma aceitera. La radio pertenece al Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica, IGER, una institución privada sin fines de lucro que imparte educación a distancia desde hace décadas, cubriendo un importante espacio que el Estado no llega a cubrir. El IGER fue fundado por un sacerdote alemán en 1979 y desde entonces, brindó educación primaria y secundaria a un millón de jóvenes guatemaltecos. Por Petén discurre la mitad de la frontera guatemalteca con México. Es lugar de paso de miles de migrantes que aspiran llegar a Estados Unidos. Y es también, tradicionalmente, un territorio de migraciones internas. Desde 1998, la DEA lo considera un corredor del narcotráfico. Y es que la selva ocupa la mayoría del territorio de Petén: 2,2 millones de hectáreas de bosque nativo. Superficie que desde hace unos años se está viendo reducida debido al avance del monocultivo de palma africana o aceitera. Para expandirse en su lucrativo negocio, las empresas compran sus parcelas a los campesinos, indígenas q’eqchíes en su mayoría. Las consecuencias son la deforestación, el desgaste de los suelos, la expulsión de los campesinos y la contaminación de los ríos, como La Pasión, el río que cruza Sayaxché y que en 2015 sufrió un ecocidio por el derrame de agroquímicos utilizados en el cultivo de la palma.

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