La visita del presidente español, Mariano Rajoy, a Argentina, renueva los lazos entre ambos países y sienta las bases para seguir avanzando en aspectos económicos y políticos, así como en un acuerdo UE-Mercosur.
Publicidad
Atrás parecen haber quedado los tiempos del enrarecimiento de las relaciones entre Argentina y España, cuya historia los une desde hace siglos.
Ese cambio parece verse confirmado con la visita oficial del presidente español, Mariano Rajoy, a la Argentina de Mauricio Macri, este martes, 10.04.2018, la primera de estas características de un mandatario español en 11 años, luego de que Cristina Fernández de Kirchner estatizara el 51 % de las acciones que tenía Repsol en la petrolera argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), en 2012.
"La relación entre Argentina y España durante el kirchnerismo fue siempre tensa y complicada, ya desde la primera visita oficial que hizo Néstor Kirchner a España, en 2003”, dijo a Deutsche Welle Carlos Malamud, historiador e investigador principal del Real Instituto Elcano, de Madrid.
"Cuando Macri llega al gobierno”, continuó Malamud, "empieza a haber cambios profundos. Nunca las relaciones entre Argentina y España habían tenido tanta relevancia como en los últimos años”. El viaje actual de Rajoy es, según él, otro paso para avanzar en esa misma dirección.
Argentina y España: desafíos políticos y económicos
De hecho, desde que asumió el cargo, Mauricio Macri intenta volver a posicionar a Argentina en el escenario internacional. Estos cambios se ven coronados por la presidencia argentina del G20, la primera de un país sudamericano. El gobierno quiere que Argentina "vuelva a tener protagonismo luego de décadas de ausencia”, según dijo el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y está poniendo en marcha ambiciosas reformas económicas y fiscales internas. También hay iniciativas para dar impulso al pacto comercial Unión Europea-Mercosur y planes para ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo que podría concretarse en mayo, según dijo la vicepresidenta argentina, Gabriela Michetti, luego de su reunión con José Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, a fines de marzo .
Sin embargo, "afianzar las relaciones con Argentina empalma también con las necesidades del gobierno español”, explicó en entrevista con Deutsche Welle Marcos Novaro, analista político e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). "El gobierno de Rajoy está debilitado y se enfrenta a desafíos políticos y económicos duros, en una España convulsionada. Macri, con su moderación y su política centro-liberal y proempresaria, le ofrece la posibilidad de tener un nuevo aliado y de que España pueda mostrarse como un país que es la puerta hacia Europa”.
En 2017, Argentina le vendió a España 1.580 millones de dólares, y las exportaciones de España hacia Argentina fueron de 1.957 millones de dólares en ese mismo año, según la Secretaría de Estado y de Comercio de España. Las ventas españolas a Argentina aumentaron un 51 % el año pasado, mientras que el aumento de productos argentinos vendidos a España fue solo del 3,7% . En Argentina hay 240 empresas de capital español, según la Cámara Española de Comercio de la República Argentina, y España es el segundo inversor en Argentina, detrás de EE. UU. Argentina ocupa el puesto 24 en la lista de inversores en España."Argentina necesita todo tipo de ayuda externa porque tiene una economía muy frágil y un problema gravísimo de productividad, de falta de exportaciones y de acceso a los mercados desde hace muchos años”, afirma Novaro.
Pero este nuevo acercamiento, según Malamud, está teñido aún de una "cierta desconfianza por parte de España con respecto a que se vuelva a vulnerar la seguridad jurídica de los contratos, si hubiese un cambio en el gobierno” luego de las elecciones. "Eso podría conducir a una situación complicada”, señala.
Un vínculo de larga trayectoria
Los lazos entre ambos países no son solo de carácter económico. Una extensa tradición cultural los hermana y eso se refleja en numerosos acuerdos sobre educación y cooperación cultural, ciberseguridad, transferencia de conocimiento y desarrollo energético, los más recientes firmados en febrero de 2017, durante la visita de Macri a Madrid.
En opinión de Carlos Malamud, la larga trayectoria en las relaciones bilaterales entre España y Argentina hace que ambos países salgan ganando: Argentina, porque puede contar con un socio importante en la Unión Europea, que defiende sus posiciones. "El caso más relevante es la postura española en relación con el tratado de asociación del Mercosur”, dice. Y España, porque tiene un aliado a favor de un aumento del comercio bilateral.
En un mundo en el que muchos gobiernos optan por el proteccionismo y por un populismo nacionalista, ya sea de izquierda o de derecha, "Rajoy y Macri pueden demostrar que las opciones moderadas y cooperativas prosperan”, subraya, por su parte, Marcos Novaro, para quien la cancillería argentina parece haberse dado cuenta de que "debe bajar su pretensión de ser interlocutor de las grandes potencias, como EE. UU., Francia o Inglaterra”. Según él, son las potencias intermedias a las que Macri debería privilegiar. Entre ellas están España, Canadá y Australia.
Ambos expertos coinciden en que la concreción de un acuerdo Unión Europea-Mercosur, aunque sería gradual y modesto en un principio, representaría un triunfo político para los dos países. A pesar de que los resultados económicos de la renovada amistad hispano-argentina no se traduzcan en grandes beneficios inmediatos, los lazos que se afirman con esta visita de Mariano Rajoy a Buenos Aires son una base política sólida para continuar avanzando en ese sentido.
Autora: Cristina Papaleo (ERS)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos enFacebook | Twitter | YouTube |
Origen histórico del independentismo en Cataluña
Ante la escalada de tensión en torno al movimiento independentista de Cataluña, repasamos los momentos históricos de esta comunidad autónoma española en los que ha contado con distintos grados de autonomía.
Imagen: Reuters/A.Gea
Cataluña: concentración de población
Cataluña es la segunda comunidad autónoma más poblada de las 17 comunidades autonónomas de España. Situada en el nordeste de la península Ibérica, tiene una población de más de 7 millones y medio de habitantes que viven en las cuatro provincias que la componen: Barcelona, Girona, Lérida y Tarragona. La ciudad de Barcelona, y su área metropolitana, aglutina a dos tercios de la población catalana.
Pasado colonial diverso
Cataluña vivió la colonización de los pueblos fenicio, etrusco y griego. Los griegos se establecieron en Rosas y también en Ampurias (foto), que tuvo una gran influencia en el territorio hasta la llegada de los romanos. Estos levantaron infraestructuras y ciudades, tal como hoy las entendemos. Fue una posesión del Imperio hasta que pasó a manos de los visigodos.
Imagen: Caos30
Condados catalanes, dominio independiente
Cataluña fue conquistada por los musulmanes que fueron expulsados con el apoyo de Carlomagno. Los llamados condados catalanes se convirtieron, con el tiempo, en un dominio independiente y se confederaron en 1137 con la Corona de Aragón, a raíz de una unión dinástica entre Aragón y Cataluña. En el siglo XIII y principios del XIV la Corona se expande con las conquistas de Mallorca (foto) y Valencia.
Imagen: picture-alliance/Prisma Archiv
Conservando autonomía hasta la Sucesión
En el siglo XIII surgen instituciones como la Diputación del General (Generalitat de Cataluña), las Cortes Generales y administraciones locales, como el Consejo de Ciento de Barcelona. La Corona de Aragón se unió a la Corona de Castilla en 1476, pero conservó sus instituciones autónomas de gobierno hasta el final de la Guerra de Sucesión Española (1714), posterior a la de los Segadores (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archivo
Cada 'Diada' se celebra una derrota
Con la caída de Barcelona, el 11 de septiembre de 1714, el rey Felipe rey promulgó el Decreto de Nueva Planta y se abolieron los privilegios nobiliarios, los fueros locales y las instituciones de autogobierno que eran respetadas por la Casa Austria en todos los reinos declarados austracistas. Cada 11 de septiembre (foto) se recuerda la abolición de las instituciones y libertades civiles catalanas.
Imagen: Getty Images/AFP/L. Gene
Falta de apoyo a la figura monárquica
El Sexenio Revolucionario trajo el fin del reinado de Isabel II de España y la restauración de la dinastía borbónica en 1875. Con la redacción de la Constitución de 1869 surgió el problema de en qué figura debía recaer la monarquía española. Amadeo de Saboya fue elegido como Monarca constitucional en 1871. Lo fue hasta el 1873, al abdicar por falta de apoyo y la tercera guerra carlista (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archiv
Un federalista al frente de la Primera República Española
Tras la abdicación de Amadeo I, el 10 de febrero de 1873, se proclamó la Primera República Española que apenas duró un año. El republicanismo estaba dividido entre aquellos que querían una República unitaria (con un único gobierno para todo el país) y una federal (en la que los estados autónomos se ponen de acuerdo para crear un Estado de rango superior) como Francisco Pi y Margall (foto).
Imagen: picture-alliance/Prisma Archivo
Intento de creación de un Estado Catalán
La República tuvo que hacer frente a dificultades como las confrontaciones entre los republicanos unitarios y los federalistas, así como el intento de Cataluña de crear un Estado Catalán dentro de la República Federal Española. El pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 restableció la Monarquía Española y la dinastía borbónica con el hijo de Isabel II, el rey Alfonso XII de España (foto).
Imagen: picture-alliance/Quagga Illustrations
El catalanismo republicano en lucha
Entre 1923 y 1930, la dictadura del General Primo de Rivera se instauró en España, con el apoyo del rey Alfonso XIII, el Ejército, de la burguesía, los terratenientes y la Iglesia. No obstante, Cataluña se convirtió en uno de los focos más activos de oposición a la dictadura con el crecimiento del catalanismo republicano cuyo líder, Francesc Macià, (foto), fue el luchador más comprometido.
Guerra Civil, consecuencia de poner fin a la Segunda República
En la Segunda República, diputados catalanes elaboraron el Estatuto de Núria que fue aprobado en las Cortes Españolas en 1932. Ese año, Macià fue ratificado como presidente en las elecciones al Parlamento de Cataluña. Luego fue sucedido por Lluís Companys en el cargo hasta el final de la Guerra Civil (1936-1939) que se produjo tras el golpe de Estado de 1936 contra el Gobierno de la II República.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Pérdida de libertades
El franquismo (1939-1975) supuso en Cataluña la anulación de las libertades democráticas, la prohibición y persecución de los partidos políticos no afines al régimen, la supresión del Estatuto de Autonomía (que ya había sido suspendido por el Gobierno de España entre octubre de 1934 y febrero de 1936) y sus instituciones derivadas y la persecución de la lengua y la cultura catalanas.
Imagen: picture alliance/AP Photo
Recuperando autonomía con un nuevo estatuto
Después de las primeras elecciones generales tras el término de la dictadura, en 1977, se restauró provisionalmente la Generalitat con José Tarradellas al frente. Este formó un gobierno de concentración (1977-1980) con doce consejeros para redactar el estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979 y convocó elecciones al Parlamento de Cataluña (foto) donde fueron elegidos los primeros 135 diputados.
El nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña, que define a Cataluña como nacionalidad y reconoce el catalán como lengua propia, era superior al de 1932 en aspectos como enseñanza y cultura, pero inferior en otros, como justicia, finanzas y orden público. Tras su promulgación, se celebraron las primeras elecciones catalanas en 1980. Jordi Pujol estuvo al frente de la Generalitat hasta el 2003.
Imagen: Jose Gayarre
El auge de una reivindicación
El independentismo creció en los últimos años debido a los recortes del Tribunal Constitucional al nuevo Estatuto aprobado en 2006 y que establece una nueva
relación prácticamente federal con España, y al rechazo del gobierno de Mariano Rajoy al pacto fiscal, la promesa electoral de Artur Mas, que pretendía acabar con el déficit fiscal que sufre Cataluña con un sistema similar al concierto vasco.
Imagen: Reuters/A.Gea
Primer intento: 9N
Las manifestaciones multitudinarias a favor de la independencia siguieron creciendo en 2013 y 2014 y forzaron a Artur Mas, que firmó un acuerdo de gobernabilidad con ERC, formación política que quedó segunda en escaños por primera vez en la historia posfranquista, a convocar una consulta sobre la independencia en el 2014. La votación se llevó a cabo finalmente el 9 de noviembre de 2014.
Imagen: Reuters/G. Nacarino
Duelo de titanes
En enero de 2016, a raíz del acuerdo entre Juntos por el Sí (formado por Convergencia Democratica de Cataluña y Esquerra Republicana de Cataluña, entre otros) y la CUP, Mas fue sustituido por Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat. Puigdemont ha continuado el proceso independentista convocando un nuevo referéndum para el domingo 1 de octubre, rechazado por el gobierno de Rajoy.